¿Cómo identificar círculos viciosos y las estrategias para salir de allí?
Lo importante es identificar esos círculos viciosos y cómo aprender a frenarlos para que devengan virtuosos. La licenciada en Psicología y Coach Samantha Gramajo nos da herramientas para encarar este camino.
16 de septiembre de 2023
¿Cómo buscar una versión más sana de nosotros? - Créditos: Getty
¿Sos de las que te proponés un objetivo y siente que nunca termina lográndolo? ¿Sentís que vez tras vez te encontrás en el mismo lugar, repitiendo patrones que nunca te acercan a donde querés llegar? Entonces, este artículo que escribió la licenciada en Psicología y Coach Samantha Gramajo es para vos.
Cómo identificar esos círculos viciosos y cómo aprender a frenarlos para que lo vicioso devenga virtuoso. Quedate tranquila que no sos la única y que estas consultas son súper frecuentes en el consultorio.
Muchas veces, nos encontramos en caminos ya transitados y tropezando con la misma piedra (¡a veces más de una vez!). Sea estando en triángulos amorosos, relaciones tóxicas, con dificultad para organizarte con tu alimentación, manteniéndote en un trabajo que no te gusta ni te hace feliz o sosteniendo un rol en tu familia que ya no te va más.
Esto nos complica el crecimiento y nos impide encontrarnos con una versión más sana de nosotras mismas. Por eso te acompaño con consejos para cortar lo repetitivo y esta compulsión a repetir aquello que no nos hace bien.
Básicamente se estructuran en 3: observar la conducta repetida y decidir que ya está, identificar qué cosas nos hacen bien y nos suman para seguir creciendo, y armar red de sostén.
1- Observar la conducta repetida y ponerle fin
Llega tu sesión de terapia y cuando empezás a hablar tenés una sensación de déja vu, de ya haber vivido esto y haber relatado exactamente lo mismo solo con otros nombres y otros personajes. ¿Cómo puede ser que te volviste a enganchar del que tenía novia? ¿Cómo seguís estando en este trabajo que no te rinde ni te alimenta de ninguna forma? ¿Cómo puede ser que seguís con ese peso que tanto te incomoda?
Estas son algunas de las consultas que escucho hace muchos años en mi práctica y lo que no me canso de decir es: a todos nos pasa lo mismo. Aunque uno piense que solo uno repite y repite sin cesar, es mucho más normal de lo que nos imaginamos.
2- Identificar por qué me pasa esto
Desde que somos chicos, vamos internalizando distintas formas de ver el mundo, de relacionarnos con él. Nos vamos estructurando y moldeando según los ejemplos que recibimos de nuestro entorno más cercano. Sumamos el material genético, las vivencias infantiles y las que vamos experimentando a lo largo de la vida de forma accidental y espontánea y nos vamos formando como seres humanos. Es así como vamos teniendo distintas creencias sobre la realidad y a partir de ahí nos movemos. Ahora bien, el tema está cuando esa forma de movernos hace que nos quedemos girando en falso y nunca avancemos hacia a donde queremos ir.
Muchas veces, cuando trabajamos sobre estos patrones de círculo vicioso que insisten y parecen no ceder nunca, nos encontramos repitiendo modos de vincularnos con los otros y con nosotros mismos que nos fueron funcionales en una época temprana de nuestras vidas. Quizá fue algo que nos sirvió a nosotros para sentirnos seguros o simplemente cómodos. Quizá fueron modelos de identificación que pescamos de nuestros cuidadores primarios o por qué no también factores transgeneracionales, de cosas no resueltas que se cuelan en el entretejido de nuestra mente y de nuestro cuerpo e insisten en salir para poder procesarse.
En fin, terminamos actuando y repitiendo a modo de cliché cuestiones no resueltas que en general responden a ropas viejas que ya no nos van más. Aunque tengamos la intención de que los resultados cambien, hasta no trabajar sobre la base emocional que subyace a ese modo de actuar lo más probable es que esto nos siga sucediendo y mutando en la forma de presentarse.
¿Qué hago para cambiar?
El primer paso es observar y, el segundo, no hacerte la distraída. ¿Qué quiero decir con esto? Te diste cuenta de que estás repitiendo algo que no te hace bien, ahora está en vos decidir hacer algo con eso o elegir mirar para otro lado.
El camino cuesta, sin dudas, y a veces es más sencillo apagar la luz y seguir con otra cosa, pero si realmente sentís que ya tuviste demasiado y tocaste fondo dejá de hacer lo mismo que venís haciendo y animate a bucear en tu interior.
Por otro lado, algo que va a ser súper importante es identificar las cosas que sí te hacen bien, tomarte un momento para ver quién querés ser y a dónde querés llegar y que eso te sirva como norte.
Lo importante acá es empezar a observar con distancia aquello que empezamos a ver que se repite, que insiste por aparecer y tener el coraje y la fortaleza para decir: hasta acá llegué, esto ya no lo quiero.
3- Tener una red o armarla
Tener una red que actúe como sostén o como guía va a ser clave. En el momento que uno saca aquello que repite para afuera y lo vuelve palabra, le da la posibilidad a su comunidad para que actúe a modo de factor protector y nos ayude en el camino y el proceso del cambio. De este modo aparecen figuras en formas de amigas, terapeutas, familia, otras expertas que te ayudan e impulsan a salir de esa arena movediza en la que te habías metido.
Te dejo esta serie de preguntas que te pueden servir para empezar
¿Qué es lo que realmente me importa, cuáles son mis valores, a dónde quiero llegar en la vida?
¿Qué estoy haciendo para llegar a eso?
Este patrón que repito, esta acción que vuelvo a realizar ¿me acerca o me aleja de aquello que quiero lograr?
De esta forma empezamos a juzgar a la experiencia no por si está mal o bien sino por si nos acerca a vivir la vida que queremos o no.
Por Samantha Gramajo. Licenciada en Psicología. Mindfulness Coach. Instructora de Yoga. Gentileza para OHLALÁ! En IG: @metodosam