Día del océano: estas son las cosas que podés hacer ya para reducir la contaminación
8 de junio de 2018 • 00:50
A la hora de consumir algo, muchas veces elegimos las cosas que traen el empaque más sofisticado: una o varias capas de celofán, cartón o plástico que protegen y albergan el preciado producto. Pero ¿alguna vez te detuviste a pensar si realmente era necesario tanto packaging? Si en el mismo momento en que abriste el paquete en cuestión tiraste a la basura todo el envoltorio, la respuesta es sencilla: no era necesario.
Lo mismo puede pensarse con relación a la enorme cantidad de insumos descartables que consumimos en nuestra vida diaria, como el clásico cafecito "al paso" que viene en vaso de cartón y con tapita plástica y que, si vamos a consumirlo dentro del local, bien podríamos pedir que nos lo sirvan en una linda taza de cerámica lavable y reutilizable. El problema es que, a esta altura, la cultura descartable la llevamos en las venas, porque nos criamos con ella y porque en algunos rubros, como el de la salud, se vuelve indispensable. No hay más que pensar en los guantes, jeringas y demás insumos de los hospitales, que desde que existen ayudaron a erradicar plagas y contagios a gran escala.
Créditos: Latinstock
No obstante, en otras áreas, usar y tirar las cosas es completamente innecesario y está llevando al planeta a límites insostenibles: los recursos no alcanzan, la basura se acumula y el planeta, los animales, el clima y, a la larga, nosotros pagamos la cuenta. Si queremos un cambio, este tiene que empezar por casa: por ejemplo, a la hora de comprar un producto, podemos fijarnos que esté hecho con un material sostenible y reutilizable, y si trae un empaque, podemos procurar que sea lo más ecológico posible. Es nuestra responsabilidad exigirles a las grandes corporaciones que hagan productos que estén de acuerdo con nuestros valores y obligarlas a modificar los modelos de producción en masa a través de nuestra decisión de compra. Si querés ser parte de la solución, te contamos algunas cosas que podés hacer YA.
Comprá por peso
Cuando comprás en tiendas naturistas o en mercados agroecológicos, muchos vendedores te dejan llevar sus productos no empaquetados en bolsas de tela o en frascos de vidrio (especialmente útiles para líquidos y demás ingredientes pringosos), así evitás las botellas y las típicas bolsas plásticas de súper. Lo sabemos, no es algo tan sencillo de llevar a la práctica, en especial a la hora de cargar tanto peso, pero a veces es tan simple como preguntar. Te vas a llevar una grata sorpresa.
Elegí con criterio
Nuestra primera opción a la hora de cuidar el planeta es empezar a hacer compras inteligentes y empoderarnos como consumidoras, eligiendo a conciencia qué y a quién le compramos. Lo ideal es pensar bien qué necesitamos y no caer en gastos innecesarios, consumiendo productos de calidad que duren en el tiempo, que estén realizados en materiales nobles como la madera o el metal y que, en lo posible, tengan piezas que puedan ser reemplazadas si se rompen. Recordá este mantra: en primera instancia, biodegradable; en segunda, reutilizable; y en última, reciclable. ¿Otra opción copada? Recurrir al trueque con tus amigos, porque tu basura puede ser el tesoro de alguien más.
Recurrí al DIY (Do it yourself)
A diferencia de lo que muchos piensan, fabricar algunos insumos en casa lleva poco tiempo y ahorra mucha plata (no tenés más que leer la nota que hicimos hace un par de números sobre el tema). Hay recetas súper prácticas y eficaces para hacer pasta de dientes, crema corporal, champú y hasta detergente, solo por dar algunos ejemplos, que ayudan a eliminar empaques y a reducir tu huella de carbono en el mundo. Con esto no queremos decir que tengas que volverte Laura Ingalls y pasarte el día preparando todo lo que consumís, sino más bien tenerlo en cuenta para tomar conciencia de la cantidad de tarritos que van a tu basura diariamente. Otra opción es elegir productos de empresas que fabrican empaques ecológicos o bien que venden opciones al por mayor y que permiten el relleno paulatino en envases o potes reutilizables de larga duración (y que, de paso, son mucho más lindos).
Apostá a lo cercano
Pensalo de esta manera: si un producto tiene que viajar cientos de kilómetros para llegar a vos, es mucho más probable que en su producción y traslado haya involucrados un montón de gastos extra que no solo hacen que las cosas te salgan más caras, sino que además implican un costo para el planeta. La solución en este caso es apostar a lo local, comprándoles a productores de la zona y evitando en lo posible los envíos, que suelen incluir un empaque de plástico, cartón o telgopor para proteger la mercancía.
Salí preparada
Los guardianes de la ecología de todo el mundo salen de su casa con algunos ítems imprescindibles en el bolso, la cartera o la mochila, que, entre otras cosas, los ayudan a evitar los productos descartables que consumen al paso. El kit básico incluye, como mínimo, un vaso térmico, una pajita de metal, servilletas de tela y bolsas reutilizables para transportar alimentos y demás compras.
La isla no tan bonita
Entre el estado de California y la isla de Hawái, un desastre ecológico digno de una película de ciencia ficción flota en medio del océano Pacífico. Se trata de una isla de plástico que tiene 3 veces el tamaño de Francia (sí, posta) y que alberga más de 80 toneladas de residuos plásticos de todo tipo y tamaño y de todas partes del mundo. Según la ONG The Ocean Cleanup (que está haciendo esfuerzos por "limpiarla"), el 46% está constituido por redes de pesca abandonadas y el resto, por todo tipo de elementos de uso cotidiano. El problema mayor es que estos plásticos, con el paso del tiempo, se están convirtiendo en microplásticos de 0,5 cm de diámetro, lo que hace casi imposible recolectarlos. A su vez, estas macropartículas están siendo consumidas por la fauna de los mares (peces, tortugas y aves, que las confunden con su alimento) y estudios recientes están empezando a encontrar sus componentes en humanos, algo esperable, dado que somos la parte más alta de la cadena alimenticia.
En números
- 400 años es lo que tarda el plástico en degradarse.
- 38% de los empaques se destina a comida y el 18% a bebidas
- En CABA, cada habitante produce cerca de 1,35 kg de basura diarios
- Del total de la basura que se recolecta por año en CABA, el 14% son son cartones y papeles y el 12% son plásticos.
- 50% de los insumos plásticos se tiran luego de usarlos solo una vez.
Somos lo que consumimos
Por Débora Buchanan, Brand Manager Natura Siberica Argentina.
Ya no alcanza sólo con un uso racional del agua, evitar tirar desechos y separar para reciclar, debemos ser conscientes de cada acción que realizamos. La mayoría de los productos que consumimos impactan en los océanos, mares y también en la tierra que habitamos. Por esto, a la hora de seleccionar un producto tenemos que tener en cuenta los procesos que intervinieron en su producción, privilegiando a las empresas que cuenten con procesos productivos responsables, sustentables y comprometidos con el medio ambiente, porque también somos lo que consumimos.
A la hora de comprar cosméticos, hay que seleccionar aquellos que no sólo cumplan con la finalidad deseada, también debemos considerar el compromiso que tenga la marca con el medio ambiente en toda la cadena productiva, desde la obtención de la materia prima, hasta los envases y el packaging. En este sentido, la cosmética orgánica se encuentra al frente de la producción sustentable y responsable. Los sellos como: BDIH (creada en Alemania, es una de las certificaciones ecológicas más antiguas y estrictas de Europa), ?ICEA (Instituto para la Certificación Ética y Ambiental, de Italia), ECO CERT (el primer organismo de certificación que desarrolló las normas para la "cosmética natural y ecológica") y COSMOS NATURAL (un estándar privado de escala europea); certifican que los productos son orgánicos, compuestos de ingredientes de origen vegetal cultivados sin fertilizantes químicos sintéticos, hormonas, pesticidas y no están genéticamente modificados. Además, que son cruelty free, están libres de fragancias, colorantes y conservantes sintéticos, aceites minerales, glicoles, siliconas y otros compuestos químicos.
Otro punto muy importante a la hora de realizar un consumo consciente es el packaging, debe ser biodegradable o reciclable en su totalidad y no debe contener PVC. Por eso es importante reflexionar sobre la necesidad de desarrollar e impulsar pequeñas acciones que preserven el planeta. Porque sólo a través de iniciativas, individuales o colectivas, es posible vivir en un mundo mejor.
Con un like no alcanza
Créditos: Facebook Sin Azul no Hay Verde
Regulan el clima del mundo y generan la mayor parte del oxígeno que respiramos. Pero hoy es una realidad que están en peligro. Según cifras de la Organización Mundial de Conservación, las poblaciones marinas a nivel mundial se redujeron a la mitad en los últimos 40 años, y algunas hasta del 75%. ¿Los motivos? El aumento global de las temperaturas producido por el cambio climático y el plástico que inunda los océanos.
Para advertir sobre estos riesgos, en el marco del Día Mundial de los Océanos que se conmemora hoy 8 de junio, Sin Azul No Hay Verde, un grupo de organizaciones no gubernamentales que impulsa la creación de Parques Nacionales Marinos, te invita a sumarte a una campaña para generar conciencia. La iniciativa consiste en sacarse una foto o filmar un video con acciones para proteger los mares. La idea es que se viralice y se multipliquen las experiencias de usuarios y acciones para la toma de conciencia. ¿Cómo participar?
- Filmate o sácate una foto que demuestre una acción por el mar.
- Subí tu video desafiando a más gente usando el #PorAmorAlMar y tangueando a @sinazulnohayverde. Por más información, podés visitar este link.
Fuente: Gob. de la Ciudad de Buenos Aires; "The Future of Sustainable Packaging to 2018", Smithers Pira; Estudio de Calidad de los RSU de caba (2015).
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