Día del Orgullo LGBTIQ+: ¿qué pasó en los disturbios de Stonewall Inn?

Llega junio y con él los colores de la bandera del orgullo inundan las redes sociales y los logos de las grandes marcas. Pero lo que parece ser una muestra de apoyo al colectivo LGBTIQ+ muchas veces es cuestionado. Cada vez más, el público entiende estas acciones como “pinkwashing”, es decir, prácticas de apoyo al colectivo con fines meramente comerciales, pero sin involucrarse con ella y sus problemáticas. En este sentido, las audiencias demandan cada vez más que las organizaciones sean coherentes con sus mensajes y trabajen puertas adentro para que la inclusión y el respeto a la diversidad sean efectivos y concretos.

El 28 de junio se conmemora la fecha en que, en 1969, el colectivo LGBTIQ+, cansado de los hostigamientos, respondió con una serie de manifestaciones espontáneas a una violenta redada policial que tenía lugar en el bar Stonewall Inn en Estados Unidos. La efeméride sirve entonces para recordar las desigualdades históricas que ha atravesado el colectivo y las deudas pendientes para con él. Surge como respuesta política a una discriminación sistemática. 

En Argentina, el Día y Marcha por el Orgullo LGBTIQ+ se celebra el primer sábado de noviembre, se cambió por una cuestión climática. El Día del Orgullo se celebra internacionalmente el 28 de junio, en conmemoración de la revuelta de Stonewall, ocurrida en 1969.

 

Aunque en Argentina existen una serie de avances legislativos y sociales que indican que hay más apoyo y respeto hacia el colectivo LGBTIQ+, lo cierto es que todavía estamos lejos de un mundo equitativo y libre de violencias, y el ámbito laboral no es la excepción. Según una encuesta realizada por Grow- género y trabajo (2022), el 70% de las personas respondieron que la violencia más escuchada en el trabajo se refiere a bromas por la identidad de género y la orientación sexoafectiva de las personas.

En este sentido, Georgina Sticco, directora y co-fundadora de Grow- género y trabajo, sostiene: “En general, en los espacios de trabajo hay una creencia de que el trato es igualitario. El planteo es ‘acá todos somos iguales, a mi no me importa lo que se hace el fin de semana’. Pero muchas veces no se cuenta lo que se hace el fin de semana, no porque no se quiere, sino por temor”.

Si bien en nuestra experiencia cotidiana observamos que las organizaciones se encuentran cada vez más interesadas y comprometidas en abordar estas temáticas, todavía falta mucho camino por recorrer. Además de tomar medidas concretas para erradicar la violencia y la discriminación, es importante que se avance en todo tipo de licencias que acompañe el desarrollo profesional y personal del colectivo, así como también en incluir a la diversidad no solo desde las políticas de contratación sino también en garantizar espacios de trabajo donde la diferencia sea vista como un valor y no como un motivo para sostener la desigualdad.

Por Equipo Grow- género y trabajo