4 emprendimientos liderados por mujeres  que ofrecen diferentes opciones para todas las infancias

Por María Victoria Puente (licenciada en Ciencias Políticas)
y Marina Ruiz Suhr (abogada). @mansabois.

Victoria Puente y Martina Ruiz Suhr crearon en 2018 Mansa Bois, un emprendimiento que propone conectarse con los bebés desde que están en la panza. A través de arrullos musicales y otros instrumentos confeccionados completamente de manera artesanal, invitan a vivir un momento de conexión con los más pequeños. “El arrullo que cuelga en algún lado de tu casa es una invitación a frenar y a conectarte con tu bebé a través de los sentidos y la música. Entendemos que, para educar a nuestros niños, el 80% es conexión, sentimos que es fundamental”, explican Victoria y Martina. Además de los arrullos y kits musicales, incorporaron una línea textil que incluye mantas, portachupetes y sonajeros, entre otras cosas. Sus productos se hacen en una fábrica de triple impacto que capacita a mujeres en el oficio para su inserción laboral.

Por qué eligieron el producto. “Yo venía con un proceso personal entendiendo la importancia de vivir de manera más consciente, y en el mundo baby no encontraba algo que diera respuesta a eso".

Inversión inicial. “Empezamos con una inversión de 400 dólares con los que fabricamos 40 arrullos. Actualmente, estamos produciendo mil arrullos por mes”.

Cantidad de ventas. “Desde 2021 ya vendimos diez mil arrullos”.

Producto más vendido. “El arrullo, porque no hay otras empresas en Argentina que lo hagan, es nuestra marca registrada”.

Canales de venta. “Nuestro showroom en Saavedra y la tienda online. Tenemos casi 200 puntos de venta en Argentina y Latinoamérica y vamos a producir en Estados Unidos para vender ahí”. 

Por Valeria Erlich (cocinera) y Debbie Maniowicz, (periodista y doula). @somosbfoodie.

Valeria Erlich y Debbie Maniowicz son las mujeres que están detrás de Baby Foodie, una marca de alimentos saludables pensada para niños desde los seis meses en adelante. En junio de 2018 decidieron unir sus profesiones para crear una línea de productos congelados hechos con materias primas libres de pesticidas, agrotóxicos, conservantes y sin sal agregada. “Convertimos una necesidad personal en una oportunidad. Todos los productos se entregan congelados y están fraccionados en porciones chicas para que se pueda descongelar solo lo necesario. Siempre estamos pensando qué productos nuevos sacar, vamos probando recetas y consultamos con una nutricionista y una pediatra que nos ayudan a incorporar otros alimentos”, cuentan Val y Debbie, y coinciden en que fue fundamental rodearse de otros colegas que las ayudaron en el camino de emprender. También vieron la importancia de apoyarse en la tecnología y las redes sociales, por eso crearon una comunidad que hoy suma más de 75 mil seguidores en Instagram: “El 75% de nuestros clientes son personas que vuelven a elegirnos. Somos personas formadas e informadas sobre alimentación saludable para niños y eso da confianza”. 

Por qué eligieron el producto. “Nació de la necesidad de buscar alimentos sanos para darles de comer a nuestros hijos, íbamos al supermercado y no encontrábamos nada saludable para ellos”.

Inversión inicial. “La inversión inicial fue de 10 mil dólares”.

Cantidad de ventas. “Vendemos unos 3000 productos. Eso hace una facturación mensual de $12.500.000”.

Producto más vendido. “Waffle de brócoli y queso o el chipá”.

Canales de venta. “El 90% de nuestras ventas es a través de la tienda online. También tenemos un local en Chacarita. Como son alimentos congelados sin conservantes, los envíos son en camiones refrigerados para que no pierdan la cadena de frío”.

Por Mariela García (diseñadora de indumentaria). @primerahuella_.

Con diseños propios y estampados originales, Mariela García creó Primera Huella, un emprendimiento de ropa infantil que tiene como premisa la comodidad y buena calidad de sus prendas. Esta marca, que nació en 2009, logró ganarse un lugar en el mundo textil gracias a las estampas coloridas y psicodélicas que diseña Mariela: “Lo que más me divierte es dibujar, armo la paleta de colores y voy jugando con los estampados. Creo que esa es la identidad de Primera Huella”. Las prendas son de algodón y están confeccionadas con el objetivo de que los chicos se sientan cómodos para poder jugar y moverse de manera libre.

El éxito de sus estampas, divertidas y coloridas, también atrajo la atención de madres y padres, quienes, a través de las redes de la marca, pidieron la creación de prendas para adultos con los mismos estampados. La colección fue un éxito y se agotó en la preventa. Durante los 15 años que tiene la marca, Mariela experimentó algunos altibajos en las ventas, pero siempre mantuvo la tenacidad necesaria para seguir adelante: “El rubro textil es muy volátil, por eso no tenés que entristecerte cuando te va mal ni creértela cuando te va bien”.

Por qué eligieron el producto. “Empecé el proyecto con una amiga y solo hacíamos remeras para mujeres, pero llegó un momento en el que me cansé de estar pendiente de los estereotipos de género. Me pareció que la ropa de niños era mucho más libre, simple, cómoda y sin géneros, así nació Primera Huella”.
Inversión inicial. “Comencé hace quince años, así que es muy difícil estimar la inversión, pero empecé con muy poco. Compraba 5 kilos de tela de cada color y con eso iba probando las estampas. Fui de menos a más”.

Cantidad de ventas. “En 2023 vendí un promedio de 300 prendas por mes, un total de unas 3800 prendas al año”.

Producto más vendido. “Esta temporada, la prenda más vendida fue el buzo Refugio de micropolar, es peludito y full print”.

Canales de venta. “Todas las ventas son a través de la tienda online y también trabajo con tiendas mayoristas. Hace poco decidimos cerrar el local que compartía con otros emprendedores porque no estaba rindiendo”.

Por Daniela Cimma (puericultora). @holarincon.

Daniela Cimma tenía una marca de almohadones de lactancia cuando, en 2021, decidió crear Rincón, un emprendimiento que ofrece un sofá modular de juego pensado para chicos y grandes. Compuesto por diez piezas individuales que permiten crear diferentes escenarios, este mueble estimula la creatividad de los niños invitándolos a que construyan autos, barcos, castillos, circuitos, carpas, monstruos y hasta naves espaciales. Las piezas están pensadas desde lo funcional y la experiencia lúdica, es por eso que están confeccionadas en tela aterciopelada y tienen un tratamiento exclusivo que repele los líquidos.

“Pasaron solo dos meses desde que surgió la idea hasta que lanzamos el producto y eso fue gracias a que ya tenía el conocimiento de lo que significaba emprender, contaba con un circuito de proveedores y un público que me acompañaba desde hacía años", cuenta Daniela, y reconoce que gran parte del éxito de Rincón está relacionada a cuatro disciplinas que fueron fundamentales para el desarrollo y la formación del equipo inicial de trabajo: diseño gráfico, desarrollo web, estilismo y fotografía y prensa y comunicación. 

Por qué eligieron el producto. “Buscando ideas para nuestro playroom, con mi marido encontramos este concepto de sofá de juegos que era muy común en países nórdicos pero acá no existía. Poco tiempo antes de lanzar Rincón, descubrimos otra marca argentina que hacía lo mismo, así que le dimos una vueltita de rosca al marketing para generar un concepto de marca diferente”.

 

Inversión inicial. “La inversión inicial fue de 1.600.000 pesos”.

Cantidad de ventas. “Entre 20 y 40 unidades por mes, eso equivale a una facturación mensual de unos 35 millones de pesos”.

Producto más vendido. “Por ahora, seguimos focalizándonos solamente en el sofá modular. Actualmente, tenemos cinco colores diferentes, pero los favoritos son el verde y el gris”.

Canales de venta. “La venta es a través de la tienda online, con envíos a todo el país. Nos encantaría tener un local, pero, a la vez, uno de mis lemas es mantener chica la estructura”.