¿Cómo elegir escuela primaria?: las claves para tomar esa decisión

Según el informe “¿Qué priorizan las familias al elegir la escuela de sus hijos?”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, de FLACSO Argentina, a la hora de elegir escuela, las familias cuyos hijos asisten a instituciones de gestión estatal mencionan que el principal criterio es la cercanía del hogar (63,1%), mientras que en la gestión privada las familias priorizan la reputación académica (50,9%) y la propuesta pedagógica (48,0%). Contar con buenas referencias sobre los docentes y directivos es importante para las familias en ambos sectores (38,6% en estatal y 40,5% en privado). Sea cual sea la opción elegida, debemos saber que la finalidad de la educación primaria es garantizar el acceso a saberes, prácticas y experiencias culturales relevantes para la realización integral de las personas.

"Es un tema muy complejo, porque siempre la elección de la escuela depende mucho de la familia, del niño y también del contexto. Teniendo en cuenta las grandes diferencias de contexto, hay que saber que la escuela primaria es antes que nada un espacio de socialización. Así que me parece que una primera dimensión a mirar es cómo es el trato de la institución hacia las personas que conviven ahí. Observar el lugar que dan al diálogo, de generación de espacios de participación, que los docentes se sientan parte del proyecto de la escuela, que se sientan convocados, que se sientan protagonistas, que haya obviamente un proyecto. Yo diría que que lo central es que haya un buen clima de convivencia, de trabajo colaborativo, de búsqueda de lograr aprendizajes y tener un proyecto potente es lo primero a mirar. Hay escuelas que quizás tienen una visión muy verticalista de la conducción o demasiado anárquica y fragmentada", asegura Rivas, que en 2016 obtuvo el Premio Konex de Educación, y agrega: "En los sectores público y privado hay muchas diferencias entre las instituciones dentro cada uno de ellos. Entonces, una segunda cuestión es preguntarse si queremos jornada simple o completa”. 

Una de las primeras preguntas que debemos responder es cuántas horas queremos que nuestro hijo o hija pase en la escuela. “Una cuestión central es el tema de la jornada completa o simple. En Ciudad de Buenos Aires hay muchas escuelas con jornada completa públicas, pero es una excepción en el país", explica nuestro experto. La Ciudad de Buenos Aires cuenta con escuelas primarias de gestión estatal de modalidades común, Escuelas Normales Superiores (ENS) entre las que se cuentan las intensificadas en lenguas extranjeras, y especial distribuidas en 21 Distritos Escolares. Tanto públicas como privadas, hay escuelas de jornada simple, con opción de turno mañana (generalmente de 8 a 12.15) o turno tarde (de 13 a 17.15), pero también hay escuelas de jornada simple con comedor y talleres optativos a la tarde. En las de jornada completa (generalmente de 8 a 16), algunas son pluriligües (con idiomas) y otras tienen intensificación en un área del conocimiento (Artes, Educación Física o Actividades Científicas). 

"Ahí siempre está el dilema de de cuál es un poco el régimen de vida de de los niños. Nosotros en Argentina tenemos una tradición de una jornada completa bastante larga que empieza muy temprano y termina a la tarde. En muchos otros países del mundo en la escuela tiene menos horas de clase y eso permite, por ejemplo, un mejor descanso. Pero también la escuela de jornada simple a veces es muy corta como para la organización familiar y para dar una mirada más integral del aprendizaje. Es muy importante que la elección de la escuela esté centrada más en lograr que que los niños y niñas se sientan bien integrados, se sientan acompañados que haya un proyecto de inclusión, de respeto, de cuidado de la persona”. 

Que tengan biblioteca o un patio grande, que haya laboratorio o una huerta, que tengan deportes afuera o adentro. Todo suma e influye a la hora de tomar una decisión. Desde los 6 años los chicos pasarán muchas horas allí. Por eso, más allá de si elegimos bilingüe, intensificada en artes o que estén guiadas por la pedagogía Reggio Emilia, tenemos que tener presente y pensar qué será mejor para nuestro hijo o hija en particular, más allá de nuestros deseos (o de querer sanar las frustraciones que tuvimos nosotros de chicos). 

“Encuentro que hay dos modelos de escuelas. Por un lado, hay escuelas con un perfil más académico, meritocrático, muy centrado en el estudio, en la disciplina, en el contenido en los exámenes. En muchos casos logran muy buenos resultados, con altos niveles de exigencia. Hay que tener mucha conciencia de que estas escuelas muchas veces no admiten las particularidades de los alumnos o las dificultades o cierta cuestión de del carácter de la personalidad. Tienden a excluir al que al que no sigue el ritmo. Entonces hay que tener en claro esto si uno quiere participar de ese régimen, de ese sistema, que puede ser muy efectivo para una porción de los alumnos, pero también puede generar angustia dolor y sufrimiento", señala Rivas. 

El segundo modelo de escuela es aquel que logra combinar la exigencia y el acompañamiento. "Otras son las escuelas que buscan la motivación para el aprendizaje profundo y el trabajo por proyectos, que tienen siempre una visión que va más allá del aprendizaje frugal, pasajero, de exámenes que se olvidan muy pronto. Un proyecto educativo más integral es aquel que recorre en profundidad (y no en cantidad) los temas, que logra hacer, un espacio de indagación, de preguntas, de investigación, de curiosidad, de reflexión, de pensamiento. Una escuela que invita a pensar, que invita a investigar, que invita a los alumnos a hacerse preguntas y a ser protagonistas de su propio aprendizaje". 

La escuela hoy no es la misma en la que estudiamos quienes hoy somos mamás y papás. Si bien siempre existió el bullying hoy está potenciado por las redes sociales. Entonces, pensar en una escuela para nuestros hijos también es pensar en qué contexto van a pasar sus horas (que a veces son casi todo el día) en el aula. Y para eso, es clave conocerla. En la Ciudad de Buenos Aires, el programa Conocé tu escuela permite conocer las instalaciones de las escuelas públicas antes del inicio de inscripción. También se pueden hacer recorridos virtuales de las mismas. 

Mirar la página web, visitar la escuela, mirar las carteleras pueden ayudar a darnos una idea sobre el proyecto educativo de la institución. Pero, también hablar con la comunidad que la habita. "La clave está en el diálogo con otras familias que ya asisten a la escuela. A veces un encuentro con algún docente o con los propios directivos permite entender mejor el proyecto y descifrar si están en el rumbo correcto", señala nuestro experto consultado. 

¿Pero qué preguntar? "Una buena pregunta para hacer es cómo trabajan las distintas materias, cuáles son los enfoques de la enseñanza en lengua, en matemática, en ciencias. Poder ver si tienen una propuesta pedagógica definida. Obviamente los padres no son expertos en esto, pero sí pueden descifrar si hay una propuesta, si tienen claridad en lo que explican, si pueden dar ejemplos de cómo se ve en la práctica esa visión. Ver cómo trabajan con los docentes para lograr esa visión o esas perspectivas de la enseñanza, si los docentes están la mayor parte del día en la escuela o si están en distintas escuelas. También indagar cómo son los perfiles de los docentes, cómo los eligen, cuáles son sus características, si trabajan por proyectos, cómo son esos proyectos y si trabajan con más de un docente en el aula", propone.

También indagar sobre las evaluaciones, cómo se manejan cuando aparecen dificultades y poder ver alguna producción de la escuela puede ayudarnos a tomar la (difícil) decisión de elegir una escuela.