Amistades tóxicas: señales a las que tenés que prestarles atención
Hay amistades tóxicas y está bueno advertir señales a las que tenemos que prestarles atención. Dos psicoterapeutas hablan de las características comunes que tienen los vínculos tóxicos en las amistades para aprender a reconocerlos y poder soltarlos.
7 de julio de 2024
Relación tóxica entre amigas: ¿cómo reconocerla? - Créditos: Getty
Cuando pensás en la amistad, ¿qué es lo primero que te aparece? En el mejor de los casos, será la imagen de personas muy queridas que están en tu vida (desde siempre o desde hace muy poquito) con una cualidad fundamental en común: te hacen sentir bien, contenida, escuchada, respetada y nutrida.
Esa imagen se corresponde con los vínculos de amistad que nos expanden, nos inspiran y nos hacen sentir confianza de ser quienes somos (sin tener que aparentar nada) y son los que conocemos como “vínculos vitamina”. Todas y todos queremos –y merecemos- amistades de estas características, porque como seres sociales tarde o temprano necesitaremos para nuestro desarrollo de esos lazos de confianza en las distintas experiencias cotidianas.
En este sentido, la psicoterapeuta Valeria Roca nos cuenta que la amistad es efectivamente un tipo de vínculo en el que debe haber amor recíproco, elegido, que se nutre con el trato y las vivencias compartidas y que es clave en cada etapa de nuestra vida.
También aclara algo fundamental antes de abordar en profundidad la otra cara de la amistad positiva: la llamada “amistad tóxica”.
“Los seres humanos somos seres sociales, desde que nacemos necesitamos el cuidado y el afecto de otros para sobrevivir. A medida que crecemos vamos perteneciendo a diferentes grupos y eligiendo con quién o quiénes queremos pasar el tiempo libre. Tener amigos fomenta el sentido de pertenencia a estos grupos, lo cual aporta un gran valor emocional a la persona, ya que sentirnos integrados en nuestro entorno más próximo suele estar directamente relacionado con un aumento de la autoestima y la motivación”.
Como sabemos, no siempre ocurre de esta manera y es entonces cuando el fantasma de estar teniendo una amistad tóxica comienza a hacernos más ruido. Por eso, con Valeria conversamos acerca de qué implica tener un vínculo de amistad tóxica y cómo reconocerlo para tomar decisiones saludables para futuras amistades.
El licenciado en psicología Alexis Alderete apunta: "Cuando una amistad se vuelve tóxica, una de las partes empieza a sentir rechazo y falta de ganas para encontrarse o mantener el vínculo. Estas son las primeras señales que una persona debe aprender a observar, para notar que algo está cambiando con su bienestar emocional". Y agrega: "Los motivos por los cuales puede suceder son varios, desde cambios personales que terminan afectando a la amistad, inseguridades o malas experiencias del pasado que nos ubican en posición de víctima".
Cómo reconocer amistades tóxicas
La noción de “tóxico” remite a algo venenoso o dañino, y cuando hablamos de relaciones toxicas nos remitimos directamente a sentirnos dañadas. Valeria lo detalla: “Una relación tóxica es por definición una relación que se caracteriza por un comportamiento donde una de las partes que afecta a otra y la daña emocionalmente”, y resalta que, “si bien mucho se habla de personas toxicas, la realidad es que lo que se convierte en tóxica es la relación”.
En general, según cuenta la especialista, las amistades de estas características también se denominan “Frenemies”, que es cuando una de las partes siempre necesita disminuir a la otra. Al mismo tiempo, en vínculos simbióticos, muy exigentes y controladores donde nos sentimos atrapadas y empobrecidas, también aparecen patrones clásicos de una relación tóxica.
Patrones tóxicos comunes
Sentimos que siempre debemos dar explicaciones.
Hay dependencia emocional con el otro: necesitamos su validación.
Nos percibimos como si estuviéramos “en falta”, por ejemplo, si salimos con otros amigos y no lo/la invitamos o no le contamos.
Hay control sobre nuestra vida social.
Comenzamos a ocultar sentimientos o temas para no escuchar excesivos consejos en cómo deberíamos hacer las cosas.
Hay celos que delimitan relacionarnos con otras amistades.
Existe crítica exacerbada sobre lo que pensamos o sentimos.
Suelen ser relaciones que se dan de a dos y, cuando un tercero/a quiere sumarse, una de las partes lo ve con cierto recelo.
Amistades tóxicas: señales para advertirlas (según Alderete)
Críticas constantes hacia tus actividades o forma de llevar tu vida. Para esa persona parece que siempre estás equivocándote.
Sos vos quien siempre das apoyo, pero cuando los necesitás aparecen las excusas o minimizan tus problemas.
Terminás involucrándote en situaciones conflictivas o quedas envuelta en los problemas de tu amigo/a que terminan afectándote negativamente.
Celos hacia tus otros vínculos o parejas, hay críticas constantes o conflictos con tus otras relaciones interpersonales.
Descubrís mentiras en sus comunicaciones o sentís que hay deshonestidad: es cuando la confianza empieza a romperse.
¿Qué sucede con quien tiene este tipo de amistad?
En primer lugar, hay que decir que no es tan sencillo reconocer el daño que nos causa un amigo/a en una relación tóxica. Al mismo tiempo, según nos cuenta Valeria, este tipo de vínculos dañinos también refleja lo que le sucede con su propia autoestima a quien impulsa estas relaciones.
“Como la autoestima se encuentra tan dañada en las personas que tienen estas relaciones, a veces, no detectan inicialmente esta toxicidad y se suelen justificar con frases que se repiten: “son muchos años de amistad”; “lo dice por mi bien, porque me quiere”; “Es su forma de ser”; “es mi mejor amiga/a, cómo voy a terminar una relación de tantos años”; “no me imagino teniendo otros amigos”.
Dos preguntas que pueden ayudar
Valeria sugiere dos preguntas básicas para detectar qué te está pasando:
1. ¿Cómo está mi propia autoestima y confianza en mí misma?
2. ¿Qué sucede con la puesta de límites?
“Este tipo de relaciones tóxicas no solo nos da la oportunidad de que podamos alejarnos de ellas, sino también nos invita a profundizar en nuestro propio bienestar”, analiza. Si puedo preguntarme por qué soporto lo que soporto, qué pasa con mi propia valoración, admitir si estoy manteniendo una amistad de estas características por miedo a sentirme sola, entre tantas otras, y así entrar en nuestro mundo interno sobre lo que nos sucede a nosotras/os ante este tipo de relaciones puede resultar muy fructífero para que este patrón no vuelva a repetirse con otra amistad”, concluye la experta.
Este tipo de relaciones existen, son dañinas y quizá estamos allí desde hace años. Muchas veces, nos cuesta salir solas. Por eso, cuando la “heroína” interna baja la guardia, no está de más recodar que la consulta profesional es una herramienta válida y recomendable si sentís que, a pesar de contar con un entorno seguro y amoroso, no lo estás logrando.
Amistades tóxicas: algunos consejos de Alderete
Poner límites claros: comunicar aquello que estás dispuesto a tolerar y que no. La charla debe ser descriptiva y calma para que no escale a una situación conflictiva.
Expresar emociones y pensamientos abiertamente.
Tomarse un tiempo para reflexionar sobre los pros y contras del vínculo.
Buscar apoyo en un psicólogo.Tener otro punto de vista objetivo por fuera de la relación.
"Cuando somos conscientes de que empezamos a estresarnos o nos sentimos agotados después de vernos con ciertos amigos se debe ser racional y encontrar la manera de rearmar la amistad para que no afecte a nuestra salud mental y emocional. Y si a pesar de nuestros esfuerzos no se puede recomponer será hora de romper una amistad tóxica para poder tener un futuro más saludable", sugiere Alderete. "Indudablemente saldremos más fortalecidos dejando atrás los conflictos".
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