Estas son las diferencias entre el amor y el enamoramiento
¿Estar enamorado es igual a amar? El licenciado en Psicología Alejandro Viedma define el enamoramiento y el amor, los compara y establece las diferencias.
25 de febrero de 2024
Las diferencias entre amar y estar enamorados. - Créditos: Getty
Enamoramiento, amor... muchas veces, estos conceptos se igualan, aunque no signifiquen exactamente lo mismo.
En un artículo anterior destacábamos las mejores frases de Freud, el padre del psicoanálisis, para pensar el amor. Aquí proponemos algunos puntos de diferencias para reflexionar alrededor de estos estados, sentires o etapas en referencia a los vínculos afectivosexuales.
Enamoramiento:
El enamoramiento es un estado en el cual uno se pone muy contento e interesado en demasía con la cercanía de la persona que le atrae fuertemente. Por eso, con ese otro dan ganas de compartir lo más que se pueda, con el cuerpo, la mente, disponiendo del tiempo, etc. A partir de allí, muchas veces se deja que el otro, por ejemplo, elija las salidas, los lugares adónde ir, las comidas, las películas o series (es común en ese momento escuchar o decir frases como: “Me da igual, lo que vos quieras”).
Generalmente, entra en juego el factor idealización y el elemento pasión. Con respecto a la idealización, hay una ilusión de hacer del dos uno, se diluyen o niegan las -al menos grandes- diferencias, se le adjudican al otro ser sólo cosas lindas, positivas, obviamente sin conocerlo demasiado y eso hace que se lo vea completo, cuasi perfecto. Por otro lado, se potencia el deseo sexual.
A veces, al enamoramiento se lo toma como la primera etapa del amor: en general se da en los primeros tiempos de una relación sexoafectiva.
Amor:
El amor es un sentimiento en el cual uno se siente muy afín a la otra persona.
Cuando cae el fuerte enamoramiento del comienzo de una relación, se empieza a priorizar al otro aceptándolo tal cual es: un otro real, verdadero, incluso con sus fallas o defectos, es decir, imperfecto. Ya no se idealiza, se quiere a la otra persona, se proyecta con ella respetando las diferencias.
Se va entendiendo que amar no significa la simbiosis, compartir todo y todo el tiempo, se respeta que cada uno tenga sus actividades y vínculos, incluso los que se construyeron antes de que se conociera a la persona actualmente amada. O sea, ya no se le imprime al otro todo lo maravilloso, se lo toma como un par, como otro ser humano con sus virtudes y faltas. De modo que el otro ya no viene a llenar todas las necesidades o deseos de quien ama.
Por otra parte, no todo el mundo está dispuesto a “tolerar” o aceptar todo eso que cae cuando ya se derrumbó el ideal. En muchas parejas comienzan los conflictos cuando uno de ellos o ambos tiene un problema; la castración, tal como lo expresa el psicoanálisis, es más visible o palpable y, por ende, no bien recibida por cualquier persona.
Hay parejas que se terminan una vez que pasa el estado de enamoramiento. Otras, las que se eligen pese a que se cayó el velo de la idealización, empiezan a transitar el tiempo del amor. Al amor se lo siente y comprueba “en las malas (¡sobre todo!) y en las buenas”.
Por Alejandro Viedma, gentileza para OHLALÁ! Alejandro es Lic. en Psicología, egresado de la UBA, psicoanalista, coordinador de grupos, supervisor de terapeutas y escritor. Instagram: @aleviedmapsi
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