Conocer cómo es el proceso terapéutico es un derecho - Créditos: Foto: Polina Zimmerman
El 13 de octubre se conmemora el Día del Psicólogo y la Psicóloga en Argentina. La fecha recuerda el Primer Encuentro Nacional de Estudiantes de Psicología, en 1974. La reunión en Córdoba tenía como fin la necesidad de constituir a esta profesión como una disciplina específica, con una identidad propia, ya que debía insertarse en un espacio dominado por los médicos.
En la reunión plenaria final, el domingo 13 de octubre fue aprobada la moción leída por uno de los promotores del evento y de la Confederación de Psicólogos de la República Argentina (COPRA), el licenciado Delfín Gialluca, para que se instituya todos los años ese día como el "Día Nacional del Psicólogo".
En este día, el doctor en Psicología y docente Flavio Calvo (@calvoflavio) reflexiona sobre el valor de la palabra para curar. Y expresa: “Sos la historia que te contás”.
En su reflexión toma el caso Alicia para mostrar cómo todas las voces negativas de su infancia se convirtieron en su propia voz. Cuenta el psicólogo: “Alicia nació en un barrio muy pobre, sufrió abusos y maltratos por parte de su familia, hasta que, gracias a una denuncia, una asistente social tomó cuenta de su caso y la sacaron de ese lugar. La llevaron a un orfanato. Más tarde una familia la adoptó, pero nunca ocupó el mismo espacio que sus hermanos. Ella tenía que comer sola en la cocina y servir al resto”.
“La historia que ella se relataba era de miseria, se decía que no valía, que no podía, que nunca iba a lograr nada. Como se decía a sí misma que no era valiosa, aceptaba parejas maltratadoras y trabajos donde no la valoraban”.
Calvo agrega: “A través de lo que fue trabajando en terapia, pudo cambiar su propio relato. Aprendió a decir de sí misma cosas positivas, aprendió a rechazar lo negativo y degradante que otros le daban. Renunció a parejas tóxicas y se animó a buscar espacios de trabajo donde se la valore, porque ella misma aprendió a valorarse”.
Según el profesional, hay personas que creen que no valen o no pueden. Recuerda que, desde que se nace hasta cerca de los cinco años la palabra que más escucha un niño es “no”, por lo cual no es extraño que muchos se sientan limitados y carentes de objetivos.
Los seres humanos aprenden a relatarse sus propias historias y según donde esté el énfasis de esas historias hace la diferencia. Las personas se transforman en los relatos que oyen y en las historias que cuentan, es por esto que las historias contadas a sí mismos desde una perspectiva diferente pueden tener un poder curativo.
El valor de la terapia
Calvo recalca: “La vida es cuento y a través de las historias aprendemos y creamos. De hecho, las historias les sirven a las personas para darle sentido al mundo. La forma en la que las personas se cuentan cosas, construye la propia identidad, afecta a cómo las personas se piensan y las emociones ligadas a ese pensar. Y por eso, explica, por qué es tan importante que una persona aprenda a contarse su propia historia”.
Según dice una historia bien contada, tiene un buen protagonista. Cuando alguien se cuenta su propia historia es importante que reconozca que es el protagonista de la misma. La historia no está basada en los que otro “me hizo” o cómo “me trató”, sino en cómo yo interpreto y actúo. Es el protagonista el que puede transformar su propia historia.
Es importante en estos casos el lugar que un espacio de terapia ocupa, para acompañar a las personas a escribir sus propias historias, saliendo del cuento limitante que aprendieron a contarse. Narrar una nueva historia es darle oportunidad a la propia capacidad de crear nuevas realidades.
Hay cientos de motivos para hacer un cambio en la propia historia, nadie tiene la obligación de ser de por vida el cuento que le contaron, toda persona merece ser el autor y protagonista de su propia historia. En esto, los profesionales de la psicología pueden ayudar, escuchar y, así, curar.
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