Slow life: 5 claves para poner en practica este estilo de vida
En la era de la productividad y del hacer, los centennial deciden bajar un cambio. ¿Cómo lograrlo?
8 de febrero de 2023
Cómo aplicar la slow life en tu día a día. - Créditos: Getty
En una sociedad en que ve el ocio como una pérdida de tiempo y que nuestro día a día está súper marcado por la productividad y el hacer, conceptos como el de slow life vienen a romper con un paradigma que parecía imposible de romper. Sin embargo, son los centennial quienes nos enseñan que bajar un cambio tiene muchísimos beneficios, ¿cómo lograrlo?
¿Qué es el slow life?
Mientras que la traducción lineal podría ser vida lenta, el slow life es un movimiento internacional que propone un estilo de vida desacelerado y -desde esa mirada- los momentos de ocio y de darle valor al aquí y al ahora, son fundamentales. ¿A qué se refiere? A cuestiones sencillas como no estar todo el tiempo corriendo, salir del modo supervivencia para disfrutar de las actividades que nos proponemos, involucrarnos en las charlas con nuestros amigos sin estar mirando el celular todo el tiempo y permitirnos desconectarnos de la euforia diaria de la cual, a veces, parece muy difícil salir.
Casi como una respuesta rebelde al neocapitalismo en donde se priorizó el trabajo sobre otros aspectos de la vida y, en ese mismo camino, se generó un círculo vicioso de consumismo interminable; el movimiento slow life quiere volver a ideas simples del pasado que -además- nos permitan disfrutar de una vida plena. Pero ojo, esto no significa ser vago o trabajar poco, sino que el planteo va más por el lado de cómo nos tomamos las cosas y entender que la velocidad no siempre nos lleva a buen puerto y podemos disfrutar de cada acción, momento y de cada persona con la que interactuamos.
5 prácticas diarias para implementar el slow life
1
Se concientes del presente. Mientras que es muy importante que tengamos la capacidad y posibilidad de proyectar, así como de pensar en el futuro (cercano y lejano), la mirada hacia adelante no debería eliminar nuestro aquí y ahora. Eso que estás atravesando hoy, lo que tenés que enfrentar y disfrutar del día... a lo que tenés que prestarle atención.
2
Sumar prácticas de mindfulness. Así como es súper importante tener en nuestra rutina semanal momentos de esparcimiento, de actividad física y hasta de encuentros sociales, también lo son las prácticas de mindfulness. Desde yoga hasta meditación, para también aventurarse con el runfulness.
3
Tener contacto con la naturaleza. Mientras que algunos gurúes del bienestar jugan con la idea de que -todos los días- debemos pisar el pasto o tierra con nuestros pies descalzos, lo que sí es importante es que busquemos generar esos momentos de conexión con la naturaleza. Seamos honestos, ¿hay algo más poderoso que la naturaleza para desconectarnos del día a día?
4
Cuidar las relaciones uno a uno. Es increíble (y, al mismo tiempo, para nada sorprendente) que en la era de la hipercomunicación nos sintamos más desconectados que nunca. Frente a eso, esta filosofía de vida lo que te propone es que respetes los espacios de conexión con el otro, que les de valor y que cuides esos vínculos fuertes que componen tu red de contención. ¿Te juntás a tomar unos mates? Aprendé a dejar el celu en un costado, a envolverte en esa charla con amigos y estar presente -al 100%- en el aquí y ahora.
5
Evitar el consumismo. Puede que Marie Kondo haya renunciado al orden extremo pero si hay algo que podemos seguir rescatando de su propuesta es abandonar el "tener por tener", el "comprar por comprar" y -sin lugar a dudas- el acumular. Aprender que la felicidad, la satisfacción y la plenitud en nuestra vida no está con la adrenalina inmediata de la compra, es fundamental para también revalorizar aquello que tenemos (material y emocional) así como aquello que necesitamos.