Diario (muy) íntimo: cómo registrar tus encuentros sexuales
6 de febrero de 2019 • 15:05
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Querido diario: ya hago cosas de adulta. Para las que de chicas teníamos un "querido diario", el secreto y la confesión eran las cosas más excitantes del mundo. El relato de lo que íbamos descubriendo y experimentando, especialmente en el terreno del amor y el sexo, representaba un verdadero tesoro personal y ese candadito marcaba los límites de nuestra intimidad. La vida adulta fue desacralizando la idea de capturar nuestras reflexiones, justo cuando empezamos a tener cosas realmente interesantes para contar. ¿Y si retomamos?
¿Para qué sirve un diario íntimo?
Anaïs Nin decía que escribir es vivir dos veces. La segunda, más lúcidamente. Y es que el relato de las sábanas calientes, la descripción pormenorizada, erotiza. Volcarlo todo en papel, además, suma otros efectos. Los diarios íntimos son una forma de conectarse con una misma: te afilan la mirada y organizan tu percepción. Te entrenan en una capacidad básica de la inteligencia erótica: comprender lo que estás sintiendo. Pocas cosas hacen más fácil el autoconocimiento que el ejercicio de una escritura a calzón (¡bombacha!) quitado. Si estás en búsqueda de expandir tu goce sensual o de destrabarte, retomar las confesiones escritas puede ser, además de un placer privado, un entrenamiento de conciencia.
- Ejercicio: elegí un cuaderno que te encante o creá tu archivo digital. Considerá un Google Drive que te permite disponer de tu documento en cualquier momento.
El cuerpo radar
Tenemos el cuerpo frívolo que mostramos, el "médico" que padecemos y el llamado "trabajador", al que explotamos. Pero también tenemos otro cuerpo, uno que es una suerte de radar. No hay nada más personal que lo que se impone en esa figura. Ese golpe de sensaciones que nos invaden antes de que podamos procesar las emociones en palabras probablemente sea el único territorio en el que los seres humanos somos realmente ingobernables. Se trata de un terreno fronterizo entre lo instintivo, lo energético y lo intuitivo que, al ser tan sutil, exige otro tipo de atención. En ese espacio se manifiesta lo más interesante del sexo. Las experiencias sexuales se pueden relatar en tiempo y forma ("primero me hizo tal cosa, después yo le hice tal otra"), pero un diario íntimo va mucho más allá. Porque nos exige una escritura que sepa decodificar y capturar lo que entra en el radar, no solo las sensaciones que buscamos, también las que nos encuentran así, casi sorpresivamente, y nos toman por completo.
- Ejercicio: escribí sobre aquella vez en la que tu cuerpo haya detectado algo antes que vos. Un potencial amante apenas entraste a un salón o la energía (buena o mala) de alguien hacia tu persona. Intentá registrar en tu memoria qué cosas o situaciones te erotizan inconscientemente. ¿Las fiestas de noche al aire libre te dejan brutalmente encendida? ¿El perfume de los jazmines? ¿Qué te hace sentir locamente viva?
Tus súper sentidos
Expresar con certeza lo que sentimos es un talento que se puede cultivar, pero para lograrlo necesitamos recursos que exceden la literalidad de las palabras. Un encuentro con un amante puede describirse como un conjunto de apretones o puede ser un enorme mar rosa y tibio que viene y te arrastra. Un beso puede ser un beso o una explosión de frutillas en la boca. Tal vez, luego de una visita especial, tu cama haya quedado teñida de cierto color o cambiado su textura para siempre. La única forma de explicar las sensaciones que escapan al lenguaje es burlando sus categorías. A esto se le llama pensamiento cinestésico y es una de las formas que tiene la poesía para infiltrarse en la vida cotidiana.
- Ejercicio: elegí EL momento del encuentro más sexual que tuviste. Pensá exactamente qué sentiste y rastreá en tu memoria una situación no sexual comparable. ¿El sorbo de agua fría en pleno verano porteño? ¿Una cama de terciopelo? Describí a tus amantes con colores, sabores, sonidos y texturas.
La profundidad
La profundidad es una elección. Si te hace feliz navegar sobre superficies, podés escribir un simple inventario de las experiencias eróticas que acumulaste y ya. Pero un diario no resulta tan íntimo sin una mínima dimensión psicológica de lo que está pasando "debajo de las sábanas". Este espacio busca dar con el motor que impulsa una experiencia erótica. Y los motores, claro, suelen estar en las profundidades. Los buenos diarios eróticos sacan la ropa, pero también la piel. Dejan a la gente y a sus autoras en vísceras. No se trata de descuartizar una personalidad, sino de ir tomando pequeñas muestras que sinteticen un perfil completo hasta lograr tu propio ADN: la atención a tu contexto y a detalles súper personales (como tu momento del ciclo menstrual) pueden influir en tus vivencias. Todas esas observaciones van en este diario.
- Ejercicio: capturá postales de alguien que te encanta. Pueden ser frases, recuerdos de su infancia, la descripción de algún tatuaje o de uno de sus hábitos más llamativos. Identificá el disparador de placer de tu amante. ¿Qué cosa lo hace "estallar" de placer? Detalles, ¡queremos más detalles!
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Su cabeza
Que no tengas pareja, amante, ni siquiera un "filito", no debería ser una limitación para crear un diario íntimo súper sexy. ¡Te tenés a vos!, y a tu cabeza. Así como tu project planner es tu guía de acción en pos de tus objetivos, tu diario debe ser la brújula hacia el placer en todas sus manifestaciones. Nuestra vida sexual nos pertenece y la cantidad de goce que podemos darnos es realmente ilimitada. En un mundo que hace de cuenta que la masturbación femenina no existe, explorar nuestras posibilidades, naturalizar la autosatisfacción y comprender nuestro cuerpo es toda una posición. Entender esto y celebrarlo en tu diario es parte de la construcción de este universo en el cual el ser deseante, activo y vivo no es nadie más que vos.
- Ejercicios: escribí un top 5 de experiencias sexuales que no podés no cumplir antes de morir. Armá una lista de las tres cosas que más te calientan en el mundo.
¿Se muestra un diario?
Como regla, ¡los diarios no se muestran! El peligro de hacerlo es que tu escritura quede condicionada por comentarios o gestos. De todas formas, con el diario sí se juega. Podés compartir por mail (¡o foto!) un relato que involucre a tu amante. Que no te extrañe si después de eso algo cambia en tu relación. La expresión femenina sigue siendo incómoda. Escribir es un poder e inmortalizar a otro con letras es un arma. Y tener voz propia, habrás visto, nos vuelve más poderosas. Adelante, ¡que lo disfrutes!
Palabras calientes
Extracto del cuento "Acapulco", por Flor Monfort.
"El tecladista me penetra como me gusta, lento. Me mira a los ojos. Me envuelve los hombros con un solo brazo y se mueve en círculos. Lo hace por intuición, como si lo desconocido de la noche lo exaltara. Entra un calor seco por la ventana. Abajo, el piano bar típico de los resorts. Se escucha el repique de la vajilla y algunos pasos lentos. El mar cerca pero silencioso. Me muevo con él, aprendo su ritmo, subo un poco la pelvis. Me besa con baba, me agarra del cuello. Me siento bien con él adentro, pienso que la vida es una sucesión de garches que definen el paso del tiempo, la espesura".
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