Ciudades con encanto cerca de Madrid para visitar en un día
A pocos kilómetros de Madrid se esconden destinos mágicos que combinan historia, paisajes de ensueño y sabores irresistibles. Desde murallas medievales hasta acueductos romanos, estas seis ciudades son la escapada perfecta para desconectar y disfrutar de la mejor gastronomía. ¿Vamos en un roadtrip?
20 de enero de 2025
Ávila: murallas que cuentan historias - Créditos: Gentileza
Madrid tiene todo: arte, moda, gastronomía, y un ritmo espectacular. Pero, si te sobra un día (o un finde) y querés salir del bullicio, tenés al alcance de la mano ciudades que parecen salidas de una postal. Cada una tiene su magia: paisajes únicos, historias fascinantes y platos típicos que te van a hacer suspirar. Estas seis escapadas son la excusa perfecta para agarrar el tren o el auto y perderte un rato. ¡Vamos a descubrirlas!
Ávila: murallas que cuentan historias
Ávila es una ciudad que parece sacada de un cuento medieval, con sus imponentes murallas que envuelven el casco histórico como un abrazo de piedra.
Declaradas Patrimonio de la Humanidad, son el símbolo más icónico de la ciudad, y subir a sus pasarelas es un plan obligado: desde ahí, las vistas son espectaculares. Pero Ávila es mucho más que sus murallas. Sus callecitas empedradas, sus iglesias y conventos, como el de Santa Teresa, te invitan a perderte en la historia que respira cada rincón.
Para comer, el gran protagonista es el chuletón de Ávila: un corte de carne local que se sirve bien jugoso y con el tamaño suficiente para compartir (aunque no vas a querer hacerlo). Y para el postre, las famosas yemas de Santa Teresa son un clásico que no podés dejar pasar. Dulces, suaves y con un toque de azúcar que las hace irresistibles, son el souvenir perfecto para llevarte un pedacito de Ávila a casa.
Distancia desde Madrid: 109 km
Toledo: un viaje en el tiempo
Toledo, un viaje en el tiempo - Créditos: Gentileza
Toledo te hace sentir como si hubieras retrocedido varios siglos en el tiempo. Conocida como la Ciudad de las Tres Culturas, este lugar mágico mezcla herencias cristianas, judías y musulmanas, creando un mosaico cultural único en cada rincón. Sus calles laberínticas son perfectas para pasear sin rumbo, y siempre te llevan a lugares sorprendentes, como la Catedral Primada, imponente y majestuosa, o la Sinagoga del Tránsito, un testimonio de la convivencia de culturas que marcó su historia. El Puente de San Martín, con sus vistas al río Tajo, es uno de esos lugares donde el tiempo parece detenerse.
Y como en todo buen viaje, la gastronomía es protagonista. Si querés probar un plato típico, las carcamusas son un imperdible: un guiso de carne de cerdo con tomate, arvejas y especias que calienta el alma. Para el toque dulce, el mazapán toledano es el rey. Hecho con almendras y azúcar, su receta tiene siglos de historia y es tan delicado como adictivo. Probalos en alguna confitería tradicional y llevate una cajita: es como morder un pedacito de Toledo.
Distancia desde Madrid: 73 km
Segovia: acueducto, castillos y cochinillo
Segovia: acueducto, castillos y cochinillo - Créditos: Gentileza
El acueducto romano de Segovia, una de las obras de ingeniería más impresionantes de España, te recibe en la entrada de la ciudad, imponente y majestuoso, recordándote que está ahí desde hace casi dos mil años. Pero esto es solo el comienzo. Seguí caminando hacia el Alcázar, un castillo de cuento que, dicen, inspiró a Disney para el diseño del castillo de la Cenicienta. Desde su torre, las vistas panorámicas te dejan sin aliento. Después, perdete en las callecitas de la Judería y descubrí la Catedral de Segovia, conocida como la Dama de las Catedrales, por su elegancia y belleza.
Y ahora hablemos de comida, porque en Segovia se come muy bien. El plato estrella es, sin dudas, el cochinillo asado, que se sirve tan tierno que lo cortan con un plato en vez de con cuchillo. Probalo en alguno de los restaurantes tradicionales y acompañalo con un buen vino de la región. Si te queda lugar para el postre, las rosquillas de anís o los ponches segovianos, con su relleno de crema y mazapán, son el final dulce perfecto para un día inolvidable.
Distancia desde Madrid: 92 km
Aranjuez: jardines de película
Aranjuez: jardines de película - Créditos: Gentileza
Si buscás una escapada cerca de Madrid que mezcle historia y naturaleza, Aranjuez es el lugar ideal. Esta ciudad, famosa por sus jardines reales, parece sacada de un cuadro. Pasear por el Jardín del Príncipe o el Jardín de la Isla es como entrar en un mundo de tranquilidad, rodeado de fuentes, senderos arbolados y el murmullo del río Tajo. No te olvides de visitar el Palacio Real, una residencia que combina lujo y arte, con interiores que te transportan a la época de los Borbones. Si vas en primavera, vas a encontrar la ciudad adornada de flores y mercados llenos de productos frescos.
En cuanto a la gastronomía, las frutillas y los espárragos de Aranjuez son los protagonistas. Famosas por su sabor y calidad, las frutillas suelen servirse solas o con crema chantilly, mientras que los espárragos son el ingrediente estrella de ensaladas y guisos locales. Si querés algo más elaborado, pedite un faisán estofado, una receta digna de los banquetes reales.
Distancia desde Madrid: 50 km
Salamanca: la ciudad dorada
Salamanca: la ciudad dorada - Créditos: Gentileza
Salamanca tiene una luz especial, y no es casualidad. Su piedra de Villamayor, que parece brillar con tonos dorados al atardecer, le da a esta ciudad universitaria un encanto único. Su Plaza Mayor es de las más lindas de España: amplia, elegante, y siempre llena de vida, es el corazón de la ciudad y el lugar perfecto para sentarte con un café y disfrutar del movimiento. Pero no te quedes ahí. Visitá la Universidad de Salamanca, una de las más antiguas de Europa, y buscá la famosa rana escondida en su fachada: la tradición dice que si la encontrás, vas a tener suerte. Y no te pierdas las Catedrales (sí, en plural), porque Salamanca tiene dos: la Vieja y la Nueva, ambas llenas de historia y arte.
Cuando el hambre ataque, el hornazo es el plato típico por excelencia. Se trata de una especie de empanada rellena de chorizo, lomo y huevo duro, ideal para un picnic al aire libre o para recargar energías después de un día de caminata. Y si sos más de cosas dulces, las bolitas de mazapán o las obleas con turrón son una delicia que no podés dejar de probar. En Salamanca, la gastronomía es simple, contundente y con mucho sabor casero.
Distancia desde Madrid: 215 km
Cuenca: colgadas al abismo
Cuenca: colgadas al abismo - Créditos: Gentileza
Cuenca es una ciudad que desafía la gravedad. Sus famosas Casas Colgadas, suspendidas al borde de un precipicio sobre el río Huécar, son una maravilla arquitectónica que no te podés perder. La vista desde el Puente de San Pablo es de esas que te dejan sin palabras, especialmente al atardecer, cuando el cielo se tiñe de tonos cálidos. Además, el casco antiguo de Cuenca es para perderse: callecitas angostas, subidas y bajadas, y un aire medieval que te transporta a otro tiempo. No te olvides de entrar a su catedral, una joya del gótico que parece esconder secretos en cada rincón.
Para comer, el morteruelo es el plato estrella. Se trata de una especie de paté hecho con carne de caza y especias que se sirve caliente y es perfecto para los días frescos. Y si sos de los que necesitan algo dulce para cerrar el día, el alajú es una opción infalible. Este postre típico, hecho con almendras, miel y especias, tiene un sabor intenso y una textura que te envuelve.
Distancia desde Madrid: 195 km
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