Los mejores looks de los Oscar de todos los tiempos: historia de la moda en el premio del cine

Casi 100 años han pasado desde que se realizó la primera entrega de los Premios Oscar, una celebración que trascendió el mundo del cine para convertirse en todo un evento de la moda, con la pasarela más codiciada y deslumbrante en la que ninguna celebritie quiere decepcionar. No por nada, los diseñadores y diseñadoras más importantes y prestigiosos se disputan a los grandes nombres para que luzcan sus creaciones.

Por la alfombra roja y el escenario del premio de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood hemos visto desfilar looks que hicieron historia por lo fashionistas, audaces y fascinantes.

En modo blanco y negro, trasladémonos hasta el año 1954, para la que es una de las primeras colaboraciones entre los Oscar y las grandes casas de diseño. Cuando la ceremonia dejó de ser una simple cena para empezar a transformarse en un evento global, Givenchi decidió vestir nada menos que a la inolvidable Audrey Hepburn, quien esa noche ganó como mejor actriz por su labor en Vacaciones en Roma. Se trató de un vestido blanco con estampado floral en el mismo color y escote barco. No solo enloqueció a todos y hoy es considerado uno de los mejores vestidos clásicos del siglo XX, sino que significó el inicio de la duradera asociación entre la actriz y el atelier.

La prenda de Valentino que lució de Julia Roberts en la 73ª edición de los Premios Oscar, en donde ganó por su actuación en Erin Brockovich, fue elegida como uno de los vestidos de alfombra roja más icónicos de todos los tiempos. Largo hasta el suelo en cuerpo de color negro, destaca por una sola raya blanca que corría por la parte delantera y se convierte en escote, mientras detrás se desplegaba una cola de tul negro con varias rayas blancas. Cuando se busca un estilo que evoque al Hollywood clásico en la edad moderna, esta es la mejor referencia.

Lo de Natalie Portman no solo fue uno de los mejores looks de los Oscar de todos los tiempos, sino también una declaración de principios: en su capa, llevaba bordados los nombres de muchas directoras que fueron desairadas en los premios de la Academia.