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Compras online. 8 situaciones graciosas que pueden pasar en el entorno virtual

Cuando el shopping está a un clic de distancia pasan cosas fabulosas, y otras... no tanto.


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. - Créditos: Ilustraciones de Brenda Ruseler



Las mil y una cuotas

El número cerraba, el monto de cada cuota era bajo y lo convertía en un gasto que ni se iba a sentir en el presupuesto mensual. Listo, comprar ahora. ¿Qué puede fallar? El tema es que hace ya dos meses, después de un pico de entusiasmo en el que asegurabas que era tu nueva pasión, abandonaste las clases online de zumba y, ahora, todavía estás pagando la cuota 7/12 de ese topcito lindísimo que combinaba perfecto con tus zapatillas.

El cambio imposible

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. - Créditos: Ilustraciones de Brenda Ruseler

Frente a tus ojos, en la pantalla aparecía el ofertón de tu vida. Y, casi como un milagro, a los pocos días el paquete estaba efectivamente en tus manos. Pero, detalle, no chequeaste cómo eran las devoluciones. Tarde te das cuenta de que ese case para el celu baratísimo es para otro modelo y para cambiarlo hay que mandarlo por correo a la otra punta del país ¿Algo más? Sí, imprimir la etiqueta, pegarla con el número de pedido y esperar de 8 a 22 a que pasen a retirarlo.

Desatención al cliente

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. - Créditos: Ilustraciones de Brenda Ruseler

Ese paquete turístico en oferta no estaba para desperdiciarse. Súper completo, incluía pasajes, alojamiento y comida, todo resuelto para darse la gran vida por una semanita. Pero ahora que necesitás hacer un cambio, hace días que lo intentás y no lográs que ningún ser humano te atienda para, aunque sea, cobrarte por el servicio. ¿No te arrepentís y extrañás un poco la vieja y querida agencia de turismo?

Cuando el tamaño sí importa

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. - Créditos: Ilustraciones de Brenda Ruseler

Finalmente encontraste el precio ideal para esa agua micelar que recomiendan todas las instagrammers. Estabas chocha hasta ver que la caja en las manos del repartidor es muy, pero muy chiquita. Apenas la abrís, caés en que era la versión de muestra y, en el mismo momento, aprendés la lección de mirar con atención la descripción antes de hacer el clic final. ¿La contracara? Los macetones de terracota tamaño monstruo que compraste sin medir y que ocupan, literalmente, toda la superficie del balcón.

Seis años de envío

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. - Créditos: Ilustraciones de Brenda Ruseler

Otro de los errores típicos cuando compramos con envío a domicilio es no contar con, justamente, los tiempos del envío de nuestro hallazgo online. Sacando números, para cuando ese traje de baño esté en tus manos finalmente, ya vas a estar usando gorro y guantes de lana. ¿La buena noticia? Lo estrenás la próxima temporada de verano.

El efecto Sprayette

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. - Créditos: Ilustraciones de Brenda Ruseler

Caíste. Te atrapó una publi de Instagram y ahí fuiste, como una zombi a comprar esa mopa que prometía. Se lava en el lavarropas, tiene un tarrito para poner el producto y que no toque las manos, ¡una locura! Pero ¿qué pasó? La usaste una vez y, desde entonces, se muere de risa ocupando un lugar exagerado y juzgándote en silencio por tus malas decisiones.

El talle misterioso

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. - Créditos: Ilustraciones de Brenda Ruseler

Podríamos coincidir en que comprar calzado online no puede fallar. Hay una sola variable: el talle. Ahora bien, ¿cuál es el que tengo que tener en cuenta? USA, UK, EUR, BR..., todavía no lo tenés claro. Lo que sí, ya hiciste stock de zapatillas para tus hijos por los próximos tres años. Pero, a pesar de haber investigado cuál era el talle correcto, no le pegaste en ninguna compra.

Expectativa vs. realidad

En las redes, el vestido quedaba pintado, pero cuando llegó a tu casa, tardaste varios minutos en reconocerlo. Este fail es un clásico de coparse mal con una foto y, por impulso, apretar “comprar”, sin buscar imágenes en las que se vea la calidad de la tela y la prenda real. Claro que la buena iluminación y el retoque de la foto hacen milagros, porque... ¿qué tienen en común el modelo del posteo que te conquistó y este mono que tenés en tus manos en el que no hay una sola costura que no chingue? Una sugerencia: googleá expectation vs. reality shopping y date una panzada de memes de consuelo. Y otra: pedí que te manden la foto sin filtro de la prenda antes de comprar.

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