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El museo de Shanghái que conserva los posters de la Revolución Cultural de Mao

Es un espacio subterráneo donde se conserva la iconografía gráfica de este período; los afiches fueron la herramienta de comunicación política para conectarse con la población analfabeta




El interior del museo ubicado en el subsuelo de un edificio

El interior del museo ubicado en el subsuelo de un edificio - Créditos: Gentileza

SHANGHAI.- En un plan de salida mucho más modesto que otros atractivos turísticos con más prensa como la hermosa costanera del Bund o los increíbles rascacielos que se levantan a orillas del río Yangtsé, Shanghái también ofrece a los visitantes la posibilidad de hacer un recorrido por los acontecimientos que marcaron la vida política china de los últimos 70 años a partir de los miles de posters que alberga el subterráneo museo Shanghai Propaganda Poster Art Center.
La pujante ciudad del sur de China se jacta de ser la capital nacional de los posters de propaganda política que jugaron un papel no menor en acontecimientos de la historia moderna del país como La Larga Marcha o la Revolución Cultural.
Hace cien años, cuando la inmensa mayoría de los chinos eran analfabetos y no podían acceder a un lujo como los equipos de radio, los posters se convirtieron en el principal medio de comunicación política y el instrumento elegido por todas las fuerzas políticas para acceder a las masas y esta tradición fue retomada por el Partido Comunista Chino que tomó el poder en 1949.
La importancia que adquirió esta industria en la convulsionada Shanghái del siglo XX -la ciudad fue el escenario de la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial y la Revolución Cultural- explica el gran desarrollo que alcanzó el diseño de estos afiches, que combinaban hermosos dibujos con una mirada entre feroz e ingenua de la realidad de la época, pero que vistos con 40 o 50 años de distancia conservan una llamativa actualidad.
Llegar al Shanghai Propaganda Poster Art Center no es fácil. Google Maps marca que el lugar está a unas diez cuadras de la estación de subte Jiangshu y a menos de quince minutos de la céntrica People's Square, en un barrio residencial de Shanghái, copado por bares de moda y muy cerca del consulado de los Estados Unidos. Cuando se llega al 868 de Huashan Road, sin embargo, el visitante no se encuentra con un típico museo sino un condominio que cuenta con cinco pequeñas torres. En la puerta del lugar, un guardia de seguridad reacciona ante el desconcierto del visitante y sin mediar una palabra alcanza una pequeña tarjeta en la que figura el nombre del museo. Apelando únicamente a gestos con las manos señala la torre número cuatro. En el sótano del edificio residencial funciona este pequeño museo centrado en la Revolución Cultural, de la que se acaba de cumplir el 50° aniversario y que en su momento sirvió como vehículo para que Mao Zedong recuperara el liderazgo que había perdido en el Partido Comunista Chino.
La Revolución Cultural es uno de los episodios más tremendos de la historia moderna, ya que con el argumento de combatir a las desviaciones burocráticas y capitalistas que se habían generado dentro régimen chino, Mao lideró una caza de brujas contra todo los sectores acusados de "derechistas" de la sociedad, que dejó más de un millón de víctimas.
Tras la muerte de Mao y el juicio político a su viuda, el acceso al poder de Deng Xiaoping -el histórico rival de Mao en la interna comunista y padre del milagro económico chino- decretó el fin de la Revolución Cultural, lo que se tradujo en la desaparición de la inmensa mayoría del material de la época. Y durante más de veinte años, resultó muy difícil encontrar testimonio gráfico de lo que había pasado en la década del 60 en China, hasta que en 1995 Yang Pei Ming -un pequeño coleccionista- inició un trabajo de hormiga, buscando los posters de la época.
El material que fue recolectando el coleccionista empezó a ser exhibido de manera informal en la casa de Yang, hasta que hace cuatro años el lugar obtuvo la licencia oficial para funcionar como un museo. Hoy el museo de Shanghái reúne a más de 6000 posters de propagando política de un período que va de 1940 a 1990 y una colección adicional de calendarios de bellezas chinas, a los que apelaban las marcas de cigarrillos y bebidas de la época para promocionar sus productos.
La entrada al museo cuesta 25 yuanes -aproximadamente unos cuatro dólares- y pese a contar con la licencia oficial el lugar conserva cierto clima de clandestinidad, comenzando por su ubicación en el sótano del edificio y siguiendo por el hecho de que el lugar no deja de ser un departamento adaptado muy rudimentariamente para albergar a un museo. La sala de estar funciona como entrada y los diferentes dormitorios albergan los posters de cada época, con una participación destacadísima de Mao, acompañado por otros líderes revolucionarios chinos como Zhou Enlai y Lin Biao y una lista de los históricos referentes del marxismo que van desde el propio Carlos Marx y Max Engels hasta Lenin y Stalin
Como explican los textos escritos en chino e inglés que aparecen en cada sala, los posters representan una excelente manera de hacer un recorrido por la historia de la China del siglo XX y una oportunidad para tratar de entender a un país que en poco menos de quince años pasó del fanatismo de la Revolución Cultural al capitalismo de Estado más puro, sin cambiar de signo político.
Los recursos gráficos de la época combinaban escenas comunitarias muy inocentes con acciones bélicas contra el capitalismo
El interior del museo ubicado en el subsuelo de un edificio

El interior del museo ubicado en el subsuelo de un edificio - Créditos: Gentileza

Créditos: Gentileza

Créditos: Gentileza

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