"Benarés o Varanasi es una ciudad pequeña en comparación con otras de la India, aunque allí vivan casi un millón y medio de personas. Está a orillas del río Ganges, entre Delhi y Calcuta, y es la más importante de las siete ciudades sagradas del hinduismo. Además de atraer gran cantidad de extranjeros, es un punto de comunión para hindúes de todo el país, que marchan en grandes grupos distinguidos por vestimentas que marcan su procedencia. "Ellos son de Bombay", me dijo un comerciante. "Se nota por sus sombreros"."
2 - Créditos: Adán Jones
"Es fácil salir del centro y llegar a las afueras, donde nadie habla inglés, donde los pobladores miran al turista con curiosidad y extrañamiento y los niños saludan o piden selfies para inmortalizar los momentos."
3 - Créditos: Adán Jones
"La llegada al Ganga es a través de calles y pasillos. Algunos tienen apenas un metro de ancho y se pierden entre las construcciones amontonadas sobre el río; otras son grandes y despejadas, que acaban en muelles repletos de barcos y templos con cúpulas a sus lados. En sus orillas se encuentran los ghats, escalinatas usadas para las ceremonias y los baños purificadores. En total son cerca de 100 sucediéndose uno al lado del otro ininterrumpidamente a lo largo de casi seis kilómetros de costa."
4 - Créditos: Adán Jones
"Los más de 3.000 años de historia viva de Varanasi hacen que sus caminos sin planeamiento se transformen en un laberinto en el que no es difícil perderse. La bruma no juega a favor; en algunas épocas del año, puede ser tan espesa que la vista no alcanza los 10 metros. El paisaje se transforma en un misterio irresoluble hasta que el sol del mediodía, bien arriba en el cielo, logra el poder suficiente para disiparla."
5 - Créditos: Adán Jones
"Varanasi es una ciudad que extrema la cultura hindú y los contrastes que atraviesan toda India y la hacen tan intensa. La pobreza y lo sagrado; la suciedad, los olores constantes y la depuración que implica bañarse en su río. La arquitectura milenaria y las viviendas de tres o cuatro pisos tambaleantes. La espiritualidad que se siente impregnada en el ambiente, pero que, para el corazón poco entrenado, es difícil distinguir del negocio religioso.
El ruido de las bocinas que hablan de hoy y las vacas en todas las esquinas que obligan a transformarse en arriero y que cuentan sobre otro tiempo."
6 - Créditos: Adán Jones
"Hay personas amontonadas, durmiendo en cuantas superficies niveladas y secas encuentren. Hay personas que comen, duermen y trabajan en los mismos espacios que en ocasiones no superan los dos metros cuadrados. Hay un crematorio que funciona las 24 horas y que quema a leña más de 200 cuerpos cada día. Hay procesiones de hombres que cargan a esos muertos mientras recitan cantos fúnebres y obligan a hacerse a un lado en los callejones angostos. Y hay, también, toda una vida que se desarrolla alrededor de esa agua.
Temprano, en la mañana, la ciudad se sumerge en el río para purificarse y organiza ceremonias para venerar a esa madre. Los que menos tienen aprovechan para bañarse, champú y jabón en mano, y lavar la ropa sin importar el frío que haga. Los locales levantan las persianas de los comercios y se preparan para invitar a pasar a sus friends, turistas-amigos, potenciales compradores. Las bocinas se alzan desde el centro y se escuchan los motores de los barcos al fondo."
7 - Créditos: Adán Jones
"Al atardecer los niños despliegan bobinas de tanza y remontan, sobre las terrazas de los edificios, barriletes que se ven como diminutas figuras geométricas coloridas en el cielo. Se encuentran tan cerca unos de otros que parece que se hablaran de edificio a edificio, y crean la sensación de un mundo diferente al de las calles, como si la ciudad se moviera en dos niveles. Atrás se escuchan las voces de los altoparlantes que están a orillas del río, pero que inundan todos los rincones. Son mantras que forman parte de las ceremonias cotidianas de alabanza al Ganges y que se mezclan con el ruido de las campanas, el perfume del incienso, los rituales, el fuego y las velas flotantes lanzadas a la corriente."
8 - Créditos: Adán Jones
"Poco a poco el movimiento de abajo sube a las azoteas y se va apagando, cuando cae el sol y los callejones quedan a oscuras. También los ghats se vacían y el ruido se hace murmullo y el murmullo, silencio. En la quietud de la noche quedan solamente mendigos, sadhus y animales reunidos alrededor de pequeñas fogatas para alejar el frío y comer el botín del día. Algún turista rezagado camina ligero para llegar pronto a su hospedaje. El día termina y en el aire hay una extraña serenidad que no durará por mucho tiempo."
Datos del autor:
Adán Jones nació en El Bolsón, Argentina, en 1989. En 2009, ingresó al UNA en la Licenciatura de Artes Audiovisuales, cursó talleres de revelado en blanco y negro y de fotografía estenopeica, y continuó sus estudios con Fernando Dvoskin, Alejandro Lipszyc, Alberto Goldenstein, Beto Gutiérrez, Gustavo Crivilone y Quio Binetti.
En 2013, participó del concurso Bridgestone de Arte Emergente con la serie Migrantes; en 2015, formó parte del Dance Film Festival UK en Inglaterra con el videodanza ECO, que también participó del Festival Internacional Corporalidad Expandida 2016 en Buenos Aires, y del Festival Iunico, organizado por la Carrera de Artes Audiovisuales de la Universidad Nacional de Arte (UNA), además de integrar la edición 2017 de BA Photo.
Su fotos se publicaron en Clarín y La Nación, y en revistas como Rolling Stone, Remix, Forbes, Siete Días, Newsweek, Porsche, Autos & Viajes, entre otras.(Con la colaboración de Agustina Pérez).
Adán Jones
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