Parir en casa: 10 mujeres cuentan por qué tomaron esa decisión
30 de julio de 2016 • 00:20
Hace unos días una pareja fue imputada por homicidio culposo luego de llegar a la guardia del hospital Bouquet Roldán, en Neuquén, con su bebé muerto, tras un parto casero sin asistencia profesional. Muchos festejaron la decisión del juez y hasta pidieron una "sentencia ejemplificadora", como si perder a un hijo fuera poca cosa. Enseguida también se hizo viral una carta titulada "respetarás tu parto" escrita por una médica porteña que recibió un bebé sin vida.
Los dos hechos, publicados en simultáneo, volvieron a instalar el debate sobre el parto en casa. La carta de la médica fue aplaudida entre colegas, foros de discusión y padres de familia. Los medios de comunicación desenterraron el archivo para enumerar casos de madres y bebés que murieron dando a luz en sus casas y muchos periodistas resaltaron el hecho de que la pareja de Neuquén era de clase alta ("estaban instruidos", "no es gente que desconoce los riesgos").
Aclaro que parí en una institución y volvería a elegir ese camino para futuros partos. Pero soy una convencida de que somos protagonistas de nuestro parto y que por eso mismo cada mujer tiene que tener la libertad de decidir cómo, dónde y con quién parir. Me sorprende que nadie se pregunte por qué tantas mujeres –lejos de ser "diez locas" como dicen algunos- deciden parir en sus casas. Por qué las instituciones –clínicas, sanatorios, hospitales– las expulsaron. Por qué hay una Ley de Parto Respetado que tantos ignoran y la mayoría, encima, lo hace adrede aludiendo que es una "moda" o un "capricho".
Conozco muchísimas mujeres empoderadas e informadas que deciden parir en su casa porque no quieren volver a vivir episodios de violencia obstétrica, porque tuvieron innecesáreas, porque los médicos que consultaron les dicen que deben parir acostadas, que la episiotomía es de rutina, que la vía (que limita el movimiento) es una exigencia de la clínica, que los controles no pueden esperar ni una hora (como si el bebé fuera a pegar un estirón o perder peso en ese tiempo), que el cordón debe cortarse enseguida, que "si pesa más de 4 kilos, cesárea", que si tiene "una cesárea previa, cesárea", que "si no está encajado en la semana 39, cesárea", que como "tenés caderas muy chiquitas y te podés romper, césarea" . El embarazo y el parto son hechos fisiológicos que sólo en algunos casos pueden volverse patológicos.
Invité a diez mujeres a que me cuenten por qué decidieron parir en sus casas, qué las llevó a tomar esa decisión. En 30 horas recibí 92 relatos. Me es imposible reproducir todos en esta nota (sería un artículo extremadamente largo para leer online, de más de 36 mil caracteres). Les comparto los diez más representativos:
Natalia Isabel Vespa (35). Decidí parir en casa a mi segunda hija porque mi primer hijo nació por cesárea y vivo en Puerto Iguazú, allí no hay médicos que asistan PVDC (Parto Vaginal Después de Cesárea). Además, allá la violencia obstétrica es moneda corriente y no quise arriesgar la vida de mi hija, ni la mía.
Valeria Chetta (31). Lo hice porque se daban todas las condiciones para poder hacerlo: embarazo sano, madre sana, beba sana. Y un equipo amoroso y responsable que acompañó nuestra decisión. Quise parir en salud, en mi hogar, con mis tiempos y asegurándome la mejor bienvenida sin ningún tipo de violencia.
María Laura Capotorto (38). Lo hice después de comprender que en una institución no se daban las condiciones para tener un parto fisiológico, con mis tiempos. En mi casa, acompañada por mis parteras, tuve tiempo, libertad de movimiento y no tuve miedo. Parí en el baño, sin apuro. Mi bebé nació después de dos cesáreas, con nudo de cordón y sin inconvenientes.
Tatiana Yael Chaudron Egert (29). Porque cuando nació mi primer hija hace 3 años y medio me cortaron, me la sacaron de adentro con forseps, me obligaron a estar acostada soportando las contracciones fuertísimas culpa de la oxitocina sintética que corría en mis venas, porque los escuche hablar de asados y vinos mientras en mi ocurría algo único, porque no me dejaron tocar al bebé que estuvo 9 meses en mi panza con la excusa de "estas sucia", porque nos separaron durante la primer hora por controles y rutinas innecesarias. Tiziana nació hace 3 meses en el calor del hogar donde la soñamos, acompañados de un equipo de parteros. Nació como quiso y donde quise. Rodeada de amor y de paz. La tomé en mis brazos a los segundos y nunca más nos sepamos.
Eliana Bazar (29). Decidí parir en casa porque después del nacimiento de mi primera hija entendí que el embarazo, el parto y la lactancia forman parte de la sexualidad, por lo cual son fundamentales el tiempo, la tranquilidad y la intimidad. No quería que se nos invada con prácticas innecesarias que pudieran llevar a complicaciones posteriores. No quería que La primera experiencia de vida mi hijo sea La violencia. No parí en casa porque esté en contra de la medicina, simplemente condeno el exceso de intervención, las prácticas por protocolo, la famosa cascada de intervenciones que muchas veces culmina en efectos negativos sobre la mamá y el bebé.
Marlene Piola (27). Porque dejé de confiar en el sistema médico tradicional institucionalizado. Elijo para mi cuerpo y el de mi familia alternativas medicinales que acompañen los procesos fisiológicos, emocionales y espirituales de nuestros cuerpos.
Natalia Ponce (31). Parí en casa porque soy una mujer sana, que cursó un embarazo sano, porque confío en mi cuerpo, porque creo que el parto es un evento de intimidad en la vida sexual reproductiva de la mujer y también para resguardar a mi hijo de todo el protocolo innecesario de recepción del recién nacido en neo.
Florencia Campolonghi (34). Parí en casa porque el sistema médico me expulsó al desoír mi intención de parir en cuclillas
Sofia Candil (28). Con mi primera hija sufrí violencia obstétrica: me hicieron una cesárea sin necesidad, me durmieron sin avisarme, no dejaron entrar a mi compañero y no ayudaron en la lactancia. Mis otros dos hijos nacieron en casa en la semana 40 y 41. Con amor, respeto, con un equipo de parteras amorosas y sin intervenciones de ningún tipo. Tuvimos dos lactancias exitosas y duraderas.
Violeta Osorio (36). Con información elegí parir en casa con parteras, haciendo uso de mi legítimo derecho a decidir cómo, dónde y con quién parir. Porque como mujer sana que tuvo embarazos sanos y bebés sanos concibo el parto domiciliario planificado como la opción más segura, respetuosa y saludable para el nacimiento de mis hijas. Es el modelo de atención que cumple y satisface las necesidades y expectativas de mi familia como protagonistas del proceso, en intimidad y libertad.
Debbie
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