Sexo y pareja: consejos para tener una convivencia más armoniosa
Nuestra psicóloga nos da algunos tips para ponernos en el lugar del otro y mejorar la convivencia.
2 de noviembre de 2017
Créditos: Latinstock
Ser empáticas es tener la capacidad de reconocer y comprender las emociones de otra persona. Es una palabra que viene del griego y que significa, literalmente, “en o dentro del sufrimiento”. El pathos es la pasión o el padecimiento. Esta capacidad surge en nosotros desde muy chiquitos, cuando podemos advertir las intenciones o sentimientos del otro: por ejemplo, el nene que se da cuenta de que su mamá está enojada. Parece sencillo, pero no lo es. Ponerse en los zapatos del otro es mirar ese mismo problema pero con sus ojos. Pensar en su situación, sus valores, sus inseguridades. ¿Por qué es tan importante construir la empatía en la pareja?
1. Calma las discusiones
Cuando discutís con tu pareja, estás encerrada en tu posición. Creés tener la verdad y la sostenés con vehemencia. En rigor, ni siquiera lo estás escuchando, solo querés convencerlo de que piense lo mismo que vos. Si sos empática, en cambio, hacés lo que solemos hacer los terapeutas de pareja. Mirar la misma discusión –imaginemos una escena de celos– desde su cultura, su posición masculina, sus temores, su desconfianza, su historia familiar. Eso no quiere decir que vas a aceptar cualquier cosa. Solo quiere decir que vas a comprender, a entender. Y, sin duda, aunque no logren solucionar el problema, la discusión no será violenta.
2. Provoca acercamiento e intimidad
La intimidad no tiene que ver solo con la sexualidad. Se trata de poder mostrarte vulnerable, y desnuda emocionalmente frente al otro sin tener miedo de ser criticada o juzgada. Cuando hay intimidad en la pareja, las personas no se sienten amenazadas, no piensan que habrá represalias por sus decisiones del estilo de “si no lo acompaño a esta reunión, no va a venir al casamiento de mi amiga”. La empatía ayuda a la intimidad porque permite que puedas entender lo que te cuenta sin someterlo a tu propia conveniencia. Es el componente primordial para compartir los sueños, los deseos y los miedos. Provee de material a la amistad en la pareja, pero también ayuda a mantener el deseo sexual, ya que podés desplegar tus fantasías sin temor ni prejuicios.
3. Hace que no lastimes al otro
Nuestras conductas o nuestras palabras pueden acariciar, curar o lastimar. A menos que seas una psicópata y el daño del otro no sea un tema importante para vos, la mayoría de las personas que aman bien no quieren que el otro la pase mal. Sin embargo, muchas veces lo hacemos. Sin intención, claro, pero lo hacemos. La empatía permite que aun en la más acalorada y hostil de las negociaciones con tu pareja seas capaz de detenerte si te das cuenta de que la estás lastimando y sufre. Y no me refiero a un manejo, sino al dolor de verdad.
4. Sos feliz con su felicidad
Finalmente, ¿hay algo que pueda definir mejor el amor que ser feliz con la felicidad del otro? El buen amor es el que pasa del momento narcisista del regocijo de sentirte elegida y pensar solo en lo que el otro te da al momento más empático y comprometido, que es ser feliz con lo que das. Hay buenas parejas en las que parece haber una competencia por ver quién hace más feliz al otro. ¿El secreto? La reciprocidad. Son parejas en las que ninguno se siente abusado, explotado, o que el amor sea asimétrico. Se aman y se regalan la posibilidad de escucharse, entenderse, divertirse y ser felices cuando el mundo se ilumina con la sonrisa del otro.
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