¿Tenés buen sexo?
Nuestra sexóloga te propone un ejercicio, algo así como un autoexamen erótico: reevaluar tu vida sexual, siendo muy honesta con vos misma.
7 de marzo de 2017 • 00:20
¿Estás teniendo buen sexo? ¿Cómo saberlo? El objetivo de este ejercicio es sacarte de encima ideas preconcebidas para cambiar o mejorar aquello de lo que siempre te quejás con una actitud proactiva y –no menos importante– valorar y sostener aquello que te gusta.
Créditos: Latinstock
¿Qué es el Buen Sexo?
Saber cuidar tu propio placer
En un encuentro erótico, el exceso de preocupación por el placer del compañero y la presión por complacerlo pueden atentar contra nuestro propio disfrute. En cambio, si nos comportamos de manera genuina con nuestro deseo y hacemos solo aquello que nos produce placer, seguramente nuestra pareja también disfrutará, ya que el placer del otro es muy excitante.
Explorar nuevas formas de expresarte
Tener sexo es comunicarse con la otra persona, diciendo verbalmente o contándolo con el cuerpo; el otro se enterará por el tacto, la mirada, el oído. La realidad es que gran parte de nuestra manera de vivir el sexo es aprendida. Así que una de las cuestiones a plantearte podría ser reformular el modo en que le transmitimos al otro lo que nos pasa, incluso mediante la palabra.
Entender que la previa puede ser el todo
Otro mito es el que supone que el sexo sin penetración es incompleto. Pero es más interesante entender la sexualidad más allá de las zonas erógenas; saberla y disfrutarla no pasa solo por el cuerpo, sino por la imaginación.
Recordar que no siempre hay orgasmo
Se suele pensar que el buen sexo debe sí o sí acabar en un orgasmo y si es múltiple, mejor. Estamos tan pendientes de eso que podemos llegar a perder la excitación. El sexo no tiene una meta final, se trata de disfrutar el viaje.
Reevaluate
Más allá de sacarnos de encima todos estos mitos, es cierto que cuando llevamos mucho tiempo de convivencia, y más con hijos, la sexualidad cambia. Pero eso no necesariamente es sinónimo de estar mal o peor.
Sí, nos acordamos con nostalgia de los primeros tiempos apasionados, sorprendiéndonos al descubrir al otro en todas sus dimensiones. El enamoramiento es el mejor afrodisíaco, tenemos sentimientos vertiginosos y con el paso del tiempo la pasión se convierte en cariño y apego, comenzamos a aceptar al otro tal cual es y a disfrutarlo desde un lugar más cómodo y relajado. Es un encuentro conocido, pero no por eso tiene que ser menos interesante.
Para contrarrestar el peso de la rutina, siempre podemos echar mano a algunos hábitos abandonados, como bañarse juntos, masajearse, piropearse… En pocas palabras, seducirse.
Algunas ideas
Rompé hábitos: no esperes la hora de irse a la cama, proponele sexo por la mañana o antes de salir a comer.
Armen una escapada: un finde solos, en algún lugar íntimo con propuestas para parejas (¡hay miles! Y no tiene por qué ser lejos, puede ser incluso en algún complejo lindo en Capital).
No dejen de salir solos: al cine, al teatro, a pasear, a un hotel; seguramente, si hay un encuentro posterior, va a tener otro sabor.
Hablen de sexo: preguntale cuáles son sus fantasías y contale las tuyas.
Bésense todos los días: parece algo menor, pero no lo es; no solo cuando se despiden o se reencuentran, sino en cualquier momento del día. Chapar y tocarse es un círculo vicioso, y la idea es estimular el deseo.
Por último, no dejes de confiar en el valor de la experiencia, en el recorrido de a dos: las crisis y los reencuentros hacen al amor. •
Y vos... ¿Tenés buen sexo? ¿Qué otro indicador sumarías a los de la lista? También leé: "Soy hipersensible" y Amor: ¿Hay un gusto universal?
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