
“Ya no tengo sexo, miro series”
Si Don Draper, Frank Underwood y Tyrion Lannister se cuelan entre tus sábanas, tu pareja puede estar en problemas. Acá, algunas pistas para cambiar de canal.
8 de septiembre de 2015 • 00:03
"¿Vamos con otro?", te dice él. "Sí, dale, que no aguanto...", le contestás vos. No, no estamos hablando de un maratón sexual justamente. Porque lo que seguro va a pasar a continuación de ese diálogo es que alguno de los dos va a poner el siguiente capítulo de esa serie que no pueden dejar de mirar y que adoptaron como rutina antes de irse a dormir o incluso durante fines de semana enteros. Compartir una pasión televisiva con tu pareja está buenísimo, pero ¿qué pasa cuando ese plan perfecto se instala tanto en la dinámica que logra que disminuya la frecuencia sexual? ¿Qué efectos provoca drenar gran parte de la libido en esa avidez por estar al día con las últimas temporadas de las series de moda?
REWIND
Rebobinemos un poquito. ¿En qué momento tu cama se convirtió en un antro de adicción seriéfila? ¿En qué estabas pensando cuando, en vez de ratonear a tu chico mandándole un mensaje hot al celu, le enviaste un "¡mi amor, ya se descargó el capítulo de anoche!"? Y es que así como la música crea un clima distinto a la hora de ir a la cama, el estímulo visual de la televisión también hace lo suyo. Y frente a la multiplicidad de ofertas, la sensación es que nunca estás al día. Ahí fue que juntos decidieron hipotecar esas pocas horas que comparten antes de irse a dormir o invertir gran parte del fin de semana para disfrutar de ese ritual. Pero claro..., ¿cuál es el costo? Seguramente el ritmo sexual se esté ralentando. Del lado de los beneficios, está el disfrute de esa complicidad de debatir horas sobre un personaje, un final de temporada polémico o incluso de bancarse los meses de abstinencia hasta la nueva première. Pero la cosa se complica cuando la falta de sexo empieza a hacer ruido.
STOP
Si este es tu caso, estás a tiempo de apretar "stop" . Como casi en todos los temas vinculados con la vida de a dos, todo es negociable. Porque la convivencia no es otra cosa que una renovación cotidiana de esos contratos –pequeños, mínimos– que mantienen. Tan solo se trata de poner un poco de voluntad para que la libido no se vaya al tacho apenas arrancan los títulos de Homeland. También podés advertir que estás ante una "discronancia" del deseo; esto es, que los dos no están acompasados en cuanto a la frecuencia de sexo que necesitan. Y quizá vos estés esperando los créditos para abalanzarte sobre él y que empiece el verdadero show, mientras que él espera los créditos... ¡para poner otro capítulo! Si te volvés consciente de esto, renová los contratos, al menos en cuanto a series se refiere. Algunas preguntas para contestar juntos son: ¿cuántas series vamos a ver en simultáneo?, ¿cuál es el límite de capítulos por día o por fin de semana?, ¿nos conviene tener la tele en la cama o fijamos otro espacio? Otra clave para evitar caras largas: no compartan series si a alguno de los dos no le apasiona la historia. A la larga, es un arma de doble filo, porque al primer aburrimiento empiezan los reproches.
PLAY
Si tu nivel de desinhibición es grande, probablemente puedas sumar algunos elementos de tus series preferidas a la escena erótica entre ustedes. Sí, aunque no lo creas, puede ser un juego divertido. Estar expuestos a historias de otros es un buen estímulo a la hora de buscar nuevas variantes y fantasías en la cama. No hace falta que ahondemos demasiado; personajes que nos excitan hay miles. A nosotras, el charme de Don Draper en Mad Men, la valentía de Jon Snow en Game of Thrones e incluso el cinismo de Frank Underwood en House of Cards. A ellos, la voluptuosa Joan Holloway, la poderosa Khaleesi o la imparable Claire Underwood en esas respectivas series.
Asumir alguno de estos roles en la intimidad puede hacer que la cabeza de ambos explote. Así que dale play, pierdan la vergüenza y anímense a explorar.
PAUSE
Uno de los motivos que vuelven tan atractivas las series como antesala del descanso es su brevedad. Casi ningún capítulo supera la hora. Ese mismo motivo es también el que permite que puedan tomarse algún "recreo" entre capítulo y capítulo. Probá tomando la iniciativa y fijate cuál es la reacción. Porque el famoso "maratón" de un fin de semana de frío y lluvia puede ser muy lindo y adrenalínico, pero nadie dice que no pueda incluir una buena dosis de "descansos" divertidos y placenteros.
Volviendo al tema de los contratos, las pausas también pueden repactarse; pueden incluso estipular de antemano cuáles serán los "días de series", para que esta actividad no les consuma tanto tiempo de la agenda en común. Lo recomendable es una frecuencia de tres o cuatro veces por semana, para no "achancharse" e inventar otros espacios de conexión. Eso sí, una vez que logren un acuerdo, ambos tienen que cumplirlo. Porque si no, existe otro riesgo que puede terminar en serios conflictos: la llamada "infidelidad serial". El horror de descubrir que él estuvo viendo capítulos a escondidas. Que no pudo (o supo) aguantar la curiosidad y que ahora sabe cosas que vos no sabés. Altísima traición.
FAST FORWARD
En conclusión, solo se trata de una cuestión de voluntad, de tomar la decisión. Juntos. Porque esto también forma parte de elegir qué estilo de pareja querés tener. ¿Querés una pareja en la que prevalezca la sintonía de gustos televisivos o en la que primen la química y la conexión sexual entre los dos? Nadie juzga qué es mejor o peor; las dos cosas pueden ser importantes y grandes motores a la hora del placer. Pero siempre en su justa medida.
Quizá lo que haya que ajustar también sea la manera: disfrutar de un season finale abrazados o haciendo cucharita también puede ser toda una experiencia sexual. .
Series para subir la temperatura
Californication
Hank Moody (un David Duchovny al que los años le sientan muuuy bien), vive mil y una historietas con alto contenido hot. Además, la banda sonora la rompe.
The L Word
La fantasía de ver a dos mujeres teniendo sexo es muy cotizada para los hombres, así que esta serie te va a dar material para rato.
The Affair
Resumido en dos palabras: triángulo amoroso. Lo prohibido siempre nos hace levantar temperatura. Y en el medio, un enigma policial. Buen mix.
Secret Diary of a Call Girl
La protagonista de esta serie es Belle de Jour, una chica londinense que por las noches trabaja como escort de lujo.
ojo con el #porneducated
Internet nos abrió el acceso a mucha información sobre absolutamente todo, pero también a mucha confusión. El hecho de que aprendamos o de que nuestros compañeros aprendan a través de la pornografía nos expone a representaciones equivocadas de los encuentros sexuales. La idea de que hay que llevar a una mujer a un triorgasmo (como si se tratara de una competencia) o de que más siempre es mejor es muy porno. En la carrera por ser grandes bestias sexuales, nos convertimos en devoradoras de información tan prometedora y tan falaz como esta. Y quizás hasta nos juzgamos o frustramos por mandatos sexuales y sociales que poco y nada tienen que ver con un placer real. La pornografía puede ser motivadora, pero, sin duda, lo mejor que podemos hacer es tocar menos la pantalla del celular o de la computadora y más nuestros cuerpos, para conocernos y conocer al otro sin que intermedien representaciones extremas.
Experta consultada: Marta Rajtman, nuestra sexóloga
¿Sos adicta a las series? ¿Te pasó que te afectaran el deseo sexual? Leé otras notas que te van a ayudar a reactivar el tema Sexo: un poquito más duro y Sexo: ¡soltá los ratones!
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