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Finanzas: por qué es clave aprender a administrar nuestra plata

Si hablar del tema ya te genera cierta resistencia, esta nota es para vos. Charlamos con Helena Estrada, que nos dio algunas claves de su último libro "Dueña de tu dinero", vinculado con ver qué hay detrás de nuestra relación con las finanzas.


Sé la dueña de tu dinero.

Sé la dueña de tu dinero. - Créditos: Florencia Molinelli



Si decimos la palabra “finanzas”, quizá muchas de nosotras ni queramos seguir leyendo. Porque a veces es un campo en donde no llegamos a sentirnos del todo cómodas, creemos que no entendemos y hasta nos cuesta abordarlo. Frente a esto, nos preguntamos: ¿por qué nos cuesta hablar de plata? ¿Qué nos falta aprender, como mujeres, para apropiarnos del dinero? ¿Qué cosas hay detrás de nuestras resistencias? Hablamos con Helena Estrada, abogada con un máster en Mercado de Capitales y Financiero y también autora del libro Dueña de tu dinero, sobre cómo podemos asumir el control. 

¿Por qué le escapamos al tema?

La relación de las mujeres con el dinero suele ser de mucha emocionalidad, temor y desconfianza. Además, es muy nueva, recién en 1926 las mujeres tuvimos plenos derechos civiles como adultas (¡no llegamos ni a los 100 años!). Esto quiere decir que recién ahora estamos aprendiendo a relacionarnos con el dinero: que nos cueste hablar es cultural. Por ejemplo, en muchos lados sigue siendo un tabú que las mujeres ganen más que su pareja, que el ingreso de las mujeres es como subsidiario y también se da por sentado que las mujeres no entendemos de finanzas.

Además, estamos educadas para agradar y no crear conflicto, para evitar las peleas. Por eso nos cuesta tanto pedir ajustes salariales: nos da timidez, justificamos mil veces por qué necesitamos ese aumento. Es una creencia muy nuestra el esperar que el reconocimiento venga de afuera. Muchas veces, no nos damos cuenta de que esas acciones no van a significar un incremento en nuestro ingreso económico si no lo gestionamos; y gestionarlo no suele ser muy femenino. Todo esto, sumado a que no tenemos educación financiera en la escuela. Si sentís que llegó el momento de hacerte cargo, sabé que podés mejorar tu propia vida y bienestar con herramientas financieras.  

Dueña de tu dinero

Dueña de tu dinero - Créditos: Getty

EL PRIMER PASO: CONOCER TU VÍNCULO CON EL DINERO

Te proponemos que te tomes un tiempo para vos y pienses cuál es tu verdadera relación con el dinero. Te ayudamos dejando tres preguntas disparadoras, que van a servirte de guía en este recorrido: 

  1. 1

    ¿Qué sentís cuando pensás en tu plata?  
    ¿Miedo, vergüenza, culpa, ignorancia total, angustia? Tené en cuenta que, en esta respuesta, va a haber mucho vínculo emocional. Y está bien. Intentá dejarlo por escrito.

  2. 2

    ¿Con quién hablás de dinero?  
    ¿Solamente con tu mejor amiga, marido, hijo mayor o contador? ¿O hablás con todo el mundo? Pensar esto te va a dar un montón de información. 

  3. 3

    ¿Considerás que tenés educación financiera?  
    Por ejemplo, una pregunta simple: ¿sabés la diferencia entre un interés compuesto y un interés simple? Si la respuesta es “no”, podés considerar que tu educación financiera todavía es un poco deficiente. Pero no te preocupes, que hay muchas formas y recursos para aprender y formarte.  

¡No hay respuestas correctas o incorrectas! Si estás en cero en las 3 preguntas, ya tenés esa información y ¡ya no podés hacerte la tonta!. Esto es parte de tu responsabilidad, no es delegable al 100%, porque impacta en nuestra vida. 

AUTONOMÍA VS. INDEPENDENCIA

Es clave saber que “autonomía” no es lo mismo que independencia. Independencia económica quiere decir que no dependés de otra persona para sostenerte. Autonomía, por su lado, significa que el poder y el control sobre tus finanzas los tenés vos. Es decir, tranquilamente podés ser independiente y no tener autonomía, porque, más allá de que el ingreso lo generes vos, quizá sea otra persona la que se encargue de administrar esa entrada. Entonces, la última pregunta que viene bien hacernos es: ¿tenés autonomía financiera? 

4 HERRAMIENTAS DE CONTROL

Te compartimos cuatro herramientas que te pueden servir para empezar a repensar tu vínculo con el dinero.

  • Armate un mapa de tu situación  

    Entre no saber y saber dónde estás parada hay una diferencia abismal, porque después podés tomar decisiones en función de esa información. Tratá de no depender de otras personas o de las circunstancias. Las preguntas anteriores pueden ayudarte para tener un panorama. 

  • Hablá más de plata  

    Hacelo como un ejercicio; por ejemplo, podés sacar el tema en la próxima juntada con amigas o con tus compañeros de trabajo. Incluso, también puede ser tema en la cena familiar. La clave es que el dinero no se vuelva un tema tabú para vos.  

  • Tené abierta la puerta a que los acuerdos financieros sean dinámicos  

    Abrir los diálogos, sobre todo en las parejas, no siempre es fácil. Hay una historia y querer cambiar algo puede dar miedo. Si estás en pareja: ¿cómo te gustaría manejar el dinero a partir de ahora? Plantealo con honestidad y amorosidad.

  • Entendé el valor del dinero en el tiempo 

    ¿100 dólares hoy tienen el mismo valor que 100 dólares mañana? Aunque sean monedas que no fluctúan tanto con la inflación, nunca la respuesta es “sí”. Cuando sabés cuál es la lógica de la economía y de la moneda, empiezan a abrirse un montón de herramientas.  

EL DINERO Y LA PAREJA: claves para dialogar

Hablar de dinero con la pareja no suele ser fácil, puede resultar incómodo, molesto y por eso lo evitamos. Pero hay que tener en cuenta que, aunque no lo hayamos hablado nunca, existe un acuerdo tácito sobre el manejo del dinero. Porque cuando aparece alguna crisis, notamos que entendíamos distinto y surgen desentendidos carísimos para ambas partes. Independientemente de la confianza que tengamos en la otra persona, tenemos una responsabilidad indelegable de saber y decidir. Lo más importante es saber dónde estás y después decidir. La información es poder.  

  • Sabé que hablar de plata no atenta contra el romanticismo.

    La relación de pares es muy nueva y no tenemos suficientes modelos para seguir, todavía estamos entrenándonos. Las mujeres tenemos mucho más elaborado cómo sobrepasar los estereotipos, y para los varones, a veces es más difícil renunciar a esa creencia del “varón proveedor”.  

  • Entender la diferencia entre administrar vs. ser propietarias.

    Muchas parejas confunden ser administradores del patrimonio financiero con ser los propietarios. A veces, se siente y se vive como que esa administración otorga derechos, cuando, en realidad, otorga obligaciones, porque el administrador tiene una obligación de rendición de cuentas. ¿Cuántas parejas rinden cuentas sobre la administración de los patrimonios conyugales? ¿Cuántas mujeres solicitan y requieren esa rendición si son sus parejas quienes administran las finanzas?  

  • Iniciá la conversación.

    Si te parece que deberías hablar con tu pareja sobre estos temas, podés iniciar la conversación entendiendo que tener información sobre la situación real económica es importante para el desarrollo personal, porque tener autonomía empodera. Eso sí, cuando vayas a encarar y abras esa charla, está bueno que tengas presente al otro, contemplando qué vivencias y creencias tiene sobre el dinero. La empatía, como siempre, es la clave.  

"No hablar de dinero te vuelve niña"

Por Helena Estrada (@helenamestrada). Abogada con un máster en Mercado de Capitales y Financiero. Autora de "Saltar por nosotras" y "Dueña de tu dinero". 

Helena Estrada, autora de "Dueña de tu dinero"

Helena Estrada, autora de "Dueña de tu dinero" - Créditos: Gentileza de Helena Estrada

Cuando no nos ocupamos de nuestras finanzas, nos aniñamos, nos hacemos nenas. Quizá nos sintamos empoderadas en muchos temas, pero no manejar nuestra plata es una prueba muy ácida sobre nuestro empoderamiento real. No quiere decir, necesariamente, tener un ingreso, porque muchas mujeres, por distintas circunstancias, no tienen un ingreso, pero sí autonomía, que no es lo mismo que independencia económica. Autonomía es saber dónde estás parada y poder tener decisión sobre las cosas. Saber, tener información y poder decidir sobre ella es muy importante. Una vez que la tenés, podés tomar decisiones en función de esa información. Si no la conseguís, vas a estar dependiendo de otras personas o de las circunstancias y por eso te aniña.  

Muchas mujeres fueron criadas lejos de los asuntos económicos y, ya en su adultez, les resulta un tema complicado, creen que no entienden. Debido a la vergüenza que eso puede traer, suelen ocultarlo y, así, postergar cada vez más conversaciones relacionadas con el dinero. Porque al sentirse impotentes frente a la administración de sus finanzas, deciden delegarlo en otra persona. Es parecido al cuidado de la salud, las decisiones las tenés que tomar vos. Tener conocimiento y control de nuestras finanzas nos empodera y nos da tranquilidad, es la única manera de saber dónde estamos paradas y poder proyectar a futuro. Si vos no sabés cuál es tu vínculo con el dinero, qué opera en tus decisiones, si no podés recordar hitos en tu vida en los que la plata jugó un rol, vas a estar perdida. Sin embargo, cuando lo recordás, podés entender de dónde viene tu prejuicio, tu impacto, y te podés liberar de esa mochila.  

A veces tenemos un prejuicio negativo hacia la plata, por ejemplo, si generó alejamientos en la familia o peleas, vamos a creer que el dinero destruye vínculos o que hace a la gente convenida. La cargamos de una emocionalidad que no tiene, lo que tiene emocionalidad son los eventos y cómo respondemos ante ellos: no es la plata, ni la crisis económica, ni la herencia, es lo que hacemos con esas circunstancias. Una vez que lo decodificás, si querés, podés cambiar tus propios comportamientos (te podés animar a tener un emprendimiento, por ejemplo). Todo se trata de llevar consciencia.  

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