Reduflación: ¿qué es?

Algunas formas que tienen las empresas para disfrazar la subida de precios son:

• Menos cantidad de producto
• Reducir los gramos
• Botellas y envases de menor tamaño

Se trata de una práctica que no es ilegal, porque al fin y al cabo en el paquete se ve impreso el peso que incluye el envase. Incluso en muchos casos, el tamaño permanece idéntico a versiones anteriores, pero al abrirlo descubrimos que tiene mucho más aire que antes. ¿Quién no lo ha vivido con el yogurt o las papas fritas?

Lo cierto es que este truco de las empresas no tiene un fin tan maléfico como una podría llegar a pensar. Es una realidad que vivimos en un país hiperinflacionario. Por definición, la hiperinflación se alcanza cuando en 3 años el aumento generalizado de precios acumulado llega al 100%. Lamentablemente en Argentina ése es el porcentaje que se espera sólo para 2022.

Esto también afecta a las empresas, que ven sus costos en alza y, por lo tanto, se ven obligadas a reflejarlo en precio. El problema es que, de hacerlo, muchas familias directamente no tendrían la posibilidad de comprar determinados productos o se inclinarían por alternativas. Así que las opciones para no perder clientes son reformular el producto con ingredientes más baratos o reducir el tamaño, siendo esto último lo que les resulta más sencillo.

El problema es cuando esta rebaja en la cantidad de producto no es comunicada de forma transparente al consumidor o al supermercado, que quizás mantiene la etiqueta anterior con el mismo precio pero con un tamaño y peso que no se corresponde en la actualidad. Es en estos casos cuando se trata de una práctica cuestionable, ya que presta a confusión.

Vale aclarar que la reduflación no es una estrategia nueva ni tampoco exclusiva de Argentina, sino que es aplicada en países latinoamericanos vecinos, pero también en Europa, como en España y Reino Unido.

¿Cómo podemos protegernos de esta práctica? Como consumidores, somos más sensibles a la subida de precios que a los cambios de tamaño y peso de un producto, que es donde en realidad deberíamos prestar atención. Es por eso que, a la hora de realizar una compra, por ejemplo al elegir papel de cocina, en vez de mirar el precio final, para tomar la mejor decisión financiera lo que debemos chequear es el precio por metro indicado en la etiqueta del supermercado. Lo mismo puede aplicarse a otros productos, mirando el precio por litro o por kilo.