La Reina Isabel y Meghan: una relación que se rompió rápido.

El amor entre Harry y Meghan arrasó con todo lo que estaba a su alcance. Y desde el primer momento, dejaron en claro con actos, que no iban a dejarse doblegar por la rigidez de la monarquía.

Uno de los primeros conflictos dentro de la familia apareció cuando se dieron cuenta de que Meghan no iba a resignar tener una vida personal. Entrevistas, trabajos como columnista en una revista de moda, todas cuestiones que a los ojos de la realeza no estaban bien vistos.

Luego de la boda, Isabel II dispuso que la pareja feliz imitara la Gira Australiana que es una tradición familiar. Sin embargo nunca pensó que la joven pareja iba a tener tanta difusión: sus fotos completamente enamorados dieron la vuelta al mundo.

Mucha agua corrió bajo el puente. La tirantez en el vínculo fue empeorando y las versiones fueron muchas:

 

• La supuesta pelea entre Kate y Meghan, en la que una acusó a otra de maltrato y viceversa. 
• El supuesto maltrato de Meghan por parte de ex empleados de la duquesa de Sussex, hecho que provocó que la misma Reina ordenara abrir una investigación.
• La libertad con la que Harry y Meghan pretendían vivir la vida, que era literalmente imposible visto con los ojos de una Isabel que reinó durante 70 años poniendo sus obligaciones por encima de cualquier emocionalidad.

Sin embargo, la versión que más resonó fue que la distancia de la pareja fue un intento de la Reina por evitar un conflicto mayor.

Lilibeth, quien defendió a capa y espada el honor de su familia, pretendió evitar una pelea entre hermanos. Supuestamente Harry y William tuvieron encontronazos de los que ya no había regreso: cuando Harry descubrió que William le estaba siendo infiel, lo acusó de ser “igual que su padre”, el hoy Rey Carlos III. La furia, el desprecio y la bronca con los que los hermanos comenzaron a vivir la vida, hizo temer a su abuela que repitieran la historia trágica que terminó con ella como Reina, saltéandose a un hermano que también fue distanciado de la familia.

Pero más tarde, entre entrevistas, notas y declaraciones, los Duques de Sussex hicieron lo peor que podían hacerle a su abuela: hablar. Hablar en una familia que es lo que es, precisamente, por saber callar.

Una familia en la que el amor, la amistad, los sueños, las infidelidades, las ideologías, todo fue barrido prolijamente debajo de la alfombra real.

En un especial con Oprah y frente a todo el mundo, hablaron de temas ríspidos para la Corona: el racismo que Meghan sintió de algunos miembros de la familia, el temor de Harry a que el acoso a su mujer le hicieran revivir el dolor de un hijo que perdió a su madre en medio de una persecución por parte de los paparazzis, la dureza con la que fueron tratados, entre otros temas.

De hecho Meghan estrenó podcast propio hace unos días, y sigue convocando audiencia. 

 

Hoy, William y Harry perdieron a su abuela. Ninguna de las dos mujeres viajaron al menos en un inicio al Castillo de Balmoral. Kate, porque hoy iniciaban las clases de sus hijos menores; Meghan, sin motivos públicos.

 

¿Cómo sigue esta historia ahora que la Reina no está? Carlos III es el nuevo Rey y será quien tenga la última palabra.