Instagram caído: ¿qué pasaría con el activismo si cierran las cuentas de las redes?
En esta nueva columna, Candela Yatche, autora de Bellamente, nos invita a reflexionar sobre el valor y el riesgo de depender de las redes sociales para difundir nuestros contenidos.
31 de octubre de 2022 • 13:51
Instagram está caído a nivel global. - Créditos: Archivo LN
Lunes 9 de la mañana, estás tomando un mate, empezando a trabajar y ves que en la cuenta de Instagram del proyecto social que creaste con tanto esfuerzo, la comunidad construida durante 5 años se achica de un minuto para el otro. En una hora bajan alrededor de cuatro mil seguidores. Entras en pánico: ¿alguien nos habrá cancelado?, te preguntás. Empezás a llamar a personas que trabajan con vos para buscar alguna respuesta, nada de lo que dicen te conforma. Ya no sabes a quién llamar. A quién hacer el reclamo.
Decidís hablarle a tu comunidad, la que queda ahí, del otro lado de la pantalla. Contarle tu desesperación. A los minutos empiezan a llegar cientos de mensajes contando experiencias similares. Algo tranquiliza saber que no sos la única. Después supimos que Instagram se cayó a nivel mundial.
Leés en Twitter que algunas personas mencionan que Instagram está eliminando cuentas que son bots o que no se están usando mucho. Hay quienes dicen que eliminan cuentas al azar. Te preguntás qué pasaría si el día de mañana se eliminan todas las cuentas de Instagram. Una pregunta que tanto te desespera.
A partir de lo que hoy está pasando con las cuentas de Instagram, hay muchos puntos para pensar sobre cómo sería un activismo en esta era sin la virtualidad. Si bien es importante resaltar la idea de que son necesarias las dos patas del activismo (online y offline), y no quedarnos con el activismo de sillón pensando que vamos a cambiar todo con un celular, se hace raro pensar en un activismo sin lo digital.
Claramente, el activismo no nació con la tecnología. Hay referentes y referentas que, sin estas herramientas, lograron un impacto social enorme. Pero no se puede dejar de lado que hoy en día tenemos avances tecnológicos y que, el uso de los smartphones, configuran la dinámica de la sociedad.
Sin las redes, ¿podríamos unir las voces de tanta gente? ¿Tendríamos espacio para dar nuestra opinión sobre publicidades o programas de televisión con mensajes machistas? ¿Y sobre marcas que no venden diversidad de talles ni tienen diversidad en sus publicidades?
Por un lado, hay una sensación de vulnerabilidad de parte de quienes generamos contenido en las redes. Percibimos la falta de control de lo que pasa con las cuentas que alimentamos todos los días durante años. Por otro lado, una sensación de valoración. Las redes como herramientas que nos permiten intercambiar nuestras formas de pensar, conectarnos si estamos en distintos espacios geográficos, transmitir mensajes. Las redes sociales nos ayudaron a generar campañas para concientizar, para llamar a la acción y fortalecer el compromiso social de muchas personas.
En unas horas vamos a saber qué pasa con las comunidades en Instagram. Más allá de lo que ocurra, esta situación abre preguntas sobre el futuro de los activismos.
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