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Mujeres en Irán: ¿qué es la policía de la moral?

A pocos días del asesinato de la joven iraní Mahsa Amini por el mal uso del velo, dialogamos con una experta en política internacional para entender la escena actual de las mujeres en Irán.


Frente al consulado de Irán en Estambul (Turquía) distintas mujeres protestan por la muerte de Mahsa Amini.

Frente al consulado de Irán en Estambul (Turquía) distintas mujeres protestan por la muerte de Mahsa Amini. - Créditos: Getty Images



Se cumplió una semana del asesinato de Mahsa Amini en manos de la "policía de la moral". A la joven iraní de 22 años la subieron a un auto, la torturaron y a las dos horas la enviaron al hospital de Teherán con muerte cerebral: luego de 72 horas en coma, el viernes 16 de septiembre murió de un paro cardíaco, según informó el parte médico.

El repudio ante el hecho ultraviolento desató diversas manifestaciones en Irán, principalmente lideradas por mujeres musulmanas que se mostraron en rebeldía frente a la interpretación ortodoxa de la ley islámica.

"El pueblo iraní ha salido a la calle a luchar por sus derechos fundamentales y su dignidad humana y el gobierno está respondiendo con balas", dijo hace unos días el director de la ONG Iran Human Rights, Mahmood Amiry Moghaddam. 

Las manifestaciones estallaron inmediatamente después del anuncio de la muerte de Amini en más de 20 ciudades con gritos como "Justicia, libertad y no al hiyab obligatorio", "Mujeres, vida, libertad" o "Muerte al dictador”. En las redes sociales, el activismo tanto local como internacional también mostró un fuerte rechazo a las torturas habilitadas por el régimen islámico. Entre los videos más virales de estos últimos días, sigue circulando y generando conmoción los de mujeres que se mostraron quemando sus velos y cortando su cabello.

Hasta ahora, según indicó la televisión pública iraní hay unas 26 víctimas fatales en el marco de estas manifestaciones.

Para comprender el contexto en que una mujer iraní puede ser legalmente castigada por el mal uso del hiyab (velo) a través de la llamada Policia de la Moral, dialogamos con Aimé Aminahuel, politóloga y becaria del Conicet.

El hiyab, el velo islámico, es obligatorio desde que se instauró el Estado teocrático en Irán con la Revolución de 1979.

El hiyab, el velo islámico, es obligatorio desde que se instauró el Estado teocrático en Irán con la Revolución de 1979. - Créditos: Getty Images

La ley islámica y la policía de la moral

“La ley sagrada islámica incluye distintos tipos de códigos legales que se constituye a partir de jurisprudencia y se basa en la interpretación de dicha ley. Cada tipo de código prescribe castigos diferenciados de acuerdo a cada delito”, introduce Aimé.

“Entre los códigos establecidos se encuentra el ´código de vestimenta´, destinado a reglamentar cómo debe estar vestida una mujer en el espacio público y cómo debe ser usado el Hiyab (velo). La policía de la moral es el órgano encargado de hacer cumplir dichas reglas. También existe el código de 'conducta social' en el espacio público: se trata de un código más amplio y de carácter moral que, por ejemplo, se encarga de controlar que la mujer no le sea infiel a su pareja”, detalla la investigadora de Conicet.

Vigilar las costumbres islámicas

La policía de la moral vela por la moralidad de las costumbres del islam: son grupos de hombres y mujeres que detienen a las mujeres que no llevan bien puesto el hiyab. Suelen estar ubicadas en patrullas frente a escuelas, universidades y las calles principales de las ciudades. “A las mujeres que no siguen las reglas del código de vestimenta se las puede detener de manera violenta”, informa Aimé.

Al mismo tiempo, la policía de la moral tiene a su cargo un centro correccional donde apresa a las mujeres y les dan lecciones acerca de cómo deben comportarse y estar vestidas en el espacio público. "Se las suele liberar en el mismo día, aunque en muchos casos eso no ocurre”, denuncia. Hay ciertos castigos que incluyen multas, prisión o flagelación.

Contexto actual de la sociedad iraní

El régimen islámico instaurado en Irán desde la Revolución islámica de 1979, que lideró ayatolá Jomeini y que sigue vigente al día de hoy, tiene la particularidad de hacer una lectura del islam ultraortodoxa y de aplicar de forma rigurosa la sharía, que es el derecho islámico de conducta que sigue una serie de reglas morales en relación al estilo de vida islámico que se busca perpetuar.

Entre las restricciones que se incluyen, por ejemplo, se encuentran inscriptas la prohibición del trabajo femenino fuera de los hogares, la educación está vetada para las niñas y mujeres y, como ya vimos, no pueden mostrar ninguna parte de su cuerpo en público. En caso de violar alguna de estas reglas, la policía de la moral está habilitada para azotarlas.

“La gubernamentalidad del poder islámico se ha instituido desde la revolución de 1979 en adelante a través de la utilización de una serie de instrumentos, uno de ellos es la policía de la moral. También está la policía del lugar y el cuerpo parapolicial como sistema de autovigilancia”, detalle Aminahuel.

El espacio público “se consolidó a través del control de los cuerpos, especialmente del cuerpo de las mujeres, enfatiza la experta.

Un grupo de mujeres en un centro electoral al este de Teherán, la capital iraní.

Un grupo de mujeres en un centro electoral al este de Teherán, la capital iraní. - Créditos: AFP

Control de los cuerpos como herramienta política

“Partiendo de la base de que el sistema mundial está constituido por ciertos valores patriarcales, cuando un Estado teocrático como es Irán instituye una perspectiva de la ley islámica ultraconservadora, allí lo que aparece aún de manera más radical es el cuerpo femenino convertido en un objeto. Entonces, el cuerpo femenino es un objeto de la política gubernamental iraní para enfatizar el límite entre dos mundos. Por un lado, el espacio islamita oriental y, por otro lado, el espacio occidental. Eso es el ejercicio del poder que se instaura a partir de la revolución islámica de 1979, donde el cuerpo de la mujer es tomado de manera radical como un espacio de disputa político ideológico”.

Cuando le preguntamos cómo considera que observa el gobierno iraní al feminismo, la respuesta fue contundente: "Hoy los grupos islamitas que están en el poder observan al feminismo como un brazo de la política colonialista occidental para socavar el estilo de vida musulmán y, por lo tanto, lo rechazan en nombre del islam".

El activismo en redes sociales, que plasman reclamos en favor de los feminismos y los derechos humanos, ¿qué cambios trajeron?: “El activismo sociodigital ha obligado a los gobiernos teocráticos con una interpretación ortodoxa de la ley islámica a dar respuesta a la comunidad internacional. Esta semana salió a hablar públicamente el presidente del Parlamento iraní, Mohammad Bagher Ghalibaf, para manifestarse en contra de lo ocurrido con Amini y asegurar que evitarían que se repita un caso como este. Esto sucede como consecuencia del activismo feminista que, sobre todo, obliga a que los gobiernos ortodoxos den una respuesta ante la comunidad internacional”.

“Creo que este tipo de sucesos va a seguir profundizando la división entre ciertos sectores juveniles y los gobernantes más conservadores y dogmáticos, lo que abrirá una brecha generacional que me parece cada vez más difícil de reparar para el régimen iraní”, agrega Aimé.

Contexto histórico y coyuntura geopolítica

Gracias al aporte fundamental de la experta consultada, logramos realizar la siguiente síntesis (breve pero lo suficientemente precisa), con el objetivo de aportar un granito de arena a la comprensión del escenario previo a la revolución islámica.

Para empezar, Irán tiene mucha presencia en la historia de Occidente porque es un punto neurálgico en términos de ruta comercial y, al mismo tiempo, es un punto de encuentro entre las civilizaciones. A lo largo de la historia, fue un punto de conflicto bélico entre distintos imperios.

En la década del 60 y 70 se juega una configuración del sistema mundial muy vinculada a la Guerra Fría y la búsqueda por controlar el poder mundial, sobre todo, por parte de Estados Unidos. En la década del 70, también hay un punto clave: se instaura un modelo económico de carácter neoliberal que, más tarde, en la década de los 80, deviene con la caída del Muro de Berlín.

En aquellos años, Estados Unidos, en alianza con algunos países de Europa comienzan a incidir en la política de Medio Oriente cada vez con mayor presencia.

Antes de la revolución de 1979, en Irán había monarquía, la cual había logrado ser influenciada por Estados Unidos con la instalación del último rey iraní, Mohammad Reza Pahlavi. Dicho rey, conocido como el sha, se encargó de llevar adelante una serie de políticas reformistas muy cercanas a la potencia hegemónica del momento, lo que generó una brecha irrecuperable en la sociedad del momento: apartó a la clase media y de los sectores más conservadores del clero que, como es de esperar, manifestaron su descontento. El malestar social fue el germen que sentó las bases de la revolución encabezada por el líder Jomeini.

A través de la efectiva revolución islámica de 1979 se instala un Estado islámico en Irán, con un discurso fuertemente anti Estados Unidos, ultranacionalista y con una perspectiva muy vinculada al control estatal con los recursos estratégicos de Irán. En aquella reforma se convierte a Irán en un Estado teocrático y, además, se transforma las bases institucionales del Estado instalando la figura del líder supremo con la asunción de ayatolá Jomeini que, con su muerte en 1989, fue sucedido por el actual líder de estado, Alí Jamenei.

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