Salud mental: qué es la depresión perinatal
La depresión perinatal puede suceder durante la gestación como en el posparto, ¿cuáles son sus síntomas y cómo se trata?
21 de octubre de 2022
Los síntomas de la depresión perinatal pueden despertar apatía, tristeza y pensamientos destructivos con el bebé o con vos - Créditos: Getty.
Llegó el día de tu parto. Ahora tenés a tu recién nacido en brazos, pero no sentís esa felicidad que “había que sentir”. La plenitud de convertirte en madre no ocurre. En cambio, sentís tristeza, miedo a quedarte sola al cuidado de tu bebé, tenés ganas de llorar todo el día y un agotamiento persistente. Y, sobre todo, no te sentís comprendida por el entorno. Esto sucede más frecuentemente de lo que se logra diagnosticar y se llama depresión perinatal (durante la gestación y después del parto).
La depresión perinatal es un trastorno que, muchas veces, pasa desapercibido (excepto cuando se vuelve extremo y la mujer ya no puede ocultar sus síntomas), se vive con culpa y vergüenza y requiere de un diagnóstico preciso y de acompañamiento profesional para poder superarlo.
En diálogo con Carolina Pena, psicóloga feminista, consultamos qué es la depresión perinatal y por qué es un trastorno que suele ser silenciado.
Pena detalla de qué se trata la depresión perinatal y por qué el contexto social incide directamente. "La depresión perinatal puede darse tanto durante la gestación como después del parto y es un tipo de trastorno que suele ocultarse por vergüenza".
"Las mismas mujeres y personas gestantes intentan restar importancia a esas sensaciones de rechazo a su bebé o la maternidad que aparecieron en ellas, en un momento donde el mandato de felicidad les decía que debían de estar felices con su reciente maternidad. Hay mucha expectativa social que genera presión, y que no entiende por qué no está feliz esa madre, si su hijo es ´sanito´ y eso es todo lo que debería de importar. Por eso ocultan los síntomas que logran pasar desapercibidos”, agrega.
Durante el embarazo, Carolina considera que también es un trastorno subdiagnosticado por similar razón: “En una sociedad patriarcal está muy naturalizada la idea de que las madres deben soportar todo en pos del bienestar de nuestros hijos. Por eso cuando hay síntomas en el embarazo, suelen quedar invisibilizados”.
Desde el National Institute of Mental Health (Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos), aseguran que no hay una sola causa para la depresión perinatal y las investigaciones sugieren que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales:
El estrés de la vida (por ejemplo, las demandas laborales o experiencias traumáticas anteriores), las exigencias físicas y emocionales de tener hijos y de cuidar a un nuevo bebé, y los cambios hormonales que ocurren durante y después del embarazo pueden contribuir a la depresión perinatal. Además, las mujeres presentan un mayor riesgo de desarrollar depresión perinatal si tienen antecedentes personales o familiares de depresión o trastorno bipolar, o si han tenido depresión perinatal en un embarazo anterior”.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Algunos de los siguientes síntomas pueden confundirse con situaciones “esperables” del puerperio, el punto a tener en cuenta es que, si varios síntomas suceden al mismo tiempo, casi todos los días y durante al menos dos semanas consecutivas, se recomienda pedir ayuda profesional sin minimizar los sentimientos.
Estado de ánimo triste, ansioso o "vacío" persistente
Sentimientos de culpa y falta de esperanza
Agotamiento, fatiga o disminución anormal de energía
Problemas de atención y de memoria
Dificultad para dormir (incluso cuando el bebé está durmiendo), despertarse temprano en la mañana o dormir demasiado
Apetito anormal, cambios de peso o ambos
Dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos sin una causa física clara que no se alivian aún con un tratamiento para esa dolencia
Miedo a quedar al cuidado del bebé
Problemas para crear un vínculo emocional con el recién nacido
Pensamientos sobre la muerte, el suicidio, o hacerse daño a sí misma o al bebé
“Es muy importante la red de sostén: que la persona recién parida cuente con al menos una persona de confianza que la conozca, que este a su lado observándola y acompañándola, porque como ya mencioné, se trata de un trastorno que suele pasar desapercibido y sobre todo cuando no hay nadie observando ni asistiéndola”, resalta Carolina.
Es clave contar con una red de sostén familiar o con personas de confianza. - Créditos: Google Images
Factores de riesgo que pueden desencadenar depresión posparto
Los siguientes escenarios pueden predisponer (y potenciar las condiciones) para que una mujer o persona gestante tenga depresión posparto.
“Hay que estar especialmente atentas si hubiera antecedentes de depresión, complicaciones durante la gestación, stress gestacional, o bien cuando el embarazo no haya sido deseado o planeado; ciertas complicaciones obstétricas durante la gestación parto y puerperio; haber sido víctima de violencia obstétrica; problemas con la pareja durante el embarazo, problemas de salud del bebe o dificultades en la lactancia”, cuenta Carolina.
¿En qué se diferencia la depresión posparto de la tristeza posparto (baby blues)?
Carolina lo detalla así:
En la tristeza o baby blue hay una cuota posible de angustia y tristeza por los cambios psicológicos, hormonales y sociales. Puede ocurrir o no, pero si aparece es algo que está dentro de los parámetros esperables. Se reconoce como un estado de ánimo que se ve alterado de manera transitorio y por eso es tan importante un buen del diagnóstico. La mujer puede llorar sin motivo, estar más sensible, suele suceder dentro de la primera semana ya que es parte de un proceso adaptativo y los síntomas remiten espontáneamente.
En cambio, en la depresión posparto, el estado de ánimo se ve afectado con serias consecuencias en la salud y si no se trata puede ser muy grave ya que no remiten espontáneamente. Si esa mujer recién parida, encima se encuentra aislada de su red familiar y no cuenta con red de sostén, el riesgo es mayor. Puede aparecer inmediatamente después del parto, días, semanas meses incluso un año después, un tema muy poco mencionado.
Cómo hacer prevención
“A la carga mental que ya padecemos las mujeres se nos suma la exigencia de estar felices en el supuesto mejor momento de nuestras vidas, cuando en realidad a muchas no les pasa eso”.
Carolina asegura que la mejora manera de hacer prevención y con información, destapando el tema, difundiendo este tipo de trastorno y, además, desarmando los mandatos que rodean a la maternidad. “Es clave que todos y todas tengamos conocimiento sobre la doble exigencia que pesa sobre las madres. Si encima, desde nuestra familia se nos exige que estemos 24/7 dedicadas con exclusividad a nuestro bebe, eso probablemente repercuta en cómo vivamos la maternidad y nos aleje de la posibilidad de hacer una experiencia propia. Por eso, me parece muy importante contar con información para poder construir una maternidad lo más subjetiva y singular posible intentando no tener que llegar a ningún estándar de calidad ni a ningún estereotipo de madre ideal."
Crianza equitativa vs maternidad sobreexigida
Otro punto de inflexión que menciona Carolina está dado por la necesidad de repensar la equidad de género en los cuidados: “Si todo recae en nosotras y vivimos pensando que la madre es lo mejor para ese bebe, probablemente la exigencia se redoble y también aumentemos los riesgos de padecer trastornos depresivos en el posparto”, defiende.
"En una crianza equitativa (cuando se cría en pareja), la otra parte tiene las mismas posibilidades y obligaciones de cubrir las necesidades de nuestros hijos del mismo modo que lo hacemos nosotras, excepto en la cuestión fisiológica como es el caso de la lactancia. Cuando nos sacamos la culpa materna de la cabeza también se empiezan a disolver todas esas exigencias tan pesadas que recaen exclusivamente sobre nosotras", sostiene.
Seguramente se trate de un proceso largo, pero hay que encararlo en algún momento. ¿Cómo? Con información, con preguntas, con lecturas feministas que buscan justamente desarmar este tipo de mandatos.
“Va a ser muy difícil que podamos movernos y hacer una experiencia subjetiva y placentera de la maternidad si no desarmamos todos estos mandatos que también llegan con la entrada a la maternidad”, concluye.
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