Celulares en el aula: ¿hay riesgos para los chicos o pueden convertirse en herramientas educativas?
¿Cuáles son los riesgos del uso de teléfonos celulares en el aula? ¿Y las ventajas? ¿Conviene sacarlos de las escuelas o mejor adaptarlos al nuevo contexto y convertirlos en herramientas educativas? Charlamos con expertos para conocer datos y ser parte del debate.
9 de abril de 2024
Uso de celulares en el aula: ¿estás a favor o en contra? - Créditos: Getty Images
En un mundo cada vez más conectado digitalmente, el uso del celular en el aula se ha convertido en un tema candente en la educación de nuestros días. Mientras que algunos educadores y docentes defienden su utilidad como herramienta educativa, otros argumentan que su presencia distrae y perturba el entorno de aprendizaje. Este dilema ha llevado, incluso, a varios países a implementar prohibiciones estrictas sobre el uso de teléfonos móviles en las escuelas, desencadenando un debate sobre los beneficios y las consecuencias de esta medida.
“Contar con tecnología al alcance en entornos educativos no es garantía de mejor educación o de mayor calidad. Ahora, al mismo tiempo, la educación sin tecnología no puede ser pensada. Ya sea por los dispositivos, las plataformas o por la accesibilidad, la tecnología hoy es una herramienta que no puede estar lejos de los alumnos y de los docentes. Y si alguna duda quedaba al respecto, la pandemia lo confirmó y demostró: a través de la tecnología se hace accesible el aprendizaje”, afirma Darío Álvarez Klar, fundador de la Red Itinere y especialista en gestión de la innovación educativa.
Celulares SÍ: pensar las ventajas de la tecnología en la educación
¿Son más las ventajas que los riesgos a la hora de sumar la tecnología a la educación? - Créditos: Getty Images
Según coinciden muchos especialistas que investigan el área de innovación educativa, las ventajas del uso de tecnología en el aula son:
Acceso instantáneo: con acceso a internet y una amplia gama de aplicaciones educativas, los estudiantes pueden acceder instantáneamente a información relevante, recursos de aprendizaje interactivos y herramientas de productividad.
Igualdad y diversidad: la tecnología puede convertirse en una igualadora social y, al mismo tiempo, de diversidad de acceso al aprendizaje.
Desarrollo de habilidades tecnológicas: permite que los chicos desarrollen habilidades tecnológicas para los trabajos del futuro.
Celulares NO: ¿cuáles son los riesgos de sumarlos al aula?
Es fuente de distracciones: la presencia constante de teléfonos móviles en el aula puede ser una fuente significativa de distracción, interrumpiendo el flujo de la clase y dificultando la concentración de los estudiantes.
Necesitan consciencia de uso: si los niños o adolescentes no desarrollan una conciencia del cuidado y responsabilidad de su uso, pueden perderse de otras experiencias.
Los docentes deben ser aliados: si los docentes no aprenden a usar la tecnología de forma significativa, no generan otra intencionalidad en el aprendizaje.
¿Qué pasa en las escuelas del mundo?
En respuesta a estas preocupaciones, varios países han optado por prohibir el uso de celulares en las escuelas como medida para preservar un entorno de aprendizaje más enfocado y productivo. Francia, por ejemplo, implementó una ley en 2018 que prohíbe el uso de teléfonos móviles en todas las escuelas primarias y secundarias, mientras que otros países como Canadá y Australia han dejado la decisión en manos de las autoridades escolares individuales.
“Cuando uno analiza los datos y la intencionalidad con respecto a la prohibición, o a esta desintoxicación como me gusta decirle a mí, tiene dos objetivos: la primera es que tenga relevancia el hecho educativo en la presencialidad, el intercambio con otros, el intercambio con un profesor o con otros alumnos”, explica Álvarez Klar y agrega: “Pero esa desintoxicación o ese equilibrio en el consumo de la tecnología no se resuelve prohibiéndolo, sino aprendiendo a consumir esa tecnología. Lo que tenemos que aprender es a generar otras experiencias que también despierten interés, placer y curiosidad y en esto tiene una función especial la familia y la escuela”.
¿Cómo estamos en Argentina?
El especialista Darío Alvarez Klar detalla: “En nuestro país hoy no hay una prohibición. Pero acá, a diferencia de los países europeos, tenemos otras características. Primero, que tenemos una enorme brecha de accesibilidad a la tecnología, tanto en la posibilidad de acceder a la compra de elementos tecnológicos como también en la conectividad. Nuestro país no tiene una regularidad en relación con esto último. En la pandemia se vio que muchas familias con sus teléfonos podían acceder a la tarea o a las herramientas que las maestras le enviaban por WhatsApp porque no tenían otra forma de conectarse en distintos lugares del país. Para eso necesitamos que los chicos y las chicas desarrollen habilidades tecnológicas, desarrollen una conciencia del cuidado y de la responsabilidad de su uso. Necesitamos que los docentes aprendan a usarla en forma significativa y no terminen usándola para lo mismo que usaría en un pizarrón. Se trata de poder generar otra intencionalidad en el aprendizaje, que es lo que hablamos cuando nos referimos a la innovación educativa”.
El desafío del equilibrio
¿Hay posibilidades de pensar en un mundo donde el equilibrio sea posible? “Hay que encontrar formas de entretener, de jugar, de conectarse y dialogar con los chicos. A mí me gusta hacer el paralelo con la alimentación. La tecnología en sí no es ni buena ni mala. Con la comida pasa algo similar. El problema es cómo se consume en su cantidad y su calidad. Hay comida que es sana y comida que no es sana. Ahora, cuando uno piensa en una dieta equilibrada, piensa en combinar, en reducir la cantidad de aquello que me hace mal. En poder compensar si consumo algo que me hace mal, no hacerlo todo el tiempo o en menores cantidades. La tecnología es lo mismo: es una herramienta que está a nuestro alcance y que debemos saber usar tanto los niños, como los adolescentes y adultos responsables para sacarle potencial, sin descuidar los vínculos personales”, concluye el especialista.
"Es un acuerdo entre familias y colegios"
Por Lucía Gómez Centurión. Psicóloga y directora de APRENTIA.
@aprentia_ae.
“Primero hay que distinguir que no todas las familias pueden acceder a un celular. Yo creo que mientras sea una herramienta que aporte, bienvenida. Hay colegios que piden que los chicos lleven algún dispositivo para determinada materia. El tema es que después ya se quedan con ese dispositivo en la mochi. ¿Qué recomendación hay para eso? Depende siempre de la escuela, de los chicos y la familia. Pero es muy importante que tengan muy ordenado el tiempo que saben que es para eso y después lo guardan.
Hay chicos que van súper bien en la escuela y el celular les sirve genial. Ahora bien, para el que es recontra disperso, sumarle un celular, en el que todo el tiempo le están llegando notificaciones, no está bueno. Pero, a cierta edad, ¿cómo trabajarlo? Sea porque ya circulan solos o porque necesitan contactarse con sus padres, el celular termina siendo inevitable. Por eso, depende mucho más de un acuerdo entre familias y colegios”.
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Educar en tiempos sintéticos, el nuevo libro de Melina Masnatta - Créditos: Gentileza Prensa
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