Salud mental: cómo manejar la ansiedad generada por el celuar
A muchos nos pasa: seguramente ya no podés concebir tu vida sin tu smartphone cerca. Pero si sentís que el exceso de celu puede convertirse en un trastorno de ansiedad, te damos algunas claves y estrategias para intentar entregarte al nuevo lujo de la era moderna: el detox digital.
8 de noviembre de 2022
celuansiedad-principal.png - Créditos: Foto: Getty - Collage: Florencia Molinelli
Seguramente ya no podés concebir la vida sin tu smartphone. ¿Y te pasó alguna vez de olvidarte el aparato o quedarte sin batería y sentir que te daba ansiedad? Pero... ¿qué pasaría si luego de leer esta nota, en lugar de volver a chequear tu correo o scrollear tus redes favoritas, te detuvieras un minuto a prestar atención a tu alrededor? "La adicción a la distracción es el fin de tu producción creativa", dice el experto en hábitos Robin Sharma. Claramente no dejamos de reconocer que el teléfono es una herramienta poderosísima, pero como toda herramienta, hay que aprender a usarla para que no tenga un impacto negativo.
Nuestra vida diaria fue modificada completamente por el mundo digital: ya no nos bancamos los tiempos muertos y volvemos a nuestro teléfono cada vez que no tenemos nada que hacer. Eso es lo que podríamos llamar "celuansiedad". En promedio, una persona toca su teléfono 2617 veces al día, revisa sus mails 11 veces por hora y dedica el 28% de su semana laboral a chequear su correo electrónico. El resultado a ese combo explosivo es un estado de sobre estimulación constante, dejando nuestros niveles de atención y concentración absolutamente desgastados.
Estudios científicos demostraron la importancia y necesidad de las "redes mentales en reposo"; esto significa que, entre una actividad y otra, las personas demuestran "una sincronización entre diferentes partes del cerebro que tiene su propio ritmo y respiración". Y es que es tan simple como eso: el estar quieta con tus pensamientos contribuye a la aparición de ideas originales y a una sensación general de bienestar.
¿QUÉ ES LA CELUANSIEDAD?
Los teléfonos inteligentes nos predisponen al multitasking, a hacer menos actividad física, deterioran nuestro rendimiento y potencian un comportamiento adictivo, así que no te sientas sola: es un hecho físico que las pantallas nos generen ansiedad. Esta la respuesta emocional lógica de un cerebro que no está preparado para recibir información las 24 hs.
"Y paradójicamente esto nos anestesia, dejándonos de alguna manera sometidos a ese vaivén digital, sin rumbo fijo, entregadas a un estado de loop expectante. Pero ¿a la espera de qué? Difícil despejarlo cuando la ansiedad es “lo que impregna todo” como decía Wolpe, psiquiatra de Stanford, experto en Ciencias del Comportamiento”, agrega Ana Perl, nuestra psicóloga consultada.
¿Y cómo zafamos entonces de la #celuansiedad? La única medicina real es volverte consciente de ese hábito. Es crucial que puedas tomarte un tiempo para simplemente “dejarte ser”, estar offline por un rato y tener conexiones reales con gente que te haga olvidar de chequear tu teléfono.
JOMO : MIRÁ FUERA DE TU PANTALLA
Si a veces ni siquiera nos damos cuenta del tiempo que se nos escurre en nuestro teléfono, ¿cómo podemos dejar de ser rehenes de nuestros aparatos digitales? Básicamente, tratando de establecer límites con nosotras mismas en torno a comportamientos compulsivos y adictivos.
La propuesta es vivir un poco más en modo JOMO (“Joy of Missing Out”) que se traduce por “el placer de perderse las cosas”, un concepto totalmente opuesto al FOMO ("Fear of missing out"), el miedo a perdérselas, y que nace de la necesidad disfrutar de las pequeñas cosas. La abundancia de estímulos digitales nos abruma, interrumpiéndonos a nosotras mismas y a nuestros pensamientos, y si bien tenemos la sensación que podemos elevar instantáneamente nuestro estado de ánimo, en realidad, la felicidad alimentada por la tecnología es efímera y superficial.
Por supuesto que esto tiene consecuencias: además de comprometer nuestros niveles de ansiedad y capacidad de atención, los datos muestran que somos cada vez menos felices. “Es así como la inmediatez, el desgaste emocional y esa sensación que Freud definió como “angustia ante algo” parecieran querer tomar la conducción de nuestras vidas, hoy tan parecidas a un tren bala”, remarca Ana Perl, nuestra psicóloga.
Para que veas el poder de encontrar el equilibrio en el uso de la tecnología: se investigó el efecto de abstinencia total del smartphone frente a una reducción del tiempo en el uso que se dedica diariamente a mirar la pantalla. En primer lugar, los estudios descubrieron que tanto el abandono total del teléfono como la reducción de su uso diario tenían efectos positivos en el bienestar de los participantes, pero en el grupo que redujo su uso, estos efectos incluso duraron más tiempo y fueron más estables que en el grupo de abstinencia total. De eso se trata, de encontrar límites saludables.
¿Cuántas horas al día pasás en tus pantallas? - Créditos: Getty Images
CLAVES PARA REGULAR LA CELUANSIEDAD
Encontrar equilibrio, calma y bienestar requiere de adecuadas estrategias. Por eso, queremos dejarte algunos consejos para invitarte a ser más consciente de cómo y cuándo usás tu teléfono y puedas disfrutar de él en dosis más saludables:
1
Volvete consciente
Preguntate: ¿cómo está afectando el tiempo que paso con mi teléfono en mi trabajo, como madre, pareja o amiga? En general, ni siquiera tenemos noción del tiempo que estamos online y la clave es que estar en línea sea una elección consciente, en lugar que se convierta en un hábito que te controla a vos. Para administrar tu actividad, lo ideal es llevar un registro en tu teléfono -hay apps que miden el uso del tiempo digital-, y esa información te hará conocer y mejorar tus hábitos digitales.
2
Practicá el mindwondering: dejá que tu mente divague
Dejá espacio para que tus pensamientos afloren en lugar de buscar estimulación constante. Puede parecer un poco menos divertido, pero te aseguro que es el primer paso del bienestar digital. Esa “aparente” inactividad restablece las vías cerebrales, te hace ganar perspectiva, y te va a ayudar a que vuelvas a disfrutar de la tecnología con moderación.
3
Planteate reglas claras
La autora Jocelyn K. Glei, experta en trabajo y creatividad, estudió cómo las personas creativas pueden concentrarse en su trabajo en esta época de distracciones: “Hoy en día, es muy fácil estar ocupado, pero es muy difícil mantenerse concentrado”. Por eso, planteate límites sanos para no tener el “vicio” tan a la mano.
Por ejemplo, podés poner la pantalla de tu smartphone en modo blanco y negro de vez en cuando, pasarlo a modo avión cuando llegás a tu casa o comprometerte a usarlo solo en determinados momentos, como los fines de semana, o hasta determinada hora durante tu semana laboral.
También es clave establecer horarios fijos para mirar tus redes sociales o chequear tu correo no más de tres veces al día, pueden ser pequeños trucos para no perder gran tiempo de tu día haciendo scroll en una pantalla.
4
Apagá estímulos, desuscribite, desactivá notificaciones
Muteá los grupos, desactivá las notificaciones, eliminá las aplicaciones que ya no te interesen y desuscribite de newsletters basura. También tomate un tiempo antes de responder a un correo electrónico o un mensaje, no es posible estar disponible todo el tiempo: mantené como faro tus prioridades, no corras detrás de la demanda.
¿Otro truco? Dejá reservada una o dos horas por día para potenciar tu concentración y trabajar sin estar conectada, en el momento del día donde te sientas más enfocada. Respetá los momentos de conexión real y acordá con vos misma y las personas que vivís cuando es momento de estar presentes y dejar teléfonos y pantallas en modo off.
5
Desintoxicá tu feed
Es una buena idea revisar los grupos de Whastapp de los que formas parte. ¡Nadie se va a ofender si te bajás de algunos! También es útil que determines qué es lo que te gusta de las redes sociales para que puedas usarlas de forma más consciente: ¿ver noticias, seguir a tus amigos o a tu actor favorito? Está buenísimo tener control de la lista de cuentas a las que seguís para apretar unfollow si sentís que algunas de ellas no te suman. Y lo mismo funciona a la inversa, buscá cuentas relacionadas con lo que sí te haga sentir bien.
6
Diferenciá tu tiempo offline
Dentro de tu casa, sé selectiva con los espacios para determinar zonas offline y online: por ejemplo, solo estás conectada en el living y trabajás en tu escritorio, pero tu cuarto se mantiene libre de herramientas digitales.
Si durante tu jornada laboral estás a mil, destiná un espacio offline para salir a caminar sin teléfono, estar al aire libre, nadar, leer un libro… Explorar espacios para dejar afuera la tecnología por un rato.
7
Experimentá la libertad real
El punto es que vuelvas a ser dueña de tu atención, de tu flow creativo y que solo tomes tu teléfono cuando quieras realmente hacerlo. Como todo hábito que reencauzás, esa moderación en su uso va a desencadenar que tengas menos ganas de mirar el teléfono para estar presente en lo que de verdad importa en ese momento.
Dejar de reaccionar inmediatamente al sonido cuando nos llega un mensaje y, en su lugar, contar hasta cinco para preguntarte: ¿voy ya a mirar el teléfono o continúo con lo que estaba haciendo?, es un buen termómetro para comprobar si tenés a tu teléfono “bajo control”.
Experta consultada: Lic. Ana Perl. Psicóloga.
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