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1. Primero, cuidate la piel
Tener una piel sana es tan importante como usar un buen maquillaje. Usá una buena crema hidratante antes de ponerte el protector solar, todas las mañanas. Fijate que la fórmula no sea a base de aceite, así no propicias los molestos granitos.
2. Invertí en un buen primer
No te vas a arrepentir de los pocos segundos que lleva aplicar este producto, que se aplica después de la crema hidratante y el protector y que realmente ayuda a mantener el maquillaje en su lugar. Además es muy útil para suavizar y eliminar la grasa de la piel, dejándola perfecta.
3. Aplicá un bronzer
El Bronzer hace que tus ojos se vean más brillantes y tus dientes más blancos: todo se ve mejor con un poco de calidez en la piel. Para que los resultados se vean frescos y naturales, se recomienda aplicarlo solo en los puntos altos de la cara, donde el sol broncea naturalmente: la frente, los pómulos, el mentón y la nariz. Los que son en polvo son los más fáciles de aplicar, y los que vienen en diferentes tonos se mezclan para obtener los resultados más auténticos. No te olvides del cuello y los lóbulos de las orejas, especialmente si tenés el pelo corto o si llegás el pelo atado.
4. Mantené las cosas simples
Si querés evitar que tu maquillaje se corra, menos es más. Podés por ejemplo reemplazar la base por una BB cream, o mezclar tu base de siempre con una hidratante.
5. Omití el brillo
Un poquito de glow está perfecto, pero tené cuidado con el brillo excesivo. El sudor ya de por sí nos hace brillar, así que en verano lo mejor es optar por productos con acabado mate, y evitar los satinados y los brillos extremos.
6. Bajá el tono de tus colores preferidos
Los colores intensos son bienvenidos, pero pueden verse pesados en verano. Para aligerar su aspecto, elegí una versión menos saturada de tu tono preferido, o bajá el color mezclándolo con un tono nude. Cuando optamos por la sutileza, no hay peligro de caer en el too much.
7. Dale permanencia a tu sombra de ojos.
Para que la sombra dure más, evitá usar crema en los párpados. Lo ideal es aplicar una fina capa de polvo volátil por encima de la sombra y del delineador, lo que ayuda a que el makeup se fije y dure todo el día sin correrse.
8. Eliminá el rubor en polvo.
El rubor le da un aspecto rozagante a cualquier look, pero las fórmula en polvo duran menos. Lo mejor es usar opciones en barra o en gel, que tienen más permanencia. Eso sí, asegurate de que no se te vaya la mano con el color, y matificalo con un poco de polvo volátil al igual que a la sombra de ojos.
9. Experimentá con colores cálidos
Si siempre optás por los tonos fríos, o por los neutros, quizás sea hora de probar un tono más veraniego. Los colores cálidos iluminan la cara y le dan un brillo juvenil a la piel. No hace falta que los uses en toda el rostro, podés probar solo en los labios, en los ojos.
10. Tené el maquillaje siempre a mano
El maquillaje no es una tintura. Se corre y hay que retocarlo. Está bueno tener toallitas desengrasantes o papel secante para eliminar el sudor. Fijate de que sean sin aceite, así no acumulás producto.
Texto Gentileza,Linio.
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