7 hábitos saludables que van a potenciar la salud de tu piel

Usar protector solar todos los días. Este consejo vale para los 365 años. Muchas veces pensamos que el protector solo es importante cuando vamos a la playa, pero la realidad es que hay que usarlo durante todo el año. ¡Y hay que renovarlo cada dos horas! Los rayos UVA y UVB tienen un impacto muy alto en la piel; el protector solar actúa como barrera contra el daño que pueden causar y evita enfermedades de la piel, manchas y fotoenvejecimiento.

¡No te olvides

- Ponerte el protector solar en la cara, el cuello, el escote y el dorso de las manos.

- Si sos propensa a mancharte la piel, usalo con mucha constancia cuando estés expuesta a luz azul (la de las pantallas).

Darle vitamina C a tu piel. Un gran hábito para tu piel es incluir un sérum con vitamina C todas las mañanas, dentro de tu rutina de skincare, para aprovechar su efecto de luminosidad. Si te la querés poner a la noche, también podés, pero su efecto será solo cosmético (es como si te pusieras un sérum cualquiera), porque su función antioxidante es más relevante a la mañana. Es ideal para la prevención, ya que su principal función es prevenir el envejecimiento celular, convirtiéndose en el antiage número 1 para tener una piel sana y bien nutrida.

Cazando mitos: seguramente más de una vez escuchaste que si te ponés la vitamina C a la mañana,
te manchás. Spoiler alert: ¡es todo lo contrario! Lo que oxida la piel son los radicales libres, y uno de los generadores de radicales libres más importantes es la exposición solar, por lo que usar la vitamina C antes de comenzar tu día va a prevenir el fotodaño.

Poner crema con urea en tus pies. Noche de por medio, o dos/tres veces por semana, mimá tus pies y hacete un masaje mientras te ponés una cremita que tenga urea al 10% (si lo necesitás, podés hacerlo todos los días). Es clave para mantener hidratada la planta de los pies y evitar los talones agrietados o resecos. Al ser una piel más gruesa, los talones necesitan una hidratación especial. La urea aumenta la penetración de las cremas y sus principios activos.

Tomar colágeno: a partir de los 25/30 años, este hábito va a ser uno de tus mayores aliados. Beber colágeno
hidrolizado todos los días mejora el pelo, las uñas, la piel y las articulaciones. Y los efectos los vas a notar a los 3 meses. Ya sabemos que la piel está expuesta a diversos daños: condiciones ambientales adversas, la polución, el tabaquismo, el consumo de alcohol y la exposición solar sin protección. Todos estos factores dan lugar al envejecimiento cutáneo y la aparición de manchas y afectan directamente a la formación de colágeno de forma natural. Por eso, tomar colágeno es una manera más de sumar hidratación a la piel y contribuir en la reducción de las arrugas. Es una buena herramienta para incluir en nuestra rutina y mejorar la calidad de la piel.

Hidratar tus labios con vaselina: buena, bonita y barata. La vaselina sólida es una gran aliada para la hidratación de nuestros labios, ya que ayuda a retener la humedad y forma una barrera que los protege de los efectos del sol, el viento y el frío. Para evitar que se agrieten, usá vaselina sólida todas las noches. Si los notás muy deshidratados, aplicá en tus labios una capa gruesa de vaselina, como si fuera una mascarilla, y dejala actuar.

Humectar tu piel con vapor: el momento ideal para humectar tu piel es cuando salís de bañarte, cuando todavía el baño está lleno de vapor. Aprovechá el espacio y, no bien termines tu ducha, secá la piel con golpecitos de toalla (no la frotes) y luego hidratala con cremas que contengan vitaminas A y E.

Beneficios de la vitamina A

- Interviene en la regeneración celular.

- Mejora la apariencia de la piel y su elasticidad, ya que incrementa la síntesis de colágeno.

- Actúa contra la resequedad.

- Genera una piel más suave y uniforme.

- Beneficios de la vitamina E

- Antioxidante.

- Protege a la piel de los radicales libres.

Comprar jabones con un pH parecido al de la piel. La mayoría de los jabones que compramos en el súper tienen un pH alcalino, que altera el manto ácido, protector de la barrera cutánea, y predispone a algunas afecciones de la piel (acné, rosácea, dermatitis atópica, etc.) porque altera la microbiota.

La superficie de la piel tiene un pH normalmente ácido, entre 3,5 y 5,5, y a la hora de elegir un jabón deberíamos chequear que esté en estos valores. Mantener un pH adecuado es la defensa de la piel contra microorganismos como bacterias, virus y hongos. Ayuda, además, a mantener una buena hidratación y absorber mejor los productos que utilices.

Al momento de la ducha, seguí estas 3 claves

1. Tomá duchas cortas de agua tibia.

2. Usá jabones humectantes con un pH parecido al de la piel (de 3,5 a 5,5).

3. Llenate de crema no bien salís, ya que es el momento en que la piel absorbe más.