Así impacta nuestra alimentación en la salud de nuestra piel. - Créditos: Getty
La piel está en contacto continuo con todo lo que sucede en el interior de nuestro cuerpo y con el medio externo. Además de factores ambientales y tratamientos específicos como limpiezas, hidratación y ejercicio, es importante conocer cuáles son los nutrientes que favorecen a la piel, una alimentación saludable y equilibrada previene el envejecimiento. Alimentos fuentes de antioxidantes, vitaminas, proteínas y grasas saludables, ayudan a la regeneración celular.
Un mal cuidado facial, los agentes contaminantes, el clima, la falta de nutrientes en la alimentación, la escasa hidratación, todos ellos son factores que afectan a la buena salud de la piel y, en consecuencia, a su apariencia. Esto, además, no permite que la renovación celular de la dermis se haga de forma adecuada, por lo que el resultado puede ser una piel apagada, sin luz y con tendencia a envejecer prematuramente. Para que la opacidad y la palidez no se apoderen de nuestro rostro, es importante hacer algunos cambios y cuidar nuestra piel como se merece.
Lograr el equilibrio entre belleza y salud puede no es tarea fácil. Muchas veces dejamos de comer para lucir más delgadas, lo que desemboca en trastornos alimenticios. En otras ocasiones, por el estrés y las preocupaciones, no dormimos lo suficiente, o bien, dejamos de hacer actividades que redundan en un mayor bienestar, como ir al gimnasio, leer o dar un paseo.
Pensar en los cuidados faciales como una necesidad y no como un lujo. Piel visiblemente revitalizada, mente relajada y una mejor apariencia del rostro son los beneficios que recibimos al consentirnos con un buen facial.
1. Dormir. Es la mejor manera de revertir los daños causados por los radicales libres, que dan como resultado la oxigenación celular. Además de recargar energía y reparar los músculos, mientras dormimos se reparan y crean nuevos tejidos y células. Por ello, cuando el sueño se reduce en calidad o cantidad, el cutis lo resiente.
2. ‘No’ al estrés. Participar en alguna actividad que nos guste reduce el estrés, promueve una imagen personal positiva y nos ayuda a conectarnos con gente con los mismos intereses. Hacernos tiempo para disfrutar de lo que nos gusta hacer también reduce la sensación de soledad y aislamiento.
3. Hacer ejercicio. Elegir un ejercicio que disfrutemos hacer y asegurarnos de que combine bien con nuestro estilo de vida (para lograr constancia). Ejercitarnos regularmente nutre la piel con oxígeno, mientras que sudar nos ayuda a eliminar toxinas. Es ideal lavar la cara con agua "fresca" luego del ejercicio porque el sudor excesivo reseca y deshidrata la piel.
4. Dejar el trabajo en la oficina. Evitemos llevarlo a casa. Es importante darnos el tiempo para estar con la familia, los amigos, la mascota. Entre mayor sea nuestra calidad de vida, mejor será nuestra salud mental, física y emocional, y nuestra piel lo reflejará.
5. ‘Sos lo que comes’. La comida es la gasolina tanto del cuerpo como de la mente. Así que cuando comemos mal, se nota. Lo mejor es incluir en nuestra dieta alimentos ricos en antioxidantes, que ayudan a combatir el daño causado por los radicales libres.
6. Limpiar e hidratar la piel en la mañana y en la noche. Nuestro rostro también necesita su baño diario y al igual que los dientes, hay que hacerlo mínimo dos veces al día –en la mañana y en la noche– para liberar a la piel y los poros de cualquier tipo de contaminación a la que hayamos sido expuestos, ya sea despiertos o dormidos.
7. Usar protector solar todos los días. Para evitar los daños, es importante que lo utilicemos diariamente contra los rayos UVA y UVB. Hacerlo hará que nuestro cutis luzca más saludable con el paso del tiempo.
8. Nutrir la piel. Aplicarnos una mascarilla rica en antioxidantes de una a tres veces por semana nos ayudará a combatir los radicales libres a los que estemos expuestos, además de que es una manera excelente de mantener la salud de nuestra piel entre facial y facial, y le dará un boost a nuestra rutina de belleza.
Hidratación. “El agua también desempeña un papel muy importante. Es imprescindible beber suficiente agua todos los días para mantener las funciones de barrera y protección de la piel. Además, si la piel no recibe la cantidad de agua suficiente pueden aparecer señales de deshidratación como sequedad, pérdida de elasticidad y falta de luminosidad.
Nutrientes que favorecen la salud de la piel:
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Los betacarotenos, en el organismo se transforman en vitamina A, esencial para la regeneración y pigmentación de la piel, y poseen además, acción antioxidante. Están presentes en las verduras de hoja verde y de color anaranjado- amarillo, como zanahorias, calabaza, zapallo, acelga, espinaca, brócoli, coliflor y en ciertas frutas como damascos, durazno, melón. Las frutas con mucha agua también son muy buenas para hidratar y proteger la piel.
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La vitamina C, de importante papel antioxidante, se encuentra principalmente en las frutas cítricas, frutilla, kiwi, repollo, espinaca y tomate crudos. Esta vitamina promueve la producción de colágeno, y ayuda a mantener una piel flexible y firme.
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La vitamina E, se encuentra en aceites vegetales, granos de cereal enteros, las semillas y los frutos secos. Estos últimos, son considerados “superalimentos”, contienen omega-3, grasas monoinsaturadas y antioxidantes. Por el gran contenido nutricional de los frutos secos y las semillas, otorgan a la piel, hidratación, elasticidad, regeneración celular y protección contra radicales libres.
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Los minerales, como el selenio, cobre y zinc, son también fundamentales para la piel. El selenio, con propiedades antioxidantes, se puede incorporar a través de atún, caballa, frutas secas como nueces y almendras, semillas de girasol.
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Otros nutrientes, como las vitaminas del complejo B y la fibra, colaboran en el mantenimiento de la piel, ambas se encuentran en frutas y verduras y productos integrales. Ayudan al buen funcionamiento del intestino y esto permitirá la desintoxicación del organismo en general y de la piel en particular.