Skin Care en verano: cómo cuidar la piel para mantenerla saludable e hidratada

Durante el verano, la piel tiende a deshidratarse debido al calor, la exposición al sol y el contacto con agua salada o cloro. Estos factores también pueden provocar un exceso de producción de sebo, generando una sensación de grasitud. 

"El verano representa un desafío particular para la piel: mayor exposición solar, cambios de temperatura y deshidratación pueden alterar su equilibrio natural", aseguró la Dra. Sofía Bobillo, Directora de Innovación Médica de IMPLICIT. "La clave no está en saturar la piel con múltiples productos, sino en mantener una rutina simple y efectiva que fortalezca sus mecanismos naturales de protección", agregó la especialista. 

Además, el uso intensivo de protectores solares y bronceadores durante el verano, combinado con el aumento natural de la producción de sebo, puede sobrecargar la piel. "Es fundamental mantener una rutina de limpieza e hidratación adecuada que evite la obstrucción de poros y el desequilibrio cutáneo, especialmente en esta época del año", afirmó Bobillo. 

Por su parte, la Dra. Johanna Furlan, cirujana, especialista en medicina estética. (MN122.975) dio sus tres pasos claves a la hora de mantener la piel saludable e hidratada. 
 

• Protección solar diaria: Este paso es ineludible durante el verano. Es importante recordar proteger no solo el rostro, sino también áreas más vulnerables como los labios, utilizando bálsamos con factor de protección solar.
   
• Reparar después de la exposición al sol: La aplicación de productos calmantes y reparadores, como las lociones post solares, ayuda a reducir la irritación, restaurar la hidratación y revitalizar la piel.
   
• Mascarillas hidratantes: Incorporar mascarillas de hidratación profunda en la rutina semanal puede ayudar a contrarrestar los efectos de la deshidratación y devolver suavidad y elasticidad a la piel.

El sol, el cloro de las piscinas y la salinidad del agua marina son los principales responsables de la pérdida de agua en la piel. Además, la falta de humedad en el ambiente y una ingesta insuficiente de líquidos empeoran el problema. Por ello, asegura que "es esencial combinar el cuidado externo con una hidratación adecuada desde el interior, mediante el consumo regular de agua y alimentos ricos en líquidos".