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Abuso de la tecnología: por qué deberías animarte al detox digital

Te contamos el impacto que tiene en el cerebro y en nuestra salud integral el tiempo excesivo en pantallas. ¿Es hora de una desintoxicación digital?


Detox digital: por qué es clave que lo hagas.

Detox digital: por qué es clave que lo hagas. - Créditos: Getty



Vivimos en una moderna realidad hiperconectada y, a veces, no nos damos cuenta del uso excesivo que tenemos de las pantallas y de las distintas redes sociales.

La concentración es el bien más escaso de nuestro tiempo y nuestra atención vale oro en un mundo lleno de distracciones.

Para ganarse nuestra atención hackean cada vez más y mejor el sistema de dopamina de nuestro cerebro a través de la búsqueda de recompensa inmediata y de la incansable búsqueda de nueva información.

cerebro-pantallas-1.jpg - Créditos: Getty

En la vida cotidiana, en nuestras tareas diarias vivimos en modo multitarea y muchas veces, cuando entramos en el bucle de las redes sociales, van pasando los minutos y perdemos noción de qué era lo que realmente teníamos que hacer. Todo está diseñado para estar afuera de nosotros mismos. En Instagram un reel te lleva a otro reel, además de las decenas de historias que suben los influencer, en Tiktok un video te lleva a otro, lees una noticia y siempre hay un link que te ofrece ver contenido similar.

De este modo el cerebro recompensa los resultados inciertos con una dosis de dopamina para que sientas un fuerte impulso de seguir mirando el celular. Además, es muy curioso, busca nueva información y más si eso conlleva una carga emocional y una sensación de interacción social. El cerebro no piensa que te estás perdiendo y distrayendo de tus propios objetivos.

Donde dirijamos la vista, ya sea en la oficina, en la calle, en el subte y hasta en el gimnasio, la mayoría de las personas siempre están mirando absortas sus pantallas.

Hace años, Sean Parker, ex director ejecutivo global de Facebook, decía: ¿cómo logramos que dediques la mayor parte posible de tu tiempo y tu atención consciente a nosotros? Explotando la vulnerabilidad de la psicología humana. Proporcionándoles un chute de dopamina.

Creo que hacernos preguntas es la mejor tecnología humana, y a través de las mismas quiero ir repasando algunos temas desde el aporte de las neurociencias que todos tendríamos que saber.

¿Cómo impacta el actual estilo de vida digital en el comportamiento humano?

Hay sobrada evidencia que el tiempo excesivo en pantallas nos estresa, nos da ansiedad y fomenta sentimientos de envidia, nos quitan atención de la vida real y muchas veces además nos encontramos consumiendo información falsa.

Por ejemplo, los chicos y adolescentes pasan un promedio de 4 horas diarias frente a una pantalla y esto reduce notablemente el tiempo para jugar y para crear redes efectivas-círculos de empatía. En los adultos se estima que en promedio se usa tres horas al día a las pantallas.

¿Nos volvemos más sociables usando las redes sociales?

Las redes no son para nada un sustituto del cara a cara real. Estamos constantemente bombardeados acerca de lo felices que son los demás. Entonces, nos podemos sentir solos y deprimidos porque no hay tiempo ni espacio para encontrarse en la vida real debido a que pasamos muchas horas sentados frente a las pantallas. La mayoría de las veces navegamos para comprobar qué es lo que los demás están haciendo o para hacer negocios, pero no para socializar. Pareciera que vivimos más la vida de los demás que la propia vida.

¿Cómo afectan las pantallas a nuestro sueño y salud mental?

El uso excesivo de pantallas nos puede generar estrés y ansiedad, y por consecuencia afectar a nuestro descanso. Si nos vamos estresados a la cama nos va a ser más difícil conciliar el sueño.

Al ponernos a mirar el celular o la tablet antes de irte a dormir, lo que se consigue es que la luz de las pantallas despierte al cerebro, que no solo reduce la producción de melatonina, sino que la pospone hasta pasadas dos o tres horas. Las pantallas generan estrés, que es una de las causas principales de la interrupción del sueño.

Además, la mayoría de las personas lo primero que hacemos al despertarnos por la mañana es agarrar el celular y lo último que hacemos por la noche es chequearlo antes de dormir y dejarlo al lado nuestro. Los estudios dicen que tocamos el teléfono más de 1000 veces al día, y muchas veces en vigilia, revisamos redes o mensajes en la madrugada.

¿Cómo impacta el tsunami de información diaria en nuestro cerebro?

El bombardeo de información interminable de impresiones al que sometemos al cerebro, hace que se vea incapaz de concentrarse en algo concreto y fijar los recuerdos a largo plazo, nuestra memoria operativa se ve limitada y se sobrecarga con tantos datos.  Se lo llama efecto google o una especie de amnesia digital, al hecho de considerar que el cerebro no se esfuerza en aprender ya que piensa que la información ya se encuentra almacenada en otros sitios.

¿Existe la envidia digital?

Nuestra sociedad siempre fue competitiva y se vive una especie de competencia digital que tiene que ver con quién viajó al lugar más exótico, quién tiene más amigos, seguidores o likes. Claro que este sentimiento siempre depende del filtro mental de cada persona.

¿Qué dejamos de hacer cuando estamos tanto tiempo consumidos por las pantallas las redes sociales?

Dejamos de lado nuestras familias, nuestros vínculos sociales, el deporte, los hobbies, el paseo por la naturaleza, nuestras metas y tantas cosas más. Tenemos que pensar en qué parte de nuestra vida no estamos siendo dueños de nuestro foco y tiempo.

Recientemente Tute, humorista gráfico argentino dibujó una reflexión que dice: “cada vez más gente explicando cómo vivir mejor y menos gente viviendo mejor”. Creo que como nunca tenemos abundancia de herramientas, información y conocimientos al alcance de nuestras manos; ahora entonces tenemos que aprender a vivir bien.

Consejos para regular y gestionar nuestra conexión digital

  1. 1

    Poner pausa y aplicar conciencia al uso de pantallas. Una vez que lo hago consciente, ¿soy capaz de frenar?, ¿me conecto más cuando estoy cansado, estresado y aburrido o durante todo el día.

  2. 2

    Pregúntate, ¿qué impacto tiene en tu calidad de vida y en tu cerebro?, ¿cómo es tu fuerza de voluntad durante el día y cómo se va desgastando.

  3. 3

    Dejar de lado las pantallas en momentos clave del día (desayuno, almuerzo o cena) y más aún si lo hacemos acompañados, así disfrutamos con presencia el encuentro humano.

  4. 4

    Deshabilitar todas las notificaciones automáticas de las aplicaciones y activar el modo avión durante algún momento del día. En vez de estar comprobando a cada rato si tenemos algún mensaje o notificación, mejor establecer unos minutos por hora destinados a cada tarea.

  5. 5

    Filtrar, elegir y resistir la tentación de la hiperconexión y la sobreinformación a caudales. Ser más dueños de nuestras elecciones.

  6. 6

    Dejar el celular y tabletas fuera del dormitorio mientras dormimos.

  7. 7

    Tomarse un descanso y hacer ayuno de las redes de vez en cuando es buen ejercicio para entender como priorizamos nuestras agendas y nuestras vidas.

Para terminar, sabemos que por un lado que vivimos en una sociedad digital e interconectada, y que nuestros celulares la mayoría de las veces son en sí mismos los medios de trabajo, estudio y socialización. Pero, por otro lado, lo más crítico a destacar es como el móvil nos secuestra la atención y nos vuelve seres adictos, dejándonos así poco tiempo para socializar con los demás, para hacer ejercicio físico, para pasear por la naturaleza, para dormir bien, siendo estos algunos de los grandes pilares protectores de nuestra salud mental y emocional.

Entrenar la voluntad, limitar el uso de la tecnología y la capacidad de aplazar la recompensa inmediata en favor de una mayor en el futuro, es extremadamente importante y vital para los tiempos que vivimos.

¿Qué vida queremos vivir?, ¿cuán sustentables estamos siendo con nuestro tiempo, nuestras emociones y el tiempo y las emociones de los demás?

Cuidémonos entre todos, nos necesitamos.

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