7 herramientas para mejorar la concentración
Podrás evitar la distracción y la postergación casi constante poniendo en práctica algunas técnicas. Te compartimos algunas ideas.
14 de abril de 2023
7 herramientas para mejorar la concentración. - Créditos: Getty
Partiendo de la base que la concentración es la capacidad que cada persona tiene para centrar sus recursos cognitivos en una tarea determinada sin distraerse, ¿cómo te llevás con el tema? ¿cuánto lográs concentrarte?
Existen dos grandes factores que influyen en tu concentración: los recursos cognitivos y el contexto o entorno. Y acá aparece una gran desafío: aprender a manejar la tecnología, que ya sabemos nos conecta y nos encierra al mismo tiempo. Mantener un vínculo saludable con el uso del tiempo y las redes (y con la ansiedad que ellas generan) es posible, se logra entrenando la fuerza de voluntad y la toma de consciencia de todos aquellos actos compulsivos e involuntarios que realizamos a diario.
Aunque queden notificaciones pendientes y mails sin responder, para concentrarnos y optimizar nuestra energía no queda otra: una cosa a la vez y en orden.
Un estudio realizado por Microsoft en 2021 revela que las personas solo prestamos atención durante ocho segundos, cuando a finales del pasado siglo la duración era de 12 segundos. Conclusión: no somos menos inteligentes, sino que ahora realizamos más cantidad de tareas al mismo tiempo, lo que nos hace perder efectividad y ganar dispersión (y estrés).
Como sabemos que no es tarea sencilla estar concentrada por mucho tiempo, te acercamos algunas herramientas que distintos profesionales recomiendan y que, en la gran mayoría de los casos, ya probaron con buenos resultados.
7 herramientas para concentrarte
1
COMENZAR EL DÍA MEDITANDO
Sean 10 minutos o más, centrarse en la respiración por unos minutos ayuda a conectarnos con el ritmo natural del aire que entra y sale de nosotras. Además de ayudarte a bajar la ansiedad mental, te recuerda el contacto con tu cuerpo, con tu respiración y con el tiempo que este necesita para iniciar las actividades del día. Si lográs sentarte y observar tus pensamientos sin dejarte llevar por ellos -tampoco resistirte, solo observarlos aceptando que están ahí pero que esta vez no vas a responder en automático, eso ya es un gran logro.
Al mismo tiempo, además de ayudarnos a concentrarnos, la meditación es beneficiosa en muchas otras áreas: consigue que nuestra mente sea más creativa, estimula las zonas cerebrales que tienen que ver con la felicidad, estimula el sistema inmune, incrementa las capacidades intelectuales y consigue acallar la mente, liberándonos de las preocupaciones.
2
DAR IMPORTANCIA AL DESCANSO NOCTURNO
Esto significa que hay que respetar lo más que podamos el ritmo circadiano, es decir, el ritmo natural que marca el día y la noche. Mientras dormimos (que, idealmente, debería de ser al menos 8 horas) se lleva a cabo todo un sistema de reparación y vuelta al equilibrio en el organismo. A su vez, nos ayuda a incorporar e integrar todos los conocimientos que obtuvimos durante la vigila.
Está estudiado científicamente: después de haber realizado alguna tarea, el aprendizaje de la misma se acrecienta tras haber dormido. Asimismo, un sueño reparador disminuye la ansiedad y la irritabilidad. Por lo tanto, dormir bien y el número de horas necesario es fundamental para disminuir el estrés.
3
PRESTAR ATENCIÓN A LOS COMPORTAMIENTOS DE ESCAPE
Los comportamientos de escape son aquellas cosas que hacemos habitualmente para aliviar el estrés o el aburrimiento que surgen cada vez que hay que trabajar y desarrollar una tarea específica. Por ejemplo, para algunas personas, el comportamiento de escape puede ser comer por aburrimiento, revisar el celular a cada rato, levantarse a cada rato a prepararse algo para comer o bien dormir una siesta por cansancio repentino.
La clave para poder manejarlos, dicen los expertos, es planificar nuestras actividades con anticipación. Entonces, si tu comportamiento de escape es comer, probá con servirte una cantidad suficiente de eso que tenés en mente y sabés que te va a distraer en cuanto decidas comenzar con la tarea. No hay excusas para seguir levantándote a buscar más. O bien, si tu comportamiento de escape aparece a través de la revisión, casi frenética, de tus correos electrónicos o navegar por la red, podés hacerlo antes de empezar la tarea pendiente y no volver a abrirlo hasta que hayas avanzado en tu objetivo.
4
TOMAR UN DESCANSO DE LA TECNOLOGÍA
Antes de sentarte a trabajar, la recomendación es silenciar las aplicaciones que no sean prioridad, cerrar todos los programas y ventanas que no son estrictamente necesarias y apagar todas las alertas telefónicas. El momento para revisar tu celular u otras notificaciones llegará cuando decidas tomarte un descanso más largo, pero previamente pautado y que también tendrá un tiempo determinado.
5
PREMIAR AL CEREBRO CON DESCANSOS ESTRUCTURADOS
A diferencia de lo que muchos creían, es más fácil concentrarse en una tarea cuando hay un descanso o “recreo” próximo. De nada sirve estar 8 horas con un descanso de 15 minutos intentando darlo todo y ser súper productivas. Lo mas probable es que te frustres. La sugerencia en este caso es la de crear un horario de trabajo realista alternando con descansos.
Una técnica probada y muy usada es la llamada “Pomodoro": propone sesiones de trabajo de 25 minutos seguidas de descansos de 5 minutos. Otros trabajarán en bloques de 30 minutos seguidos de descansos de 7 minutos, o bloques de 48 minutos con descansos de 12 minutos, etc. En el momento del descanso, en tanto, hay que darle lugar al cuerpo para que se estire, salga de la posición que mantuvo durante el tiempo de trabajo y, en el mejor de los casos, alejarse de la computadora (sobre todo si la tarea que realizás a diario depende de esta). Es mucho más probable que tu cerebro coopere con las demandas que le estás imponiendo si lo recompensás por hacer lo que le pedís.
6
PRACTICAR DEPORTE DE MANERA REGULAR
El hecho de practicar deporte habitualmente nos ayuda a liberar tensión muscular y, como consecuencia, tensión mental. Además, se incrementa la producción de endorfinas y, con ello, disminuye la sensación de ansiedad que dificulta la concentración.
En síntesis, la base para estar enfocadas empieza por cuidar nuestro bienestar físico, mental y emocional a diario. Por eso, además de organizarte y otorgar un tiempo y una prioridad a cada actividad, no hay que olvidarse de la pausa necesaria para descansar, alimentarse saludablemente, meditar y, algo que también es clave, dejar de lado la exigencia y la perfección. Hacé lo mejor que puedas, que va a alcanzar.
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