Trucos para cuidar tus suculentas y que estén más lindas que nunca

Al igual que otras especies, las crasas pierden hojas en el momento de su renovación y es en ese momento que se recomienda realizar poda o limpieza de las ramas que ya están muertas. Al mismo tiempo, retirar las hojas que se muestran débiles (quizás las veas trasparentes o un poco arrugadas) puede ayudar a revitalizarla.

Este tipo de crasas necesitan al menos unas seis horas de sol por día. Aunque hay detalles a tener en cuenta: cuando las suculentas están recién plantadas pueden quemarse fácilmente si la luz les da directa. Es mejor ir acercándolas al sol de manera progresiva para que se vaya acostumbrando.

Si bien este tipo de plantas son capaces de almacenar el agua por períodos prolongados, no quiere decir que no necesiten nada de humedad. Si se las ahoga se pudren con rapidez por la debilidad de sus raíces, pero si el riego es gradual, cuando la tierra esté completamente seca, el agua las avivará. Y ese entonces cuando resultará clave tener un buen drenaje. La sugerencia: elegir macetas con buenos orificios y poner un plato debajo para que retenga algo de agua luego de ser regada.

Las suculentas están acostumbradas a crecer en suelos de diversas características, muchas veces sobre rocas, cortezas de árboles y hasta en condiciones desfavorables. Por eso, este es el caso en el que aplica perfectamente la regla de “menos es más”: solo hay que darle a la planta aquello que necesita. Si al momento no requiere de fertilizantes ni cambio de tierra, no hay que tocarlas porque su naturaleza es rústica.

Las suculentas se sienten en plenitud cuando están de cara al sol directo, pero si siempre están ubicadas en la misma posición puede ocurrir que se doblen o no crezcan de manera homogénea ya que estarán intentando inclinarse hacia el sol. Para ayudarlas a estar erguidas se aconseja girarlas cada dos o tres días.