Match botánico: descubrí tu planta ideal según tu personalidad

Luz. Esta planta es una de las suculentas que mejor se adapta a la sombra y a la poca luz, por eso, es ideal para interiores. Si la tenés en el exterior, colocala en un espacio donde no reciba al sol directo debido a que puede sufrir de insolaciones, sobre todo, a temperaturas altas. En estos casos, las hojas se decoloran en las puntas. Si te pasa, podés hacerle “peluquería” con tijera en las puntas imitando su forma de espada.

Riego. La sansevieria resiste largos períodos sin agua. De hecho, sólo debés regarla cuando veas que la tierra está muy seca. Incluso, si notás que las hojas se ponen marrones y blandas es que sufrió un exceso de riego.

Sustrato. Se trata del único aspecto que requiere algo de esmero y dedicación. Cuando la plantes, agregale sustrato para suculentas o para plantas de interior que lo podés comprar directamente en viveros o armarlo vos misma con esta fórmula: una parte de tierra negra, una de compost, una de perlita, media de turba, media de resaca de río y media de vermiculita.

Ambiente. Hace algunos años, un grupo de plantas se hicieron famosas por haber sido analizadas por científicos de la NASA. De entre las miles analizadas, hubo cinco que se destacaron por su capacidad para purificar el aire y adiviná cuál de ellas consiguió el primer puesto: sí, la sansevieria fue la que alcanzó el puntaje más alto.

Bonus track. Es una planta que está preparada para vivir años en la misma maceta por lo que no necesita ser trasplantada con frecuencia. Conviene colocarla en un contenedor de terracota o de barro. Como les encanta estar apretaditas, sólo deben ser cambiadas de maceta cuando las raíces la empiecen a romper o veas que salen por los agujeros de drenaje.

Luz. Funciona muy bien en interiores no tan luminosos por lo que debés protegerla del sol directo. Colocala cerca de una ventana con cortinas para evitar los rayos solares.

Riego. Que sea abundante. Regá hasta que el exceso de agua se escurra por el orificio de drenaje. Hacé la prueba del palito para volver a regar: si los primeros cinco centímetros de tierra están secos, es momento de hacerlo nuevamente. Se recomienda aplicar agua cada cuatro días.

Sustrato. Es ideal usar el de plantas de interior con compost, turba y vermiculita. Como debe ser bien drenante, conviene agregarle una dosis extra de perlita.

Ambiente. Se adapta bien a la humedad y al calor. Debido a que es una planta epífita, es decir, que en la naturaleza crece con sus raíces sujetas a árboles, para tenerla de manera independiente rodeala de otras plantas y agregale un tutor para que trepe y crezca. Resulta clave usar un rociador con agua a temperatura ambiente para crear una bruma que la envuelva y la haga sentir en su hábitat natural. Hacelo cada cuatro días aproximadamente.

Bonus track. Podés multiplicarlas por esquejes de tallos con raíces aéreas o por hojas que tengan una porción de tallo y colocarlos en un frasco con agua.

Luz. Como le cuesta mucho la adaptación, hacé el ejercicio del mapa botánico para elegir un espacio bien iluminado en el interior de tu casa, pero que no reciba el sol directo.

Riego. En verano necesita de un riego frecuente mientras que en invierno puede ser semanal. Lo ideal es que apliques el truco del palito: cuando los primeros cinco centímetros de sustrato en la maceta estén secos, regá hasta humedecer toda la tierra pero sin encharcar. Utilizá agua a temperatura ambiente, jamás demasiado fría.

Sustrato. El adecuado será uno bien poroso y drenante. Usá la mezcla para plantas leñosas. Esta es la fórmula: una parte de tierra negra, una parte de resaca, una parte de perlita y dos de vermiculita.

Ambiente. El sitio que elijas debe estar alejado de corrientes de aire frío y con una temperatura estable a lo largo del día y del año y no se te ocurra mover la planta de ahí. Disfruta de los climas templados. Asegurate de que el lugar en donde esté no se enfríe demasiado durante la noche: menos de quince grados es frío polar para esta especie.

Bonus track. Para un ejemplar de un metro de alto te recomendamos una maceta de al menos 25 centímetros alto y 30 de ancho. A medida que crezca, vas a tener que trasplantarla a contenedores más grandes, a razón de cinco centímetros extra de alto y de ancho cada dos años. El objetivo es que las raíces tengan lugar para expandirse. Tené en cuenta que, en maceta, puede alcanzar hasta los dos metros de altura. Si no querés que crezca tanto, a medida que se desarrolla podés ir cortando esquejes de tallo para enraizar en agua.

Tip experto. Le gusta que lo vaporicen, pero no te excedas en invierno: podría ser la puerta de entrada a los hongos. Al tener hojas grandes es común que el polvo se deposite en ellas. Limpialas con un trapo embebido en agua y evitá los químicos. En verano, podés darle una ducha suave para hacer una limpieza completa de todo el follaje.

Luz. Las hojas asimétricas de bordes ondulados con puntos plateados y de flores blancas o rosadas que crecen en racimos con centros amarillos de un solo tallo necesitan de un interior luminoso para lucirse. La parte interna de las hojas, además, es de color rojo. Esta begonia es fan de la luz brillante e indirecta que utiliza para desplegar toda su belleza.

Riego. Regá justo debajo de la superficie del suelo cada vez que parezca seco al tacto. Usá agua filtrada o de lluvia. Tené en cuenta que si bien necesita menor cantidad de agua que otras plantas tropicales, la requiere de manera más frecuente. Una opción es regarla por inmersión colocando la maceta en una bandeja para que las raíces absorban lo que necesiten. Evitá mojar el follaje para prevenir hongos debido a que sus hojas son sensibles a la humedad directa.

Sustrato. Necesitan de un sustrato ligero y bien drenado. Lo mejor es que esté enriquecido con materia orgánica y un toque de perlita o arena gruesa para promover la aireación.

Ambiente. Es ideal mantenerla en un espacio con otras plantas tropicales para que se beneficie de la humedad ambiental que tanto necesita. Considerá que las corrientes de aire frío y los cambios bruscos de temperatura pueden estresarla. Esta begonia prefiere temperaturas entre los 18 y 22 grados, por eso, evitá exponerla al frío o calor extremos.   

Bonus track. Si el ambiente es seco, podés colocar la maceta sobre una bandeja con piedras y agua para mantener la humedad sin que las raíces queden sumergidas.

Palita. Con una pala de mano alcanza más que nada para que sea cómoda y maleable. Es importante para poder trasplantar de una forma prolija sin molestar a las raíces, para quitar malezas y para airear la tierra.  

Tijera de podar. Esta herramienta sirve para cortar las ramas más finitas y para cuando vemos hojas amarillentas y flores marchitas que deben ser quitadas sin dañar a la planta. Si es época de floración resulta esencial para sacar flores con las que queramos decorar el hogar. La tijera debe estar siempre limpia y afilada y los cortes deben ser prolijos para que la planta no sufra.

Manguera. Si el jardín es muy grande, la manguera debe ser larga para que llegue a cada uno de los rincones. Conviene agregarle un aplique para que el agua caiga en forma de lluvia natural y no golpee las plantas.

Regadera. Nos permite cumplir el ritual del riego de una forma suave para plantas delicadas y, además, es fácil de transportar.

Rociador. Fundamental para rociar y limpiar el follaje de las plantas de interior.

Guantes. Son necesarios para cuando trabajamos con plantas que tienen espinas. Igualmente, en otros casos, se sugiere utilizar las manos directamente debido a que el contacto con la tierra es agradable y terapéutico.

Sustrato con abono/compost. Mejora el suelo y aporta nutrientes. El más común es el humus de lombriz. 

Tierra negra. Las plantas van utilizando los nutrientes de la tierra, entonces se va lavando, tal como sucede con la yerba del mate. Por eso, hay que tener a mano siempre tierra nueva para renovarla. 

Delantal. Resulta fundamental que tenga múltiples bolsillos para poder llevar las herramientas de trabajo y que no queden olvidadas en distintos sectores. Si trabajás en exteriores, no te olvides del protector solar, el repelente de mosquito y un sombrero que te proteja.