Minidepartamento de 7 metros: así se puede maximizar el espacio para vivir

En el último piso de un edificio residencial de los años 50, El Cabanon, se construyó en un antiguo desván en desuso que ahora se lo conoce como “el templo de las proporciones”. Los 4 espacios están diseñados según el alto y el ancho que necesitan para realizar sus funciones, por ejemplo: la altura del spa es de 1,80 pero la altura del dormitorio” es de 1,14 m. “No tienen por qué necesitar la misma altura, la base es la lógica de las dimensiones que tomamos de nuestras propias alturas, 1,72 y 1,78 metros respectivamente”, dice Ramo. 

Con un gran ventanal que ofrece visuales a la ciudad, la idea surgió para el uso personal de la pareja de arquitectos que encontraron en esta síntesis voluntaria una nueva manera de vivir, lejos de la austeridad.

Una cama matrimonial, un banco frente a la ventana. La cocina ajustada, ya que a los arquitectos les gusta comer afuera, aunque si la idea es preparar una comida tienen todo lo que hace falta. Mucho espacio de guardado y la estrella: el spa, una habitación dentro de otra. 

“El presupuesto, como el espacio, fue limitado, sin embargo, la limitación del espacio era más un deseo que una limitación”, desliza la arquitecta que tuvo en cuenta medidas estándares del colchón, la profundidad de la heladera, la longitud de la bañera, y así con todo el mobiliario.

La ejecución también se organizó en torno a estos objetos: por ejemplo, la bañera se instaló antes de construir los tabiques del baño. En tanto, la elección de revestimientos estuvo vinculada a las ofertas del mercado. Así, el spa es de mármol negro, chino, de los años 80, la ducha azul y el living, en baldosas hidráulicas color coral. El verde menta para el dormitorio fue el único color elegido voluntariamente. “Nunca lo hubiese sido nuestra primera opción”, señalan Beatriz y Bernd.

“El Cabanon no es sólo una teoría, es un paradigma”, definen los integrantes de los estudios Star strategies + architecture y Board (Bureau of Architecture, Research and Design) que además realizaron “Co-Residence: Habitar a lo Grande”, un proyecto de investigación para el AIGP (Atelier International du Grand Paris) sobre la maximización del espacio”.

Estas residencias se pusieron en práctica mediante estrategias de economía colaborativa, con el objetivo de proponer soluciones a la crisis de la vivienda. En el Cabanon, STAR y BOARD, optan por una estrategia diferente y experimentaron con la reducción.

Para sumar creatividad al departamento, los arquitectos convocaron a bailarines del Nederlands Dans Theatre, la compañía holandesa de danza contemporánea más prestigiosa. Guido Dutilh y Boston Gallacher fueron los protagonistas de la sesión de fotos. Bailar el espacio, encontrar los movimientos precisos y, a la vez, cotidianos, fue el desafío.

El proyecto que interpela sobre las nuevas formas de habitar también invita a considerar cuánto espacio y cuántas cosas necesitamos para vivir. Menos es más, la gran afirmación inicial para un proyecto donde el menos gana peso, centímetro a centímetro.