¿Qué es el tufting?: “Hice un curso sobre la técnica que es furor y esto aprendí”
La diseñadora Cecilia Martínez enseña todos los secretos del Tufting, un método para hacer alfombras con arte que es tendencia en redes sociales.
25 de noviembre de 2024
Los hilos o lanas se inyectan a pistola en esta técnica artesanal que, sin ser nueva, se puso de moda entre las generaciones más jóvenes.
El tufting se volvió furor en redes sociales, como esos videos de los que no podés despegar la vista. La técnica se trata de, disparar lana sobre un lienzo tensado; es una pistola que lanza las hebras, las inyecta en la tela y las corta al ras bordando así una alfombra en la que se pueden dibujar las formas que una quiera.
Tentada, me inscribí en un workshop de la diseñadora Cecilia Martinez (de Tres Tintas) para hacer la experiencia. Y resulta que fue mucho más amplia e interesante de lo que imaginaba. Te cuento por qué.
Cecilia Martinez da los workshops en su propio taller.
En marcha
El curso que da Cecilia son tres clases (una por semana) en las que hacés tu propia pieza. Es en su taller de San Telmo, un espacio soñado con un ventanal increíble que da a un parque, donde hay mesas para todas, las máquinas y materiales que se van a usar, música lindísima y un rico té para compartir en cada visita, tres horas que terminan siendo un planazo total, del que, además, te vas con tu alfombra y nuevos conocimientos.
No hace falta tener experiencia ni llevar nada porque todos los materiales y herramientas te las dan ahí.
Qué se usa para tufting
Las herramientas son muy específicas, en el curso te asesoran también donde conseguirlas y a buen precio.
- Pistola de tufting: la herramienta principal que se usa para insertar los hilos en el lienzo. En mis talleres usamos una pistola Cut Pile. Se llama así porque corta el pelo luego de insertarlo. Hay otras que dejan el bucle completo. La que está en la foto es la AK-5, que es una pistola más nueva, pero perfectamente se puede trabajar con la AK-1. Si te pones a investigar vas a ver que hay distintas marcas, pero en general el modelo es el mismo.
- Marco: es un bastidor especial que se afirma a la mesa de trabajo con una morsa. Se puede comprar o mandar a construir con un carpintero.
- Lienzo o tela base: material donde se "dibujará" la alfombra.
- Lanas: podés usar lana 100% acrílica (más accesible y fácil de mantener, hipoalergénica y no se abicha), mezcla de lana y acrílico, o lana pura (más suave y agradable al tacto, no es recomendable para las alergias y es más costosa). Colores: no hay limitaciones, los que necesites para darle vida a tu diseño.
- Rasuradora: para recortar los hilos y dar un acabado uniforme. Es una rasuradora especial para Tufting.
Además, se usa muchísimo la aspiradora (imaginate todo el remanente de lana que tenés que ir despejando), pegamento, telas, enhebradores, compás y regla para trazar los dibujos, una tijera especial para tufting con una forma rarísima y súper práctica, esquiladora de ovejas, etc.
Paso a Paso: Cómo crear tu propia alfombra de tufting
1. Preparar el marco y el lienzo: Es fundamental que el lienzo esté bien tenso sobre el marco para que la pistola funcione correctamente.
2. Elegir un diseño o crear uno propio: Podés usar un marcador para esbozar el dibujo que te servirá como guía para el tufting.
El lado que trabajás va a ser el reverso de la alfombra. Se monta en un bastidor para hacer los disparos a través de la tela.
3. Utilizar la pistola de tufting: Acá empieza la magia. La pistola inserta los hilos en el lienzo y va formando el patrón que elegiste.
4. Engomado: una vez que terminaste el diseño, con un pegamento en la superficie del reverso se fijan los puntos en el lienzo.
Es clave la prolijidad, pero tampoco es algo difícil de conseguir ya que forma parte de la técnica, una vez que la dominás ya sale sola.
5. Rasurado: Con la rasuradora se recortan los hilos para que queden todos al mismo nivel. Este paso es clave para que la alfombra tenga un aspecto uniforme.
6. Terminaciones: se utiliza una tela resistente para pegar en la parte trasera del lienzo y reforzar el revés de la alfombra. También es el momento de recortar y emparejar los excesos de lana con una esquiladora y hacer ajustes finos para dar mayor definición al diseño.
Se pueden conseguir resultados muy disímiles, podés jugar con los diseños, los colores y también con la forma de la alfombra.
3 consejos de experta
"Al bordar con la pistola, es clave controlar la velocidad y la presión para lograr que los hilos se inserten de manera uniforme en el lienzo. Lo ideal es empezar con diseños muy simples, de formas grandes, hasta agarrarle la mano”.
Cada contorno de una forma debe tejerse antes de empezar a "pintarla" y rellenar con color.
"“Es clave que el lienzo esté bien tensado en el marco para evitar agujeros en la tela. Pensá que la pistola va a hacer fuerza al introducir las hebras”
Agustina y Belén trabajaron de manera bien distinta las terminaciones de sus alfombras, jugando con distintos tipos de relieves.
“El grosor ideal de la lana que vas a utilizar es 4/7. Pedilo así que te van a entender. Y, al enhebrar la pistola, siempre recordá que hay que insertar dos cabos de lana (y no uno) en el ojo de la aguja”.
Las piezas pueden ser típicas alfombras de piso, pero también apoya-floreros, cubre-asientos, cuadros...
"Así fue mi experiencia"
Llegué al taller más por curiosidad de que por genuino interés en el tufting, no tenía muy claro tampoco qué tipo de alfombra quería hacer.
Pensé algo que fuera muy simple para poder concentrarme en la técnica más que en el desafío de lo que intentaba lograr, así que decidí hacer un diseño de formas grandes, pocos colores y líneas simples: un dibujo de un gato para regalarle a mi querido Limón.
Bueno, creí que era simple, pero lo de los bigotes me complicó bastante, y eso lo descubrí cuando ya estaba jugadísima.
En el taller, cada quien trabaja un proyecto propio.
El momento pico del taller fue la clase en que usamos las pistolas. Una vez que ya teníamos el dibujo volcado en el lienzo y ya habíamos elegido las lanas que usaríamos cada una, llegó el momento de apuntar y disparar. Con instrucciones claras para no lastimarnos y en simultaneidad, provocando un sonido a “trabajo” que parecía un mantra.
Primero se disparan las hebras, luego se sellan los puntos y por último se marcan los detalles con rasuradora y tijera de tufting.
Fue una clase tremendamente catártica de la que salí como una seda. Es que pasar horas concentrada, enfocando milimétricamente, apretando el gatillo con precisión, poniéndole el cuerpo (tenés que inclinar tu peso hacia la alfombra, no es sólo mover un dedo) y haciéndolo con ritmo repetitivo, fue casi una meditación en movimiento.
Además, es mágico eso de ir viendo cómo queda del otro lado: vos disparás una hebra doble que se mete como un rulo en la tela y corta dejando cuatro puntas parejas en la cara inversa de la tela, así se va formando la alfombra.
Hubo toda una parte, a la semana siguiente, que fue de terminación: después de impermeabilizar la superficie de los puntos para sellarlos y que no se desarmen, se recorta el lienzo, se le pega a la cara de abajo una tela para forrar y con cinta se cierran todos los bordes. Una clase a puro olor a pegamento y muchísimo foco para que quede impecable.
Desde el dibujo en el lienzo (y sus distintos bocetos) hasta el resultado final de la alfombra.
Por último, vino el momento de aplicar pulso artístico para el toque final. La terminación de una alfombra implica tomar muchas decisiones: el largo del pelo que queremos dejarle: primero le pasamos una esquiladora de ovejas para emparejar y luego cada una eligió si más o menos, si parejo o por partes.
Tijera a mano alzada y rasuradora eléctrica se fueron alternando para conseguir marcar algunos contornos, dar profundidad en ciertas zonas, jugar con todas las posibilidades e ir conociéndolas.
Fue muy divertido hacerlo y fue muy emocionante ver en cada una de las chicas cómo se iban enamorando cada vez más de su obra a medida que, con técnicas y recursos, se apropiaban de lo que creaban. Varias hicieron paisajes, otras figuras geométricas. Todas las alfombras quedaron divinas (eso está garantizado) y muy personales.
En mi caso, si bien yo detecto algunos “errores” que la próxima vez que haga tufting ya no voy a cometer, lo importante es que al destinatario de la obra le encantó y se ocupó de demostrarlo. Misión cumplida: la pasé súper, aprendí algo nuevo, hice feliz a mi gato.
Limón, el rey de la casa, feliz en su trono nuevo.
(*) Cecilia Martinez es diseñadora textil graduada en la Universidad de Buenos Aires. Trabajó en una empresa de Jacquard por más de 20 años, primero como diseñadora y después como jefa del departamento de diseño. En 2018, co-fundó Tres Tintas, creando cápsulas y colecciones de estampados para indumentaria y hogar. Actualmente, además de dirigir Tres Tintas, hace consultorías de Diseño Textil para empresas, y da workshops de estampado textil y tufting en mi taller de San Telmo.
Más info: https://www.instagram.com/cecioks/
Cecilia Martinez se enamoró a primera vista del Tufting y se puso a difundir la técnica.
Carola Birgin Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UBA, ejerce el periodismo desde 1997 y trabaja en LN desde 2009. Fue Secretaria de Redacción de la revista OHLALÁ!, Editora del Suplemento Moda Belleza y hoy es editora digital del grupo de revistas.