Jessica Trosman: arte, moda y vanguardia

Vos entrás a conocer la nueva propuesta de Jessica Trosman y no te sorprende ver una pasarela, ni las sillas de primera fila que piden a gritos celebrities. No causa ningún desconcierto encontrar un outfit descontracturado, disruptivo y vanguardista en textiles de estampas originales. Ni saber que el nombre de la colección es nada más ni nada menos que Temporada, como si aludiera a “primavera-verano”, “otoño- invierno”, tal vez “crucero”. Listo, hasta ahí lo que ya conocemos de ella. El resto, lo más sustancioso, es pura novedad: el resultado de su regeneración.

Porque esta sala es una galería de arte, Gachi Prieto. Y lo que se muestra son esculturas. Alejada de la moda –aunque no del todo-, Jessica Trosman inauguró su primera exhibición individual como artista, que puede visitarse hasta el 15 de octubre en Uriarte 1373, Palermo.

“Estoy en un camino de convertir mi pasado en algo nuevo. Desarmé mi marca de indumentaria, me fui, di un portazo y desmantelé lo que había sido mi trabajo para armar otra cosa. Me estoy desafiando a mí misma”.

Temporada viene a provocar las formas, las ganas de tocar y de abrazar, a provocar con nudos, colores, brillos. Con texturas. A desatar una guerra de almohadas contra lo establecido. A convocar un efecto multisensorial que se origina en las emociones de la creadora. Y principalmente, a darle una vuelta de tuerca al camino de Jessica, a llevarla más lejos.

“En la búsqueda de hacer algo diferente a lo anterior, quise alejarme del cuerpo -cuenta la flamante artista visual-, y me di cuenta de que no puedo escapar de eso. Por más que sea en abstracto, finalmente el cuerpo está siempre presente”.

Sin embargo, de lo que zafó y se siente liberada es de las limitaciones: “La restricción me desinteresa hoy por hoy. Me interesa más la reflexión entre el proceso y el impulso de crear –sostiene-. Acá no tenés que estar pensando si lo que hacés queda bien o queda mal; puedo pensar un cuerpo al que no lo rige la tiranía del cuerpo humano”.

La técnica que usa es muy atractiva y lo que se ve es como una reversión de los efectos que logra Jeff Koons con sus globos. Hay figuras infladas y hay superficies rígidas que lucen blandas. Es un juego óptico que desafía a los sentidos.  

Jessica trabaja con textiles, su material conocido. Los somete a un proceso de estampados con muchas capas: “trabajo la piel de la tela por dentro y por fuera”, cuenta. Hace moldería, cose, infla las piezas y las va modelando en volumen. Con un polímero -un químico-, rigidiza la forma.