Juan Ingaramo se prepara para Pretty Woman: "Prefiero tirarme a la pileta y ser yo mismo"

El año empieza con un gran desafío que te tiene como protagonista, ¿cómo te preparas?

La verdad es que todavía no caigo porque, como todo en la vida, hasta que no empieza a suceder, uno no cae del todo. Ya de entrada me resulta un planazo. La verdad es que cuando me ofrecieron el papel que tuvo Richard Gere para hacer el musical de Pretty Woman con Flor Peña, me pareció un desafío espectacular. Me estoy empezando a preparar a nivel vocal porque es una intensidad que requiere mucha dedicación. Son de 5 a 8 funciones semanales con una amplitud vocal muy alta, no es lo mismo que un show de música. Va a ser mi primera vez en el teatro y además es una comedia musical. Quiero llegar lo mejor posible. Soy bastante obsesivo y exigente conmigo mismo, así que quiero que salga bárbaro.

Bueno, veo que te encantan los desafíos...

Sí; primero, porque hay algo del challenge físico, espiritual, mental y artístico de hacer teatro que me encanta. Es tanta intensidad y tiene una magnitud tan grande que me desafía. No es lo mismo que hacer una obra de un teatro independiente, aunque también la responsabilidad, obviamente, es mucha. Acá la responsabilidad es más grande, el equipo de trabajo es enorme. En segundo lugar, me interesa hacer teatro porque es la primera vez, aunque no es mi primera vez actuando. Por último, me gustó la propuesta porque creo que todo lo que a uno lo expande le hace bien.

¿Te apoyás en Violeta (Urtizberea) en la actuación?

Sí, por supuesto, y para mí es una ayuda enorme su aporte, pero a la vez..., no me regalo. Primero que nada, actuó en casa porque tengo miedo a que se desenamore, jaja. Tengo miedo de que me salga mal, así que me preservo. Lo que sí le pregunto es, por ejemplo: “¿Cómo puedo decir esto?”. Ella es una genia y actúa desde muy chica, así que me ayuda mucho a resolver.

Hace diez años que están en pareja, ¿qué sentís que vino a integrar Violeta a tu vida?

Yo creo que haberla conocido fue una gloria en mi vida. Fue de las cosas más lindas que me pasaron, si no la más linda. Haber nacido en la familia en que nací también fue una bendición. Tuve la suerte de no tener que ir a laburar de niño, aunque tenía amigos en el club de fútbol que sí tenían que hacerlo. Yo tuve la suerte de dedicarme a esto y encima conocí a una mujer que admiro y amo. Violeta es súper inteligente, talentosa y sensible. Me saqué la lotería, la verdad.

Y en 2019 llegó Lila a sellar su amor...

Siempre que la veo le digo que es mi sueño cumplido. Es como un flujo de amor constante tan grande que nunca logro definirlo. Cambia día a día. Lo que sí tengo claro es que es el amor en su máxima expresión. Lila para mí es eso. La paternidad me hizo sentir un amor único. El amor romántico se siente en el cuerpo. El amor paternal o maternal te atraviesa de una manera que yo no había sentido con ninguna otra cosa. Así que así ando: con una flecha en el corazón con lo lindo y lo malo. También se suman miedos y la vulnerabilidad, pero siempre queriendo lo mejor para tu hijo.

Con tantos proyectos, viajes y trabajo..., ¿cómo encuentran el momento de conexión de pareja?

A veces parece que uno tiene agendas locas, por ahí un viaje o rodajes, pero también compartimos bastante tiempo. No es que cada uno está en la suya. Al compartir el universo artístico, tenemos muchas cosas en común. Gente, situaciones, problemáticas. No sé, me imagino que a lo mejor para una mujer abogada con un marido arquitecto es un poco más complicado. En nuestro caso, nos consultamos cosas laborales. Está bueno porque nos estamos constantemente involucrando en el otro.

Llegaste en 2008 a Buenos Aires desde Córdoba con un objetivo claro: ser músico. ¿Soñabas con este presente?

La música siempre fue un sueño y un plan, es una mezcla. Sin embargo, han sucedido cosas que nunca imaginé. Creo que yo venía con un impulso muy claro y fuerte, tenía muchas ganas. Tenía algo que decir y tuvo una fuerza propia que, de alguna manera, incluso me superó a mí. Yo era el baterista de mi banda con la que me vine a Buenos Aires. Después, el cantante se volvió, yo empecé a cantar un par de temas y terminé siendo solista. Solo tenía ganas de hacer cosas que amo, pero, la verdad que ni en mis mejores sueños me imaginé estar en una marquesina de la calle Corrientes con Florencia Peña, que la veo desde chico. Cuando terminé el secundario, me inscribí en la Facultad. Fui a la Universidad Nacional de Córdoba para estudiar composición. Paralelamente, estudiaba producción musical en otra universidad. Ahí hice dos años, pero con mi banda queríamos más, ese sueño adolescente de la banda, de la fama y todo eso. Así que nos vinimos. Yo siempre lo tuve decidido. Le dije a mi viejo que me quería dedicar a la música y me dijo “Uh, qué difícil”.

Y eso que venís de una familia de músicos...

Sí, mi papá es un gran músico y me advirtió que me iba a tener que preparar mucho. No solo mi papá, mi tío y mi abuelo también. Mi papá tiene una productora de música publicitaria, le encontró la veta. Tengo una familia que viene de la música, es un privilegio. Vine ayudado por esas cosas. No hay nada mejor que el desafío de hacer algo nuevo que me divierta. De hecho, la actuación empezó siendo eso. Siempre supe que hacer algo que amaba me iba a dar felicidad asegurada. Te vaya bien o te vaya mal. No tengo mucha información así del Zodíaco, pero, por lo que todos me dicen, parece que los capricornianos somos de tener el objetivo súper claro.

Si bien hace años que vivís en Buenos Aires, ¿tenés algo en lo que digas “en esto soy 100% cordobés”?

Nunca voy a dejar de serlo, por más años que viva acá o por más nombres de calles que me conozca. Hay algo muy lindo que me pasa con ser cordobés viviendo en Buenos Aires que es que esta ciudad nunca me deja de sorprender. Nunca me dejo de sentir un poquito turista. Esta es una ciudad tan linda, tan grande, tan rica en su cultura, arquitectura y en su movida que la disfruto día a día. Quizá si fuera nativo no tendría tanta conciencia del lugar en el que vivo. La verdad que amo Buenos Aires.

Bueno, tenés música de todos los estilos, ¿qué te lleva a explorar tanto?

Bueno, lo mismo que me hace ahora hacer Pretty Woman. Tengo como un bichito ahí que me pica. Siempre pienso que lo más lindo de dedicarse al arte es la posibilidad de ser libre. A lo mejor en otras disciplinas es más difícil porque están más claras las consignas o las estructuras. En el caso del arte, salvo que seas un esclavo del sistema y el entretenimiento, si sos sincero, podés hacer lo que vos quieras. Quiero crecer, aprender, divertirme, ponerme en riesgo y conocer siempre un aspecto nuevo mío. Con la música me pasa eso, ante la posibilidad de probar, siempre elijo la novedad, lo que me genera adrenalina o un desafío. Nunca podría hacer algo por conveniencia comercial o porque me lo diga una compañía discográfica, prefiero tirarme a la pileta y ser yo mismo.

¿Escuchás a los artistas argentinos que la están rompiendo?, ¿te gusta alguno?

Sí, los escucho. De Argentina me gustan Emilia, María Becerra, YSY A, Dillom. De afuera, Karol G y Billie Eilish. Además, tengo canciones con muchos, hay un ida y vuelta con esta nueva generación que me gusta mucho.

En una entrevista dijiste que preferís el hate a ser ignorado. ¿Cómo te llevás con las redes sociales?

Por suerte, por ahora, puedo tener una relación sana con las redes. Aparezco y desaparezco cuando quiero, es bastante orgánico. Sí, totalmente prefiero el hate a la indiferencia, pero no solo por las redes, sino por la obra en sí. Cuando uno produce algo, cualquier obra artística, el círculo se cierra cuando le llega al otro. Lo ideal es que genere algo, sea odio o amor. Ahora, si al espectador no le pasa nada...
 

¿Cuáles son los proyectos para los próximos meses?

En la música estoy en el 80% de mi próximo álbum. Es el disco que de verdad me tiene atravesado. Me describe en lo más profundo, quizá sea el disco que más resume mi esencia musical. Lo estoy haciendo con Mariano Otero, que es un gran productor y un gran amigo. Nos estamos tomando el tiempo necesario para meternos de lleno en la materia prima sin apuros de agenda.

¿Hay alguna canción especial?

En este disco le dedico una canción a Lila y estoy muy contento. Apareció una música que me hacía pensar en ella, coincidía con ella, con su presencia y su imagen. Las canciones tienen vida propia, son como seres vivos. Me pasó con esta. Empecé a armar una melodía y la tenía a ella en la cabeza, y sobre eso escribí la letra.

¿Y en cuanto a la actuación? Ya te vimos en El Reino, ¿hay alguna serie para este 2025?

Sí, hice una para Paramount que se llama Inadaptada. Además, terminé de filmar, hace tres meses, con Natalia Oreiro La jefa en Disney+. Después de que hicimos la canción juntos, surgió la idea del equipo. Hay un elenco de lujo, están Fernán Mirás, Jorge Marrale, Paola Barrientos, Muriel Santana.