Espiritualidad: cómo hacer el ritual del desapego

¿Qué necesitas para hacer el ritual del desapego?

¿Cuánto tiempo lleva hacer el ritual?

Paso a paso del ritual para el desapego

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   Tomar el objeto elegido y dejalo en tu espacio sagrado por 24 horas.

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   Al cabo de esas 24 horas, tomalo con tus manos, llevatelo a la nariz y huelelo. Levátelo a la boca y besalo. Llevatelo al oído y escuchalo. Llevatelo al corazón y sentilo.

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   Decí el siguiente decreto: “Yo (tu nombre), desde mi existencia y delante de toda forma de existencia, te reconozco (nombrá el objeto); significás (nombrá lo que significa para vos); gracias. Es tiempo de entrar en el flujo del movimiento, del vacío y de la confianza en la vida. Entiendo, comprendo y asumo que desapegarme de vos es un acto ritual para integrar la riqueza que vive en mi interior y conectar con el placer en el hacer, más que en el deseo de tener. Esto lo declaro desde mis dos energías, femenina y masculina. Dicho está”.

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   El objeto deberá ser ofrendado: puedes regalarlo, enterrarlo, quemarlo. Si lo entregas a la tierra o al fuego debes conectar con ese elemento universal, contarle qué estás entregando y decirle que confías en que sabrá qué hacer con tu objeto ofrendado.

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   Al día siguiente, también en tu espacio sagrado, lleva tu recuerdo a la mente y lo narrás en un papel.

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   Prendé una vela color violeta, mientras decís: “Hola, vela, bienvenida a mi universo. Despertá, despertá”. Frente a ella, leé un recuerdo en voz alta.

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   Al finalizar, hacé 3 respiraciones profundas y decí: “Yo (tu nombre), en este acto ritual, desde mi consciencia y a través del poder transmutador de la llama violeta, entrego este recuerdo porque entiendo y asumo que es tiempo de liberar mi mente. Gracias por tu enseñanza, te suelo. Dicho está”.

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   Quemá el papel con la llama de la vela violeta.

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   Al día siguiente, en tu espacio sagrado escribí la expectativa en tu bitácora mágica. En algún momento del día elige algo sabroso para comer, lo que más disfrutes y que, para vos, sea delicioso.

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    Antes de dar el primer bocado decí: “Hola (comida); vos representás la expectativa. Te como placenteramente porque entiendo, comprendo y asumo que nada ni nadie me sacará de la felicidad del aquí y el ahora. ¡Dicho está!”. ¡Disfrutá de ese bocado como nunca lo hiciste antes!