Zodíaco: estos son los signos más infieles según la astrología

La personalidad geminiana es por naturaleza curiosa y volátil. Contiene en su simbología la dualidad, por lo que difícilmente se conforma con una sola opción y, muchas veces, se siente atrapada cuando no puede explorar más allá de lo conocido. Los pactos de fidelidad de Géminis son endebles, justamente porque en la base de su personalidad se encuentra la contradicción y las promesas de hoy pueden ser los olvidos de mañana.

Como signo de fuego que ama ser admirado, Leo es naturalmente seductor y magnético. Le resulta imposible ignorar el interés que despierta en otros y, aunque pueda estar muy enamorado de su pareja, es probable que se deje llevar por el impulso de disfrutar el momento y vivir romances en paralelo, sin que signifiquen demasiado en su vida.

Es el signo sexual por excelencia, pero Escorpio encuentra una ambigüedad muy interesante: físicamente, puede sostener varios vínculos a la vez, pero en lo emocional es fiel y leal a su amor verdadero. Tanto, que muchas veces lo único que ocasiona que este signo dé por terminada una relación amorosa es la traición. Todo lo demás puede ser puesto en perspectiva y perdonado.

Así como Escorpio es el signo sexual por excelencia, Libra es el arquetípicamente amoroso. De cualidades agradables, suaves y seductoras, este signo atrae mucha atención, aunque lo haga más sutilmente que otros. Por eso, es muy solicitado a lo largo de toda su vida, y su tendencia a disfrutar de los placeres físicos (como digno hijo de Venus) puede hacerlo ceder a la tentación de la infidelidad, no sin un consecuente sentimiento de culpa.

Es el otro signo regido por Venus, por lo que tiene características encantadoras y sensuales. La seducción que Tauro emana muchas veces es natural e inconsciente y, aun cuando no busca activarla, tiene un efecto en los demás. A la vez, se siente atraído por el placer de los sentidos, incluso más que Libra, porque su energía es de tierra, bien material, y vive para potenciar el aquí y ahora.

Finalmente, pero no menos importante, llega la mención a Acuario, el más desapegado de los doce arquetipos, el que ama su libertad y no la negocia, el que cuestiona las normas sociales y encuentra el “¿por qué no?” en todo. Lo ubicamos en el último lugar porque, rebelde como es, probablemente no llegue a ser infiel, sino que plantee desde el primer momento una relación abierta o poliamorosa en la que sienta que puede amar sin limitarse.