Violencia simbólica: corporalidades bajo la lupa - Créditos: Grow, género y trabajo
Las exigencias sobre la corporalidad de las personas son violencia simbólica. En distintas etapas y ámbitos de la vida cotidiana (educativos, familiares, laborales, deportivos, entre otros) las personas se encuentran en situaciones que implican este tipo de violencia, que opera de manera invisible a través de mensajes, estereotipos, sesgos y discriminaciones y afecta en mayor medida a las mujeres y disidencias sexuales.
Evelyn Aguirre Almaraz, miembro de comunicación de Grow, género y trabajo, entidad que se ocupa de este tema en ámbitos laborales señala que expresiones como ‘¿por qué no te teñís las canas?’, ‘estás más gordita’, la imposición de utilizar determinados uniformes o espacios de trabajo pensados para un único modelo corporal son parte de los estereotipos que suelen existir en los ambientes laborales. Agrega que, durante las búsquedas de empleo, la exigencia de ‘buena presencia’ excluye a la diversidad corporal y resulta condicionante para el acceso a diferentes puestos de trabajo.
“Para fomentar entornos laborales diversos, desde Grow- género y trabajo aconsejamos no requerir en las solicitudes de empleo fotografías, género, estado civil o edad y focalizar, por el contrario, en las aptitudes y habilidades necesarias para cubrir el puesto vacante”, señala Aguirre Almaraz. Parecería una obviedad que hay que enfocarse en las fortalezas de cada postulante, pero no lo es. “Es importante, también, que las instituciones asuman compromisos transversales a toda la organización para erradicar la violencia”, apunta Aguirre Almaraz.
La imagen corporal en el trabajo: cifras que preocupan
Hoy 8 de cada 10 mujeres se encuentran insatisfechas con su imagen corporal y el 59% considera que está gorda o con exceso de peso, según consigna la influencer y columnista de OHLALÁ! Candela Yatche en su libro Bellamente. Esta autopercepción se produce en una cultura que impone determinados estándares de belleza, de la que no escapan los espacios laborales.
“Dentro de la relevancia de visibilizar la violencia simbólica y las corporalidades, encontramos que la hegemonía estética impacta directamente en el desarrollo profesional de las personas”, manifiesta Aguirre Almaraz. En Argentina, la discriminación corporal es una de las 3 violencias más identificadas en los ámbitos laborales, según informes del INADI.
La violencia simbólica referida a comentarios sobre apariencia física es la segunda violencia más escuchada en el trabajo. La primera tiene que ver con comentarios por la orientación sexo-afectiva o identidad de género.
Respecto de la imposición de estándares de belleza son las mujeres las que están expuestas en mayor medida a exigencias hegemónicas. El 49% de las mujeres cis (quienes se autoperciben con el mismo género con el que fueron asignadas al nacer) afirmaron haber recibido comentarios inapropiados o agraviantes sobre su apariencia física y/o cuerpo en el espacio laboral, mucho mayor que los varones cis (28%).
Como se refleja en estudios de distinta índole que se hagan, las identidades trans son las que más sufren todo tipo de violencias. Con la simbólica también llevan las de perder: el 67% se sintió agraviada por su apariencia física en espacios de trabajo.
“Si queremos promover espacios inclusivos y libres de violencia, debemos fomentar una cultura que no patologice ni discrimine a las personas por su aspecto físico”, pide la experta de Grow, género y trabajo. “Generar espacios libres y diversos es una responsabilidad colectiva”.