El restaurant concert de los años 20 que es un tesoro escondido en pleno centro porteño

Desde hace pocos días, las avenidas Corrientes y Callao dieron la bienvenida al Restaurant Concert Albur. Se encuentra situado en un subsuelo, por lo que es posible que, si transitás por esa esquina porteña donde el ruido alcanza uno de sus puntos máximos al confluir el rugir de motores de autos y líneas de colectivos con miles de transeúntes que salen de la boca de subte ubicada casi en la puerta, no te des cuenta de que existe una joya arquitectónica de la edad dorada.

Allí funcionó el antiguo Teatro “El 35”, donde figuras como Antonio Gasalla, Rodolfo Bebán, Oscar Martínez o Virginia Lago dieron sus primeros pasos en el mundo de las artes escénicas. Cuándo cerró ese lugar es un misterio, aunque se supone que dejó de funcionar a finales de los 80, quedando el lugar sumido en el completo abandono durante más de 40 años.

La anécdota de cómo Albur vuelve a resurgir es tan fantástica como lo son las miles de historias vividas allí en los dorados años 20. Resulta que, en 2013, una empresaria, Raquel Rodrigo, estaba buscando ampliar el estacionamiento ubicado en Avda. Corrientes 1781, por lo cual visitó este edificio contiguo y que tenía cartel de venta. Al ingresar descubrió que se trataba de un teatro deteriorado y lleno de escombros, donde el brillo del escenario y el pasillo de artistas era solo memoria de un pasado que supo ser glorioso y que colapsó bajo el peso del olvido.

Interiorizándose en la historia de "El 35", consideró que era injusto anexar ese tesoro a su garaje, emprendiendo la tarea de devolverle a este viejo teatro la luz que alguna vez tuvo. No fue una tarea sencilla, porque el proceso de adquisición llevó años, luego vinieron la pandemia y la post pandemia, hasta que recién el 18 de abril de 2022 pudo firmar la compra del inmueble.

Raquel convocó al arquitecto y escenógrafo Alberto Negrín para la recreación, restauración y puesta en valor, cumpliendo un sueño que solo sus familiares conocían: tener un teatro cuando cumpliera 60 años. Así nació Albur, nombre que significa "azar o suerte", el cual se decidió gracias a la sugerencia de la querida artista Sandra Mihanovich, inspirada en la canción de Eladia Blázquez “El corazón al sur”.

Para el proyecto se priorizó la conservación de elementos originales, se rescataron piezas como la puerta de hierro fortaleza, el ascensor de tijera, y el piso de damero blanco y negro de 100 años. Además de mantenerse la distribución del teatro, incluyendo la entrada, el escenario, los pasillos y los camarines, se incorporaron materiales que complementan y realzan la estética del espacio, como pisos calcáreos, revestimientos de madera con espejos biselados, y textiles teñidos a mano, cumpliendo las estrictas regulaciones de conservación de edificios antiguos y la integración de soluciones contemporáneas sin comprometer la estructura histórica.

Con su arquitectura inspirada en la Edad Dorada, Albur se encuentra ubicado en Callao 435, a metros de la emblemática calle Corrientes. Hoy, se convirtió en una experiencia de lujo en donde disfrutar de shows en vivo y una gastronomía de alta cocina.

El equipo de OH! estuvo allí y no exageramos si les decimos que, desde el momento de poner un pie en Albur, nos transportamos a otra época, a una con el esplendor de los años 20 que décadas de ruinas y polvo se habían encargado de deshacer. Encontramos una propuesta culinaria innovadora en un espacio para 145 cubiertos, que se da la mano con una armoniosa propuesta de entretenimiento con dirección musical del maestro Damián Mahler y dos orquestas propias, "Albur Tango" y "La Albur Band", junto a cantantes de jazz, bailarinas, y la coreografía a cargo de Gustavo Wons.

El resultado es un lugar con alma, un oasis sensorial en el corazón de la ciudad, que todos los amantes de la cultura y la gastronomía agradecerán conocer.