Narda Lepes reversionó un clásico plato de la gastronomía argentina y fue un boom

¿Qué fue lo que te copó de sumarte a la primera edición de la Noche de los bares notables?

Ya había participado en la Noche de las Librerías algunas veces, sé que estos eventos son re lindos, que duran en el tiempo, que no es que se hacen una vez y nunca más. Y los bares notables son hermosos. Yo llegué a disfrutar algunos de ir cotidianamente con mi papá, entonces como son lugares que uno quiere y que no quiere que desaparezcan. Y que puedan mantener la esencia que tienen, eso es lo más lindo.

Contanos un poco de los chefs que convocaste: ¿quiénes son y qué van a estar haciendo?

La idea original era que yo haga una receta y que esté en distintos bares. Entonces dije, capaz se me ocurre algo que podría ser más interesante, y que no la misma receta la hagan varias personas. Sino, llamar a otras 6 personas, que son Maxi Van Oyen que estará en Café Margot, Olivia Saal en el Gato Negro, Ana Irie en Los Laureles, Caro Ferpozzi en Las Violetas, Mecha Solís en Miramar, Julio Martín Baez en Brighton.

¿Cómo es el plato que reversionaste?

A mí me tocó el Bar Paulin e hicimos sándwiches. Queríamos saber que era lo que más nos gustaba de lo que ellos, los bares elegidos, hacían, y con el equipamiento que tenían, y elegimos el pan que más nos gustaba. En Paulin hicimos un sándwich de vitel tone, con mucha lechuga repollada, que quede bien crocante, huevo, alcaparras, todo para ir anticipando la navidad. Y después un vegetariano que es un sándwich de miga bien grandote de ensalada de papas huevo y tomate. Los hicimos bien inspirados en ese lugar.  

De los bares notables, ¿tenés algún favorito?

Yo fui de chica mucho al Bar Bárbaro, mi papá me llevaba y me encantaba.

Como referente de la gastronomía, ¿qué representan estos bares notables para vos?

Para mí son lugares que hay que cuidar, y para hacerlo tenés que ir, sentarte, tomar un café, estar un rato. No requiere mucho más. Hacerlos parte de tu cotidianeidad y no todo el tiempo ir a lo que acaba de abrir.

Estos bares tienen trabajos hechos en las barras, como en los azulejos, o en los pisos, y trabajos de herrería que ya no se hacen más. Si te gustan los oficios, estos lugares son para verlos con una segunda mirada y darles un minuto a los detalles. La gran mayoría tiene unas instalaciones espectaculares que les dan un valor histórico y cultural enorme. Por eso, cuando me plantearon la idea de participar de este evento lo pensé también para una generación más chica, que quizás, no tuvo la suerte de conocerlos con sus papás.