Con la llegada al poder de los talibanes la cantante pop y estrella de la TV afgana Aryana Sayeed dejó su país a los 36 años para preservar sus logros, su libertad, su vida - Créditos: Abdulwali Yasini en Pixabay
Un día más de caos, desesperación y violencia en Afganistán. Las imágenes que dan la vuelta al mundo hablan por sí solas. Reflejan la sensación de miedo e incertidumbre que sienten en estos momentos miles y miles de personas.
Independientemente de los acontecimientos políticos en curso y de los cambios en el gobierno, las violaciones y abusos de los derechos humanos es la realidad a la que se enfrentan afganas y afganos. De ahí que, para muchos, su único sueño sea marcharse al extranjero, aunque no todos corren con la misma suerte.
Aryana Sayeed fue una de las mujeres que logró salir de Afganistán. Hija de padre pastún y madre tayika, nacida en 1985 en Kabul, partió junto a sus padres cuando tenía 8 años. Ya instalada en Suiza, fue admitida en una escuela de música en cuyo coro comenzó a dar sus primeros pasos como cantante sin saber que, con el tiempo, se convertiría en la voz de su comunidad.
Fue en 2011 que consiguió un gran éxito, “Afghan Pesarak”, tema que la catapultó a la fama. Como suele pasarle a muchas afganas, estando en la cima sintió que ese logro no era suficiente y decidió volver a su tierra -parte de su identidad- para intentar replicar ese éxito allí.
Lo consiguió. En 2017, la cantante ganó el premio Afghan Icon Award y fue nombrada Mejor Artista Femenina de Afganistán. También recibió el título de Voz de Afganistán de la Red Nacional de Radio y Televisión de Afganistán. Su fama siguió creciendo gracias a sus roles como conductora (en “Music Night’') y también como jueza en “La Voz” en su versión local.
Al mismo tiempo que ocupaba tiempo de pantalla en uno de los canales de entretenimiento más visto Sayeed se destacaba también como activista por los derechos de las mujeres. Participó activamente en la campaña #WhereIsMyName (Dónde está mi nombre) dirigida por Laleh Osmany, que provocó un cambio en la ley afgana para que las mujeres pudiesen tener documento de identidad.
“Banoo e Atash Nasheen” fue la canción que terminó de convertirla en una de las grandes estrellas pop de Afganistán. Es el tema en el que hacer oír su reclamo como activista y describe el dolor que las mujeres afganas enfrentaron durante años de abuso. Este sencillo musical puso de pie y a la defensiva a los círculos religiosos dejando en claro el peligro que corre una mujer al pelear contra la opresión sexual.
El presente de Sayeed
Con la llegada al poder de los talibanes la cantante pop y estrella de la TV afgana dejó nuevamente su país, esta vez a sus 36 años y junto a su pareja -Hasib Sayed- para preservar sus logros, su libertad, su vida. Fueron “4 días de viaje y agotamiento”, describió en su cuenta de Instagram sobre su huida. “Yo había dicho en una de mis entrevistas recientes que yo seré el ‘último soldado en dejar la Patria’... Y, curiosamente, eso es exactamente lo que pasó”, continuó.
Fiel a su estilo no solo utilizó su red social para decirles a sus 1,4 millones de seguidores que se encuentra en buen estado de salud sino que además acusó al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y a la ONU de abandonar a miles de ciudadanos en el caos de Afganistán. “¿Qué pasa con los millones que se quedan atrás en el caos total? Miles de ellos desplazados sin refugio, sin alimentos para comer y sin ningún lugar a donde ir. ¿Qué pasará con ellos?”, señaló Sayeed. Y aquí no hay respuesta para estas preguntas, nadie las tiene. El futuro de las afganas y afganos es incierto y la suerte también cuenta.
Cuidarlos y protegerlos es una responsabilidad global y quedarnos en silencio no es una opción. Además debemos alzar la voz y participar desde nuestro lugar para contribuir a que no haya retrocesos y se continúen desarrollando progresivamente los derechos humanos en Afganistán además de proteger a aquellas personas en riesgo inminente: mujeres, niñas y niños, refugiados y desplazados internos, personas con discapacidad, personal sanitario, periodistas, activistas y defensores de derechos humanos, educadores, artistas, y más.
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