"Nuestros hijos tienen dos mamás": cómo es la maternidad en una pareja de mujeres
6 de noviembre de 2018 • 16:29
Natalia Zelechowski y Cristina Fernández se casaron en 2010. - Créditos: Catalina Bartolomé. Producción de Yamila Bortnik.
Natalia Zelechowski y Cristina Fernández se casaron en 2010. Quisieron vivir un embarazo y hoy sus hijos, Francisca y Camilo, están anotados legalmente con dos mamás.
Nos cuentan cuáles fueron los puntos destacados del proceso que las llevó hasta este momento.
"DESEABA UNA FAMILIA CON ELLA" (Cristina)
Nos conocimos por una amiga en común hace 14 años.Pegamos onda enseguida, pero el primer año, nuestra relación tuvo muchas idas y vueltas. Yo no tenía experiencia de estar en pareja, había vivido sola seis años y pensaba que no era capaz de convivir con alguien. Naty también venía de una relación que no había funcionado y le costaba un poco sentar cabeza. Nos llevó tiempo ensamblarnos: nos peleábamos, nos separábamos, nos volvíamos a arreglar. Pero nos pudimos acomodar y dar cuenta de que queríamos formar una familia, y a los dos años nos fuimos a vivir juntas.
"PENSABA QUE NO TENDRÍA HIJOS"(Cristina)
Nunca había pensado en ser mamá. Cuando me asumí lesbiana, venía con el chip incorporado de que no podría tener hijos. Sin embargo, cuando la conocí a Naty empezamos a hablar del tema, porque desde chica ella supo que quería ser mamá. A los cinco años de esa charla nos decidimos: nos daba miedo la reacción de la sociedad, la familia, el colegio, por ese entonces aún no habían salido la ley de adopción homoparental ni la de matrimonio igualitario. Pero cuando salió la ley pudimos pararnos de otra manera, sabíamos que nuestros hijos iban a tener los mismos derechos que los demás niños. La ley fue un antes y después para nosotras.
Francisca y Camilo, están anotados legalmente con dos mamás. - Créditos: Catalina Bartolomé. Producción de Yamila Bortnik.
"NO HAY UN BOOK DE DONANTES" (Cristina)
En Argentina no existe un book de donantes como en otros países donde vos podés elegir el color de pelo o de ojos. Tampoco nos interesaba elegir nada. El banco de donantes no nos ofrecía ni chinos ni africanos, solo caucásicos, como el grueso de la población de Buenos Aires. En ningún momento pensamos en un conocido o amigo porque nuestro temor era que algún día esa persona quisiera reconocerlo o ponerle su apellido y nuestra intención de familia era ser dos mamás.
"ANOTAR A FRANCISCA FUE UN LÍO" (Natalia)
Fuimos la primera pareja homosexual en contraer matrimonio en Quilmes, en 2010. Nos casamos porque Cris estaba embarazada de seis meses y sabíamos que la inscripción de nuestra hija iba ser mucho más fácil bajo un matrimonio constituido. Francisca fue la segunda bebé anotada por dos mamás en el país y la primera en la provincia de Buenos Aires. Fue un lío su inscripción, la partida de nacimiento de Francisca es un cocoliche: quedó enmendada, tachada, salvada por los costados. Donde decía "madre" anotaron como madre biológica a Cris y donde decía "padre" tacharon y pusieron mis datos. De esa forma, Franchu se reconoció como hija de ambas. En principio, tomaron como único apellido "Fernández", no me dejaron poner el mío. En el registro no sabían qué hacer, cómo implementar la nueva ley, pero por suerte enseguida lo resolvieron y pudimos anotarla con los dos apellidos. Años después, cuando nació Camilo, lo anotamos sin problemas.
"DECIMOS ‘DONANTE’, NO ‘PADRE’" (Natalia)
Cuando Cris quedó embarazada, reservamos una muestra del mismo donante para cuando yo quisiera quedar embarazada. Ella quedó en el segundo intento de la inseminación artificial. Yo, en cambio, me hice 25 inseminaciones hasta que un día dije: "Ya está, hasta acá llegó mi amor", y no quise seguir. A los cuatro meses, cuando bajó un poco la angustia, decidí volver a probar y en el segundo intento quedé embarazada. Hoy Francisca tiene siete años y Camilo, un año y seis meses, pero no tenemos vínculo con el donante y le decimos así, "donante", no hablamos de un padre.
"CREO QUE FUI DISCRIMINADA" (Natalia)
En general no tuvimos grandes conflictos con nuestras familias ni en las escuelas. Sin embargo, este año me pasó algo extraño a nivel laboral: siempre entré sin problemas en los trabajos, recién ahora en las entrevistas laborales empiezo a blanquear mi familia. Hace poco tuve una reunión, con la mujer que iba a ser mi jefa, y luego de decirme que le había gustado mucho mi perfil –ya prácticamente me había contratado– me hace una última pregunta: "¿Cómo te arreglás sola con dos hijos chicos?". Y yo contesté: "Mi esposa se ocupa de los chicos, yo me dedico más a trabajar, estoy casada con una mujer". En la siguiente entrevista, la mujer apenas me saludó. Me entrevistó el dueño de la empresa en un minuto y nunca me volvieron a llamar. Nunca sabré con seguridad si fui discriminada, pero estimo que sí.
"COMO MADRE, SOY BUEN PADRE" (Cristina)
Somos las dos un poco estructuradas: los chicos tienen horarios para cenar, para acostarse y levantarse, no usan tablets ni celulares... No queremos que quemen etapas. La que se ocupa de absolutamente todo es Naty: cuando elegimos el jardín, buscó tres salas, me consultó y elegimos una. A los actos del colegio va ella. Mi rol pasa más por poner límites, tengo más carácter con los chicos, Naty tiene más paciencia. Cuando está desbordada en alguna situación con los nenes, me meto a retarlos, yo soy la que tiene la mecha más corta.
"LA SOCIEDAD ESTÁ CAMBIANDO" (Cristina)
En el colegio nunca tuvimos problemas, siempre nos trataron bien. Igual, elegimos colegios con diversidad familiar, tratamos de no ir a la boca del lobo; de hecho, en las entrevistas fuimos las dos y nos presentamos como las madres de Franchu, no ocultamos nuestra familia. La sociedad está cambiando y ese cambio llegó a las aulas: las notas de los cuadernos pasaron de escribirse "Sres. papis" a "Familia". En la última prueba de inglés, un ejercicio mostraba dos papás con un nene. Se empieza a visualizar la familia homoparental.
Natalia Zelechowski y Cristina Fernández se casaron en 2010, buscaron formar una familia juntas y hoy son mamás de Francisca y Camilo - Créditos: Catalina Bartolomé. Producción de Yamila Bortnik.
"PARA LOS CHICOS ES NATURAL" (Natalia)
Obviamente, siempre va a haber gente que no esté preparada para aceptar los cambios. Es como todo: cuando yo tenía 15 años, mis viejos se habían separado y a mí me daba vergüenza contarlo, no se hablaba de nada en esa época, era otro contexto, otra conciencia social. Cuando me asumí lesbiana, no veía ni por casualidad parejas que caminaran de la mano, menos que menos dos mujeres dándose un beso, hoy ya sí. Y los chicos viven con más naturalidad la diversidad familiar o las parejas homosexuales.
"SON FRUTO DE NUESTRO AMOR" (Cristina)
Con Franchu hacemos hincapié en transmitirle que ella es hija del amor. Que nosotras nos amamos mucho, que elegimos formar una familia y que tanto ella como su hermano son fruto de ese amor. El grueso de las parejas hace lo que se debe hacer: casarse y tener hijos. A nosotras, en teoría, no nos correspondía casarnos y lo hicimos, así como no nos correspondía tener hijos y lo hicimos, porque todo es fruto del amor. Eso les transmitimos a nuestros hijos, sentimos que esa es la mejor herramienta que podemos darles. Cuando Franchu nos preguntó cómo venían los bebés al mundo, le dijimos que llegaban por una semillita y que nosotras fuimos al doctor para que nos pusiera esa semillita. A medida que crezca y pregunte más, le iremos respondiendo con naturalidad todo lo que necesite saber.
"FOMENTAMOS LA ESCUCHA" (Cristina)
Es fundamental el diálogo con nuestros hijos, que nos cuenten qué necesitan o si se sienten mal por algo. Fomentamos la escucha y que puedan expresarse, que nos compartan sus inquietudes y podamos ayudarlos a resolverlas. Las veces que Fran nos compartió sus angustias, nada tenían que ver con el hecho de tener dos mamás, jamás trajo a casa el tema como un conflicto, es algo natural para ella. Sin embargo, sí nos contó su proceso de asimilación con la llegada de su hermanito como cualquier niña. A Franchu, que es más grande, le decimos que ella puede gustar de un chico o de una chica, lo que ella quiera, sienta y elija estará bien. Ahora le gusta un compañerito.
"AHORA ENTIENDO A MIS PAPÁS" (Cristina)
Me acuerdo todavía del día en que le conté a mi papá que íbamos a buscar a Franchu; le dije: "Primero voy a quedar embarazada yo y después, Naty", y mi viejo me respondió: "Ah, bueno, pero cuando vos tengas un hijo va a ser mi nieto y cuando lo tenga Naty, ¿también?". "Claro, pa". "Ah, bueno, está bien", y se quedó tranquilo. Nosotras educamos a nuestros hijos con una apertura mental que mis padres no tuvieron; sin embargo, si un día Camilo me dijera que se siente mujer o quiere ser cura, también sería duro para mí asimilarlo, como les pasó a mis viejos hace años cuando les dije que era homosexual y fue un escándalo. Siendo madre, entiendo más a mis padres, no los justifico, pero puedo ponerme en ese lugar, era otra época, otra sociedad. También, en cierta medida, el amor incondicional que tengo hacia mis hijos me acerca más a mi madre que tanto me juzgó en su momento, imagino que era porque quería lo mejor para mí. Si hoy estuviera viva, estaría tranquila porque siento que tengo la vida que ella soñó para mí.
"SOMOS UN GRAN EQUIPO" (Cristina)
El amor que siento por nuestros hijos es el regalo más hermoso que Naty me dio. Formar nuestra familia con tanto amor me hace sentir un infinito agradecimiento a esta gran mujer, esposa y compañera que cumplió incluso los sueños que yo ya no soñaba. Somos distintas y eso nos hace una pareja interesante. Yo elegí ser madre con ella porque nos complementamos, entre las dos somos un gran equipo.
¿Qué te identifica de esta historia? ¿En qué otros aspectos creés que la sociedad está cambiando? También leé: Malena Guinzburg: "La formalidad me incomoda"yEra muy insegura, un accidente cambió su vida y la llevó a crear un método antiage
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