Shakira - Créditos: Getty
Cuando creé Luli Invierte (IG: luliinvierte) sabía que hablar de dinero era tabú y que existía una brecha muy grande entre la educación financiera necesaria y la existente. Nadie hablaba de cuánto ganaba, solo en ciertos sectores muy específicos, y mucho menos las mujeres. Escucharlas hablar de inversiones era una fantasía y quienes lo hacíamos teníamos que soportar prejuicios infundados, explicaciones no solicitadas y subestimaciones constantes.
Hace solo un par de años ser mujer y decir a viva voz cuánto ganabas -sobre todo si tenías un buen sueldo- era considerado una falta de clase y más de uno denotaba incomodidad. Ni hablar si osabas decir que te gustaba ganar dinero y comentabas sobre tus fuentes de ingreso. Qué falta de respeto.
Las redes sociales nos dieron una oportunidad única: cualquiera, con una cámara y un micrófono, podía comunicar cualquier cosa que quisiera. Cuando me di cuenta lo mucho que se necesitaba hablar de dinero, cómo generarlo, cómo cuidarlo y cómo hacerlo crecer, sentí egoísta no hacerlo.
Ya tenía respuestas a casi todas las preguntas sobre finanzas e inversiones que me había hecho desde tan chica y que pocos me quisieron responder. Ya las había buscado, investigado, estudiado. No podía guardarme ese conocimiento para mí.
A las semanas de crear mi cuenta, los seguidores se multiplicaban y me llegaban miles de mensajes de cientos y cientos de mujeres que suplicaban por educación financiera. Porque nunca nadie les había hablado del tema, nunca las habían incluido en estas charlas, porque querían mejorar, ganar más, administrar mejor lo que ya con tanto esfuerzo generaban.
Las mujeres ya estaban generando dinero, pero les faltaba conquistar un último bastión: saber cómo administrarlo.
Como dijo Shakira en su última canción: “Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”. Al menos, ya no se quedan llorando, sino que hacen de los momentos difíciles una razón para potenciarse. “La vida les da limones y ellas hacen limonada”, parafraseando la respuesta de Shakira ante las repercusiones de su tema.
Las mujeres ya no lloran. Ya no se quedan de brazos cruzados, ya no se guardan las preguntas, no se quedan esperando las oportunidades.
Las mujeres se hacen cargo de sus vidas, salen a trabajar por su futuro, se esfuerzan, conocen su valor, lo demuestran, dan todo de sí mismas, se potencian, capitalizan lo que les pasa. Las mujeres crean negocios exitosos, son líderes, referentes, tomadoras de decisiones.
Las mujeres facturan. Mucho. Porque se lo ganaron.
Las mujeres se educan financieramente para que el dinero ya no sea una fuente de angustias y preocupaciones, sino que se convierta en una fuente de posibilidades. Para que el dinero sea una herramienta para cumplir sus sueños. Una herramienta para ser libres.
Texto de análisis gentileza de @luliinvierte
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