Chicos con demasiados juguetes: "¿qué regalo si ya tiene todo?"
¿Cómo decidir qué regalarles a las infancias que ya tienen demasiados juguetes? Valeria André, comediante y autora de Madre en Construcción, propone: quizás la pregunta debería ser otra: ¿qué necesita mi hijo realmente?
20 de diciembre de 2024
La importancia de regalarles a nuestros hijos tiempo de calidad. - Créditos: Getty
“Entro a su habitación y no sé si estoy en la juguetería más grande de la ciudad o en el set de grabación de Toy Story 8”, bromea Valeria André, comediante y autora de Madre en Construcción. Pero la risa viene con reflexión: ¿cuántos juguetes son demasiados? Y más importante aún, ¿qué estamos enseñando con esa abundancia?
Según un estudio de la Universidad de Toledo, los niños con menos juguetes tienden a ser más creativos y a concentrarse mejor en sus actividades. Sin embargo, el marketing nos dice lo contrario: cuanto más tengan, mejor será su desarrollo. “Como padres, queremos darles todo, pero a veces ese 'todo' es un problema. Si tienen 40 muñecos, ¿realmente los valoran o solo están coleccionando polvo? Es como el cajón de tu placard lleno de ropa que nunca usás”, reflexiona Valeria.
Los especialistas coinciden en que los niños no necesitan montañas de juguetes, sino tiempo y experiencias compartidas. La saturación de objetos puede generar desinterés y, a largo plazo, frustración al no encontrar satisfacción real en las cosas materiales. Valeria lo resume con su estilo inconfundible: “El problema no es regalarles el camión de bomberos más grande, el problema es que no saben para qué usarlo porque tienen un helicóptero, un tren y una nave espacial compitiendo por su atención”.
La solución no está en prohibir regalos, sino en elegir con intención. Opciones como experiencias en lugar de objetos —un día en un parque, una actividad artística o incluso una tarde especial cocinando juntos— pueden ser más significativas. “Un juguete se rompe, pero los recuerdos no”, comenta Valeria. Y añade, con su humor característico: “A menos que la experiencia sea armar un mueble de Easy con mamá; ahí el recuerdo probablemente sea un trauma”.
Entonces, ¿cómo decidir qué regalar? Quizás la pregunta debería ser otra: ¿qué necesita mi hijo realmente? Tal vez no sea un juguete nuevo, sino tiempo compartido, atención plena y la oportunidad de descubrir el mundo a su ritmo.
Al final, los regalos más valiosos no vienen en cajas envueltas con moño, sino en momentos que se atesoran para siempre. Porque cuando el árbol se desarma y las luces se apagan, lo que queda no son los juguetes, sino las historias y risas compartidas. ¿Y si este año le regalamos menos cosas y más de nosotros mismos?