Consejos para viajar con chicos en avión

Para bebés (menores de 2 años):

- “Opten por los asientos de la primera fila, justo detrás de la división entre clases. Estos son los más codiciados por las familias porque ofrecen más espacio para maniobrar y la posibilidad de enganchar un moisés”, explica Juliana Yantorno, diseñadora viajera con un hijo y con mucha experiencia: la primera vez que viajó con él tenía 16 meses.

- Si esos asientos no están disponibles, busquen los de ventanilla. Son ideales para llevar al bebé en brazos o colocar un asiento especial para ellos (que solo se pueden enganchar del lado de la ventana).

- En algunas aerolíneas, los asientos de adelante ofrecen una cunita que se cuelga de la pared. “Ojo: averigüen antes el peso máximo que soporta (generalmente unos 14 kilos) y si hay que pagar extra”, advierte Juliana.

Para niños de 2 a 12 años:

- El asiento junto a la ventanilla es el gran aliado. Les hace ilusión y los mantiene entretenidos un buen rato.

- Los asientos de la parte delantera o cerca de las alas son los más recomendables. Tienen más espacio para estirarse y, si tu hijo es inquieto, evitás que moleste a los de adelante.

Juguetes silenciosos: “Olvídense de los que hacen ruido. Opten por aquellos con luces o stickers”, aconseja Juliana Yantorno.

Comida y bebida: fruta cortada, galletitas, cereales y agua son imprescindibles. Las aerolíneas permiten llevar alimentos para bebés. “De todas formas -advierte Yantoro-, siempre es ideal consultar con la aerolínea que compraste el pasaje para no llevarte un disgusto en ese momento”. 

En este aspecto, Verónica de Martini aconseja que hasta los cinco años le lleves la comida vos y agrega: “Si te dan los horarios, dales de comer antes de subir al avión. Si en nuestras casas el momento de la comida suele ser un caos, traslademos esa escena a estar dentro de un avión y ya está, no hay mucho más para decir”.

Muda de ropa: una o dos, dependiendo de la duración del vuelo.

Artículos de limpieza: pañales, toallitas y cremas son esenciales.

Entretenimiento digital: tablet o celular con series descargadas y, agrega Yantorno como dato extra, “unos auriculares de vincha debido a que son más cómodos que los del avión”.

Objeto de apego: no se olviden del muñeco o mantita favorita.

Kit anti-aburrimiento: libros, hojas para colorear y stickers nunca fallan.

Descanso. Para dormir lo mejor es que intentes acondicionar lo más posible el espacio a lo que es habitual para el bebé. “Puede usar su pijama para sentirse cómodo, tener su almohadita, peluche de apego, mantita, etc. Todas cosas que lo hagan sentir cómodo y le den a entender cuál es el momento de descansar”, recomienda Juliana.

Tu descanso. Si el bebé viaja upa, no hay forma de que te quedes dormida en ningún momento. Por eso, Verónica de Martini revela: “Con bebés una buena mochila ergonómica es salvadora porque te permite dormir durante el vuelo quedándote tranquila de que el bebé está cuidado. En el caso de viajar sola, la mochila ergonómica si o si porque es el único modo de poder hacer todo (incluso ir al baño) con el bebé a cuestas”.

Anticipación es la clave: antes del viaje, cuéntenles a los chicos qué va a pasar. Pueden leer cuentos sobre aviones o mostrarles videos para que se familiaricen.

Combatan el dolor de oídos: durante el despegue y aterrizaje, den teta o mamadera a los bebés. Para los más grandes, un caramelo o chicle hace maravillas.

Hidratación constante: el aire del avión es muy seco. Ofrezcan agua frecuentemente.

Estrategia de entretenimiento: no usen todas sus cartas de una vez. Guarden la tablet como último recurso.

Cambio de pañales: en el baño del avión, que es una cajita de zapatos, que entre un solo adulto con el bebé y el otro alcance lo necesario desde afuera.

Mantengan la calma: si los chicos se ponen inquietos, respiren hondo. Ellos perciben nuestro estado de ánimo.

Hagan amigos: una sonrisa a los pasajeros cercanos puede convertirlos en aliados inesperados.

-Horario de vuelo. Elegir un horario adecuado es crucial para un viaje exitoso. Si bien el horario ideal no existe porque depende de cada chico, en este sentido, explica Yantorno que “hay niños que no tienen dificultad para descansar en cualquier lugar y hora, pero otros que por más que haya oscuridad y silencio no pueden conciliar el sueño, así que si ya sabés que tu bebé no va a dormirse durante la noche, lo mejor es que vueles de día, por ejemplo, así no te sentís incómoda porque esté despierto jugando mientras el resto de los pasajeros también están despiertos”.

Los recién nacidos pueden volar desde las dos semanas de vida.

Hasta los dos años, los bebés viajan en brazos del adulto sin pagar billete (solo un seguro).

En vuelos largos, pueden pedir menús infantiles con anticipación.

Lleguen al aeropuerto con tiempo extra. Los controles de seguridad con niños llevan más tiempo.

El cochecito puede llevarse hasta la puerta del avión.