Matrimonio igualitario: una ley de avanzada en América latina. - Créditos: Getty
Este 15 de julio se cumplen 13 años del matrimonio igualitario en nuestro país. Cuando en el 2010 Argentina sancionó la ley, se convirtió en el primer país de la región en garantizar este derecho. Distintos países siguieron ese camino en los años que siguieron, y hoy son 10 los que conforman esta lista.
En su momento se trató de un hito que igualaba derechos, y que se inscribía en un clima de cambio de época. Si bien la base para una sociedad igualitaria radica en la creación de derechos para todas las personas, es importante comprender que el cambio cultural y la conciencia social sobre estas temáticas pueden ser más complejas.
Existe la ley de matrimonio igualitario: las deudas pendientes
El mapa del matrimonio igualitario en América Latina. - Créditos: Grow, género y trabajo
Más de una década después, las situaciones de violencia siguen siendo recurrentes en distintos ámbitos, entre ellos, los espacios de trabajo. Desde Grow- género y trabajo acompañamos a las organizaciones en sus procesos de transformación, y nuestra experiencia nos indica que la orientación sexual sigue siendo, al día de hoy, uno de los motivos más recurrentes de discriminación.
Según una investigación que realizamos en distintos países de la región junto al proyecto regional FESMINISMOS de la Fundación Friedrich Ebert (Grow, FES; 2022), el 82% de las mujeres y el 72% de los varones no heterosexuales sufrieron violencia laboral.
Por otro lado, según una encuesta que implementamos en el marco de nuestra campaña sobre violencia simbólica (2022), 7 de cada 10 personas aseguran haber presenciado, en su ámbito laboral, bromas vinculadas a la orientación sexo-afectiva (Grow, 2022). Los chistes muchas veces son la manera de transmitir violencias que aún siguen latentes en la sociedad.
El cambio cultural
¿Por qué persisten entonces este tipo de violencias? Porque, aunque una ley puede pretender desde su texto promover una sociedad igualitaria, muchas veces las sociedades van a un ritmo diferente. Es necesario, entonces, un cambio cultural –que suele demorar más– que acompañe esos nuevos derechos.
Según Georgina Sticco, directora y co-fundadora de Grow- género y trabajo, en los espacios de trabajo no suele haber conciencia de estas violencias, y se cree que el trato es igualitario. “El planteo es ‘acá todos somos iguales, a mí no me importa lo que alguien hace el fin de semana’, pero muchas veces no se cuenta lo que se hace el fin de semana, no porque no se quiera, sino por temor". El desafío es que la igualdad alcance a todos los ámbitos de la sociedad, y de forma efectiva. Que la ley sancionada hace 13 años cumpla con uno de sus objetivos, que era terminar con la discriminación por orientación sexual.
En Grow- género y trabajo acompañamos a las organizaciones en la revisión de actitudes y comportamientos que, muchas veces, no se entienden como violencias, con el objetivo de contribuir al cambio necesario para lograr sociedades igualitarias y libres de violencias.
Por Grow-género y trabajo, gentileza para OHLALÁ! www.generoytrabajo.com.
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